THE CLASH - LONDON CALLING


Vaya semanita mas convulsa, incluso mas aun de lo que viene siendo habitual últimamente . A la cada vez mas vergonzante información que aparece sobre el duque em palma do, como le gusta al yernísimo, y todos los que le rodean, ahora salta la movida de los sobres, sueldos ocultos y todo esto, que de ser verdad, puede dinamitar un sistema que no da mas de si, debido a la basura y corrupción que acumula debajo de la alfombra, donde unos y otros, al amparo de unas siglas, con el disimulo a veces, y la prepotencia del que se cree intocable debido a su condición, en muchas ocasiones, barren debajo pensando que somos tan gilipollas, que pensaremos que esos bultos que cada vez sobresalen mas, son de efecto natural.


Encender la tele o la radio, entrar en twitter o abrir cualquier periódico, te conlleva sin remisión, a soltar el fuck mas fuerte que puedas contener en tus pulmones. Mientras tantos, al vulgo, solo nos queda incomodarnos, indignarnos y cabrearnos, y tal vez salir a la calle, donde seremos recibidos por los servidores del orden público con los brazos abiertos, en claro reconocimiento a nuestras reivindicaciones, que muchos no quieren comprender que van mas allá de ideas y filosofías, que lo que queremos, es un plato de comida caliente en la mesa y un futuro para nuestros hijos, y que nuestra libertad y nuestra dignidad, no la usen para limpiarse el culo cada vez que van al baño.


Nos estamos convirtiendo en una sociedad instalada en un estado de cabreo permanente, pretendido orgullo del primer mundo, cuyas historias de corrupción parecen sacadas de las noticias sobre los regímenes dictatoriales de perdidos países del tercer mundo, donde todo es posible a cambio de fajo de billetes. Y nos sentamos perplejos, a ver como se ríen de nosotros, porque cumplen en la función circense de echarse los trastos unos a otro a la cara, sin demasiada vehemencia, a sabiendas de que todos tienen demasiados cadáveres encerrados en el armario, como para promover un tirón de manta, que pase de ser algo mas que hipotético y superfluo.

En la última entrevista que realizaba a Ricardo Moreno, junto a Perem de RockTheBestMusic, le preguntaba al alma de Vodevil Vargas, si el rock debería de volver a ser la voz de la calle, y este me respondía , que seguía siendo, solo había que escucharlo. Y es cierto, que a veces, las verdades como puños, por mucho que puedan doler al cantarlas o escucharlas, están retratadas en una canción, con la fuerza de una voz o de una guitarra, una máquina que como decía Woody Guthrie, mata fascistas.  Nos toman el pelo, y lo peor de todo, es que estamos llegando a un momento, en el que no sabemos ya quien confiar, y donde el mayor temor, es que una vez que amaine la tormenta desatado en los primeros momentos, como ocurre siempre, este sistema corrupto, haga de su capa un sayo, para volver a tragarse los trapos sucios.


Por eso llevo un par de días, en que el cuerpo me pide música de mensaje contundente ante estos tiempos convulsos, honestidad escrita entre corcheas frente a la manipulación de los medios de comunicación. Y pensé hablar del nuevo disco de Escuela de Odio, que suena últimamente  muchísimo en mi reproductor, con sus mensajes denunciado este foso oscuro donde hemos metido la cabeza por miedo a lo que podemos encontrar fuera. Pero voy a dejarlo para otro día, ha sido sentarme frente al ordenador con ganas de vomitar mi rabia, e instintivamente, mis manos buscar en la estantería este "London calling", esa pieza maestra de rock guerrillero que escupieron al mundo The Clash en el 79.

The Clash son el punk, aunque en su música se den la mano el rock, el ska, el reggae o lo que les saliese de los cojones en es momento a Strummer, Jones y compañía. Porque tenía  las ideas claras, y sabían que la forma de llegar a la gente era a través de su música, de extender su mensaje, de llamar a las filas del inconformista, de la ruptura, de la deserción de este sistema que nos atrapa. Y que verdad, es que los grandes discos, por muchos años que vayan acumulando en sus surcos, siguen sonando frescos cuando los vuelves a poner, pero es que además, los textos de The Clash, vuelven a estar al orden del día, como cuchillas afiladas contra los que nos gobiernan y nos tratan como mercaderías.


