GOODBYE JUNE -NOR THE WILD MUSIC FLOW


Sin lugar a dudas, Goodbye June, son otra muestra de que el rock sigue vivo y con ganas de pelear, además de ser un claro ejemplo de que la música también puede ser el camino de la salvación personal. Desde el principio de los tiempos, el hombre ha buscado quien le cure sus heridas. Dolores fruto de la enfermedad que eran tratados por los primeros curanderos tribales hasta llegar a la actual medicina, cada día más avanzada y en proceso y continuo desarrollo, por más que algunos se empeñen en obstaculizar su acceso para todos y sus continuos encontronazos con la religión durante la historia. Vale, ya sabemos quién puede revitalizar tu cuerpo, pero ¿quién puede curar tu alma?.

La vida es tan puta que te envuelve en una continua noria, llena de subidas y bajadas, de las que a veces es complicado sacar la cabeza, por mucho que la química al servicio del hombre trate de hacer su papel de medicine man. Hay quien se aferra a la religión para salir adelante, otros buscan su salvavidas en aquello que les resulta más cercano o reconfortante, permitiéndole mantenerse a flote, hasta que llegue el barco de rescate de la lucidez.


Ese es el caso del guitarrista Tyler Baker, que en junio de 2005, veía como un accidente de tráfico se llevaba a su hermano. Su balsa tomó la forma de sus primos Brandon Qualkenbush y Landon Milbourn y la de una guitarra eléctrica, donde a través de canciones, fue encendiendo las luces de aquel túnel donde se vio una vez metido, llevándoles a dejar su Indiana natal detrás y trasladarse a Nashville, y dar vida a Goodbye June, como recuerdo de aquel junio que no podrán olvidar pero si al menos aparcar por momentos en el garaje de la soledad.

Este debut, “Nor the wild flow”, se mueve entre los railes del rock mas clásico, las sonoridades de los 90 y el rock más convencional. Efluvios de Led Zeppelin, sobre todo en la forma de cantar de Landon Milbourn se dan cita en la inicial “Man I am”, que por momentos se emparenta con “When the leeve breaks” de los de Plant y Page. Ese camino del rock clásico e intenso sobre todo gracias a esos riffs, sigue brillando con “Love clinic”, donde los coros le añaden una historia más actual.

“Moonshine” tiene un inicio muy Sabbath con el riff y el bajo, aunque vocalmente se mueva por otros parámetros apartados del sonido mas pantanoso que ofrecen las guitarras. Nashville se nota en la grabación, hace acto de presencia en “Out of your mind”, con un transfondo bluesy y esos coros, muy al estilo de lo que hacen también gente como The Delta Saints. Coño como me gusta esta canción, con toda esa carga de feeling que lleva encima. “Breathe easy” baja un poco el nivel con respecto a lo anterior, más cercano al modern rock, con una estructura más simple.
 
 
“Microscope” vuelve a resucitar esos viejos riffs y esas querencias a Led Zep pero sin perder de vista a gente como The Black Keys por ejemplo. “Shreds of lightnings” de nuevo mira hacia el presente, con esos juegos vocales a los Jack White, y esos ataques rítmicos que tiene la canción, que le dan mucho juego. Llega el momento de la balada “Indiana boys”, y vuelve a saltar a la palestra Led Zep (¿The rain song?), y es que la voz de Landon se mueve en un registro que podría ser el resultado de fusionar a Plant con Chris Cornell, pues al igual que el espíritu de Led Zeppelin planea más de una vez por la grabación, Soundgarden no deja de ser otro de los invitados estrellas para olvidar junio.

Que bien suena “Strut your stuff”, desinhibida, sencilla y sentida a la vez, quizás no preparada para pervivir en el museo de los grandes temas del rock, pero de esas canciones que gustas escuchar en cualquier lugar. Ese mismo camino toma “Lady Luck”, con una personalidad más intensa y unas preciosas guitarras. Cierra el disco “Trent revival”, donde se hace más presente esa influencia de Cornell que comentaba antes, dejando salir toda la tristeza contenida.

Sin lugar a dudas, Goodbye June, son otra muestra de que el rock sigue vivo y con ganas de pelear, además de ser un claro ejemplo de que la música también puede ser el camino de la salvación personal. Estoy seguro de que los chicos de Indiana tienen aún mucho más que ofrecer en próximas entregas, si son capaces de seguir el camino que ellos mismos se han marcado.

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