RHINO BUCKET -LEON


Los americanos Rhino Bucket, con su hard rock de alto voltaje, heredero de la mejor escuela AC/DC, pasearon su hard rock por la peninsula, y entre otras paradas en el camino, Leon fue una de las ciudades afortunadas. Bergidum aprovecho el paso de la banda por su tierra, para contarnos como fue esa noche de sudor y decibelios.

Los domingos de invierno por la tarde me los suelo tomar de relajado total. Empiezan después de comer con una buena siestorra de dos horas en el sofá y acaban leyendo algún comic o libro degustando unas buenas cervezas. Si el clima acompaña salgo a hacer una ronda de cervezas, aunque por el norte al cabroncete del clima no le da por acompañar mucho.

Este domingo era especial ya que Rhino Bucket venía a tocar a León y nos sacaba del letargo de las tranquilas tardes de domingo a base de contundente hard rock basado en el sonido ACDC que tanto me gusta y me pone las pilas, transportándome a los años ochenta de vaqueros deshilachados, sonido rudo y rotundo y bolos en garitos humeantes con olor a pino.

El concierto estaba previsto para las 22:00 horas en un pequeño bar-café en pleno casco viejo de León con una entrada bastante pobre, apenas 50 personas, para los 10 euros que costaba la entrada. Después de 20 minutos de espera matados con una cerveza escuchando el repertorio de música del bar, que como no podía ser menos incluía a ACDC, apareció en escena Rhino Bucket con el mazazo de “Who´S Got Mine” con un ritmo acelerado que hizo desaparecer los fantasmas de la gira del año pasado y nos preparó para una noche de autentico rock, empezando a calentar al publico que aún tenía reparos de acercase a las primeras filas por las que pululábamos los fotógrafos.

A esta canción le siguió “The Hardest Town” subiendo el tono en el bar con la voz a lo Bon Scott de Georg Dolivo, los guitarreos elegantes y precisos de Brian Forsythe (el cual se mantuvo en un discreto segundo plano) y la contundente base rítmica a cargo de Reeve Downes al bajo y del armario ropero de Anthony Biuso a la batería.

Siguieron con “Welcome To Hell”, “Beat To Death Like A Dog”, “Hey There”, “Joke´S On You”, “Smile”, “Message In My Bottle”, “One Night Stand”, “Word”, “She Is A Screamer”, “Ride With Yourself”, “She Rides”, “Bar Time”, “Street To Street” y “I Was Told” con un Georg Dolivo totalmente lanzado hablando con el respetable y dándole las gracias por estar allí siendo un domingo y teniendo que ir al día siguiente al jodido trabajo.

Pero esto es lo único que cuenta, poder olvidarse del jodido lunes en compañía de una banda que se mantiene fiel a su sonido y que lo da todo ya sea para 50 o para 2.000 personas con un Anthony Biuso aporreando las batería como si fuese su último concierto y un Reeve Downes sintiendo la música y coreando todas las canciones con ganas y pasión.

A estas alturas del concierto el público estaba totalmente lanzado, ya se había apoderado de las primeras filas coreando todas las canciones, llegando el clímax con “Hammer And Nail” y “Ride The Rhino” con todo el bar entregado a la banda saltando y gritando en lo que fue una gran despedida de concierto.

Me marché con una gran sensación del concierto al ver a una banda totalmente honesta y entregada a su música y estilo de vida, una banda que bien podría estar llenando estadios pero que se tiene que conformar con tocar en pequeños locales.

Fotos y texto by Bergidum

Comentarios

ROCKLAND ha dicho que…
Only Rock'n'Roll...that's all!

Me alegro que estuvieran bien. gracias por la crónica.

saludos.
Aitor Fuckin' Perry ha dicho que…
Joder, sólo cincuenta personas y era en pleno centro. En fin, me alegro que tu corresponsal se lo pasase bien, los Rhino Bucket son unos currantes del rock como pocos.
Anónimo ha dicho que…
la segunda vez que vienen a valencia y la segunda vez que no los veo, cuando se separen los echaré de menos