¿Que queréis que os cuente de este disco?, que "London calling" -la canción- es ya un clásico intemporal, una joya que podría cambiar su título por Madrid, Barcelona o cualquier ciudad de este cada vez mas deprimido país, y que además, musicalmente no se alinea en ningún estilo fijo, excepto en expresar todo lo que lleva dentro, como debería de ocurrir con la gente de a pie, a los que muchas veces, la identificación con unas siglas políticas les lleva a una fe ciega. Las cosas pueden cambiar y evolucionar, igual que The Clash cambiaron ese blues llamado "Brand new cadillac", hasta convertirlo en punk rock, con ese bajo que te machaca sin piedad. The Clash jugaban a lo que les daba la gana,y si querian bajar a New Orleans para resucitar su espíritu reencarnado en "Jimmy Jazz", pues lo hacian, porque creian en ello.

Si alguna vez el punk tuvo cánones, ese rockabilly llamado "Hateful" podria ser una de las canciones que se acercase a ellos, siempre entendiendo por donde se pasaba la banda cualquier posicionamiento. Strummer siempre amo los ritmos jamaicanos, y se conviertieron en marca de la casa, como evidencia "Rudie can`t fail", con ese aire pop del estribillo. Sin lugar a dudas, no puede pasar inadvertida, hablando de este disco, y en nuestras circunstancias, "Spanish bombs",  en el que The Clash nos recuerdan otra de las cuentas pendientes de nuestra "modelica" transición, donde hubo que tragarse el dolor por el bien común, principalmente de los que habian vivido mas que bien.



El punk es el ritmo de la calle y de la desazón, pero también callejero y reprimido es el espíritu del blues, que aparece en "The right profile", como motor de arranque junto a esos vientos, en este tema de rock. El principio de los 80 vio el esplendor  de la new wave, y The Clash ya apuntaban maneras con "Lost in the supermarket", con su ritmo pop. "Clampdown" mira a los inicios del grupo, pero sin perder de vista el futuro, una perfecta simbiosis entre lo vivido y lo por vivir. Hay que olvidar las viejas figuras de los lideres, todos podemos tomar partida, como hizo Simonon en "The guns of Brixton", donde pone la voz principal, entre los ritmos jamaicanos que se dan en la canción.

Uno  de mis temas favoritos de este disco es "Wrong'em boyo" con ese comienzo tan jazzy de New Orleans que se convierte en un ska bailón de la mas pura escuela. El rock and roll hace acto de presencia en "Death or glory", otro de los grandes temas de este disco, con un estribillo que debería aparecer en todos los manuales de aspirantes a rock stars. " "Koka Kola" tiene ese rollo mas power pop. "The card cheat" es otra de esas canciones que se me quedaron grabadas desde un primer momento, por esas melodías tan cojonudas. "Lover`s rock" siempre me pareció una oda a la belleza de lo simple, un buen solo, unas buenas melodías y como resultado una gran canción.


"Four horsemen" y "I`m not down", son como dos partes de un mismo costal, mas "bailable" la segunda, pero con ese ritmo de guitarras tan característico ambas. Para cerrar, que mejor forma a un disco que promueve las conciencias contra el adormecimiento, que un tema llamado "Revolution rock", lanza piedras con ritmos jamaicanos, que no nos dejen atrás. Realmente lo último es "Train in vain", que ya sabéis que Jones la quiso como tema oculto, historias de la banda y de la leyenda, y que por cierto es otro de los grandes temas de este disco. Pase lo que pase, siempre nos quedará el rock, y por supuesto, The Clash.

Comentarios

Juanjo Mestre ha dicho que…
Dices bien, my friend, una semanita un poquito más vergonzosa de lo que ya es habitual. En estos días los Clash deben de sonar más, claro.