SEX MUSEUM - BIG CITY LIES


Jueves Santo, segun las creencias de cada cual, es un día especial o no, quien sabe, o a quien le importa, si a fin de cuentas, el secreto está en amar lo tuyo y tolerar lo de los demás. Yo sobre lo de creer o no, siempre tengo mis lagunas, mis idas y vueltas, esa necesidad cambiante que asoma o se esconde, según la situación o la impronta, pero que realmente descansa dentro, alejada de creencias institucionalizadas forzadas a expresarse en voz alta, para hacerse prevalecer sobre el subconsciente popular. Lo que si tengo claro, es que cualquier día es bueno para creer en el rock and roll, ese incansable compañero de fatigas, que te va contando historias al oido, transformadas en canciones, mientras sigues batallando con la vida. Porque sabes que muchas cosas van y vienen, incluso que se instauran en el olvido, de donde a menudo es tan dificil escapar, pero las buenas canciones, siempre flotan en el aire.


Viví unos años en Malasaña, no fue algo premeditado, vino rodado, cosas del destino, que acabase instalado en uno de los sitios más fascinantes de la iconografía callejera madrileña. Entre garitos y ruidos nocturnos, me fui sumergiendo en un mundo tan distinto a aquel del que decidí escapar, porque a veces la vida, te pide que busques la puerta de salida, que te eches al hombro cuatro cosas y pongas rumbo a otro lugar, donde cambiar de oxigeno, de perspectivas, de barra de bar. Y acabar sumergido en Malasaña, conllevaba llegar al corazón de una de las bandas que siempre he admirado en este país, que son muchas, por unas u otras circunstancias, pero que desde entonces, son todavía más importante, para mi, como Sex Museum, porque escuchar sus canciones es revivir pequeños instantes, como el ir a comprar tabaco al estanco de la Plaza del 2 de Mayo, detenerme a mirar discos en Up Beat o terminar tomando copas en el Penta, Mercurio o alguno de los garitos oscuros que pueblan aquellos mares de asfalto.


Por eso mi conexión con Sex Museum es aún más grande desde entonces. Los guiris tendran a otros, pero nosotros tenemos a la banda de los hermanos Pardo, que llevan ya 30 años demostrando que se puede rockerar -y de que manera- en este país. Si ya estaba atrapado a sus discos, jamás olvidaré la primera vez que les ví en directo, hace ya tanto que ni recuerdo la fecha, y pensé, estos tipos son one in a million. La última vez que me topé frente a frente con su directo, fue hace unos meses en el Serie Z, y volvieron a demostrar que son el puto rock and roll en su esencia. Como el propio Fernando cuenta, descubrir el fuzz les cambió la vida,  y que lo hicieran, nos la cambió a muchos de nosotros, que cojones. Ahora tienen nuevo disco, después de esa gira aniversario, Back to the Fuzz, en la que siguen demostrando que son  la referencia a seguir.

Su sonido está ahí, el hard de rodajes primigenios, el sonido garage e incluso notas de color atrapadas de la historia que mantienen Fernando, Javi Vacas y Loza con Los Coronas. Una combinación perfecta, cerrada con Miguel y Marta, cuyo hammond es esa marca de la casa reconocible en cualquier momento, que tanto me gusta de la banda. Abren con "Lost in blue", muy Sex Museum, con ese rollo inicial tan emparentado con esos gigantes del hard rock que la propia banda siempre ha reconocido como influencia y el rollo más psicodélico en la voz de Miguel. En muchos sitios tratan de vender este disco como una vuelta a los inicios, como si Sex Museum los hubiesen abandonado alguna vez, siempre han estado ahí, enriqueciendose con el paso del tiempo.


"Circles in the salt" es el single, una canción que terminas bailando sin darte cuenta, chasqueando los dedos y moviendo la cabeza, siguiendo esa guia que te marca Marta con sus teclados. "La californiana", con ese bajo omnipresente, y la voz de Miguel junto a ese ritmo que se te pega y ya no sale de tu cabeza, termina conviertiendose en esencial. "Judee sill", en castellano, de sonido mas garagero y una letra cojonuda, junto a ese estribillo pegadizo. "Huesos de santo", instrumental, es quizás  la que más ha recogido el espíritu de Los Coronas, por su rollo ecléctico, perfectamente acoplado a ese sonido mas prog de los teclados. Monta en casa la fiesta, invita a unos colegas, compra unas botellas y sube el volumen con "Holy Shit" , repleta de sonidos añejos, que buscan el pasado sin olvidar el presente.


"Motherboard" es una locomotora, rockera y directa, sin compasión. "Emotional Tyranny", vuelve a renacer esos ritmos Purple, guitarras rockeras y Miguel demostrando que es uno de los mejores vocalistas de este país. De nuevo Marta toma el mando con esos teclados en "Ruler of your life", sonido garage, ecos hipnóticos y efluvios a The Animals. "Golden money"  saca de nuevo a los Museum más acidos, caña, fuerza y ese tira "palante". Para terminar, con las mentiras de la gran ciudad, el segundo tema en castellano, "Odio" que es pura fuerza, rápida, mas punk, y que te deja con un subidón tremendo. Grandísimo el disco de Sex Museum, que siguen siendo la mejor representación del puto amo. Muchas veces echo de menos Malasaña, sus garitos, sus calles, sus copas, a Kike Turmix y pasear envuelto en el sonido de las canciones de Sex Museum.

Comentarios

PUPILO DILATADO ha dicho que…
Parece ENORME el disco de los Museum!! Los vi al lado de mi casa el verano pasado y disfrute como un enano rockero a pesar que de los que quede knoqueado fue con Los Mambo Mambo.

Me lo pido original pero ya!!! Se merecen lo mejor joder!
bernardo de andres ha dicho que…
Sin poder haber disfrutado con tiempo el disco si me parece de lo mejor que realizado. No es sonido garage cuando comenzaron pero si esta más cercano a sus lps segundo a cuarto con esos toques de dura psicodelia. Menos mal que se dejaron de los cahivaches electro intentando imitar a Jon Spencer
Unknown ha dicho que…
Que esto es un grupazo, tío, que vinieron a Murcia, fuimos cuatro gatos a verlos, y ellos super-amables, además, que tienen carrera a cuestas, y tienen temazos, no he bailado tanto y rockeado tanto en mi vida como I Enjoy The Forbidden.


Un abrazo, Carlos :)