SIN CITY SINNERS - DIVEBAR DAYS REVISITED


El rock and roll tiene que ser muchas cosas, pero una premisa importante, es que también tiene que ser divertido. Se que mucha gente le huye a estas fiestas como a la lepra, no le encuentra el sentido, yo tampoco, más allá de que cualquier excusa es buena para rodearte de la gente con la que te sientes bien, abrir unas cervezas, echar unas risas, recordar buenos momentos y escuchar algo de música. A fin de cuentas, las arrugas que te salen cerca de los ojos de reirte, son el verdadero inventario que me importa contar, para el día que la parca llame a mi puerta, he escuchado tantas veces "Don't fear the reaper", que espero recibirla con un bourbon en la mano, o al menos, así lo quiero imaginar. Por eso, disfrutar de mi familia, mi mujer, mis hijos y sentarme junto a los colegas, a regar nuestros recuerdos y contarnos aquellas cosas, que solo te sientes cómodo contando con los que siempre han sido tus complices, son cada año mis propuestas a un año nuevo venidero.



Y que nunca falte la música, que coño. Si encima, te encuentras de cara con una banda que se autodenomina a si misma, the rat pack of rock and roll, la cosa se anima, se calienta. Ante el frio de la cerveza, la mejor mezcla es un buen puñado de canciones de esas que te gusta corear, parar un segundo la conversación, para con una mirada de complicidad sonreir y mover la cabeza, a la vez que coreas sus letras, porque sabes, que muchas veces, tras esos acordes, hay escondidas historias canallescas una vez vividas y mil veces repetidas. Estos dias, hemos brindado por la amistad con estos tipos de Las Vegas, Sin City Sinners, los autoproclamandos the rat pack of rock and roll, que no es más que la reunión de viejos piratas, tocando los temas que les gusta, aquí  reside Brent Muscat, ex de Faster Pussycat, Zach Throne, actor y música, que ha tocado con muchísima gente, Rob Cournoyer de esa cojonuda banda llamada Raging Slab, Michael The Doctor Ellis y Todd Kerns, actualmente en la banda de Slash, son los que se alternan las labores de bajista, aunque supongo que la vuelta definitiva de Ellis alejara a Kerns, pero este sigue apareciendo como miembro del grupo en el facebook de la banda.


Si a ello, le unimos que han llamado a un buen puñado de colegas, para que se unan a la fiesta, tenemos entre manos este "Divebar days revisited", un disco de versiones, de esos a los que mucha gente no hace demasiado caso, pero que a mi me encantan, y que son ideales para esos días de fiesta. Para empezar la marcha, que mejor que todo un himno generacional, "Kick out the jams", con Gilby Clarke y su guitarra, rememorando los buenos tiempos. Seguimos con los sónidos ásperos y crudos, esta vez con uno de los clásicos por excelencia de Iggy & The Stooges, para el que han contado con Cheetah Chrome. Los ritmos duros dan paso a "Little Willy", uno de esos temas que te sube la moral, sí o sí. Que se atrevan con una potentísima cover de "Snortin' Whiskey, drinkin' cocaine", junto a Danny "The Count" Koker, el tipo del programa "Counting cars".

"Gimme Shelter" es la siguiente elegida, y suena muy bien, porque le dan al tema de los Stones, un rollo bastante sleazy. "Angel 13", para a continuación rockear duro con "Anything, anything" de Dramarama. Vuelven la conexión Guns n Roses con Dizzy Reed, y un clasicazo, de esos que me pone las pilas al primer acorde, "All the way from Memphis". Mas hard rockers ochenteros en acción, esta vez George Lynch y Phil Lewis, marcandose "Moonage daydream" de Bowie. No sé a vosotros, pero a mi siempre me alegra el dia, volver a escuchar al bueno de Lewis cantar. No podian faltar Queen, con un durísimo y crudo "Tie your mother down", acompañados de Frank Dimino y Ron Keel.


Todo el mundo en pie, que suenan los acordes de  "N.I.B.", con Chris Holmes y Robert Mason, tomando protagonismo. No podian faltar AC/DC, ni tampoco el viejo compañero de correrias de Brent, Taime Downe, para marcarse un macarra "Sin City". Después de tanta tralla, viaje a Liverpool,  y "Little help from my friends". Cierran con "The end", un mínuto y pico de hard rock ochentero, que pone punto y final a la fiesta. Este disco no te salvara la vida, ni te hará recordarlo en momentos de nostalgia en la red social de moda el día que pase. Pero eso si, con unas cervezas bien fria, un puñado de colegas y ganas de juerga, vas a disfrutar como el que más.

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