EL TUNEL
Hoy me he levantado más nervioso de lo
habitual, supongo, que será cosa del viaje. Que ganas de subir de una vez al
tren y acomodarme en mi asiento. ¿Por qué
no vas en avión? Son solo 5 horas, no que te vas a pegar casi dos días entre
railes, me decía ayer Andrés. “Porque quiero pensar que aún quedan locos
románticos, y que a mi manera, yo soy uno de ellos”. Y lo soy, incluso escribo
un diario, aunque en vez de sobre papel, sea en mi flamante Ipad…..
Ya va siendo hora de subir al tren, un último
vistazo a mis cosas. El billete, el Ipod repleto de canciones, algunos libros
en el ebook y un par de series en el Ipad, todo ello para evitar que el viaje
se me haga pesado. Ah, y la cámara de fotos con la batería cargada. Odio a esa
gente que se dedica a hacer fotos con los móviles. Al final, soy un
romántico…..
Esta vez me aseguré de que en la agencia de
viajes, me diesen el asiento junto a la ventanilla. No entiendo a esa gente,
que teniendo todo un mundo que observar tras el cristal, lo utilice como apoya
cabezas para dormir. Me gusta mirar el paisaje, imaginar historias que
transcurren en mi cabeza, como si de un guion
de Hollywood se tratase…….
Hoy es mi dia de suerte, no tendré compañero
de asiento, por lo que podré poner y disponer cómodamente de todas mis cosas,
sin tener que sentir un duro codo en mi costado, ir relatando mis pensamientos
en ti, mi querido diario digital……….. vaya, con tanto trasiego, acabo de
descubrir que llevo ya varias horas de viajes, esto pinta fenomenal…
Reconozco que tengo muchas ganas de llegar a
la ciudad, con la que he fantaseado tantas veces, pero también, una de las
razones para hacer el viaje en tren, es cruzar el largo túnel, el mas largo del
continente, según cuentan, que se abre paso entre las montañas que se interponen
en mi camino hacia el destino deseado. He leído, que son unos minutos de total
oscuridad, capaces de convertirse en una eternidad para mentes fértiles….
Ya se van encendiendo las luces del vagón, y
los murmullos constantes que me acompañan desde que partimos de la estación, se
van apagando. Eso es señal, de que nos acercamos al túnel, se nota en el
ambiente y en la presión que atenaza mi pecho, nervios supongo…. Oí historias
sobre la oscuridad en la que te sumergías, pero no la imaginaba tan profunda y
densa. Las voces se han ido acallando, hasta que ha comenzado a reinar una
inquietante paz, y una incomprensible calma, que en vez de relajarme, se agarra
cada vez mas fuerte a mi pecho….
¿Qué ocurre?, oigo voces que gritan,
lamentos, pasos que corren a mi alrededor. Siento el temor, el miedo…….. menos
mal, que ya se intuye el final del túnel, se deja adivinar una luz fuerte,
brillante, vital e incluso diría que serena…..
Por fin hemos dejado atrás el maldito túnel,
y la luz vuelve a ser mi compañera de viaje, pero….. ¿Dónde estoy?, esta luz no
es como la del sol de media mañana, y esas voces que me llaman, no suenan como
las de las personas que viajaban en el vagón, ¿y esos sollozos de fondo?, quien
me habla, quien me dice que no tenga miedo, que camine hacia la luz….
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Saludo.