BARALIDES - DRACO

Carlos "Maggot Brain" Macías me puso sobre la pista de esta banda alicantina, hace ya tiempo, pero por una cosa o por otra, nunca daba con el momento para sentarme en serio con su música. Cualquier momento es bueno para escuchar una canción, pero hay veces, que las circunstancias piden a gritos una compañía concreta, y esta lluviosa noche, me viene como anillo al dedo, para sentarme junto a la terraza, mientras las gotas de lluvia violentan los cristales, y con una taza de café calentando mis frías manos, perderme en la auto impuesta soledad de un instante para disfrutar de las canciones de este "Draco". La primera definición que me viene a la cabeza al escuchar la música que el cuarteto extrae de sus cabezas, es belleza. Musicalmente es una delicia, a lo que ayuda ese gran sonido que han sabido darle, y el juego de voces, es esa especie de refugio, en el que descansar, después de todo un día de lucha entre guitarras eléctricas y distorsiones varias.

Me cuesta muchísimo perderme en las sonoridades del folk, completar el viaje que supone un disco completo, pero cuando te encuentras con canciones como "Di adíós", ya no hay piedra que te bloquee el camino, que se presenta en linea recta. Baralides juegan  con esa sensación, casi de que si te paras a tocarlo demasiado se puede romper, con esa fragilidad que realmente se reviste de fuerza. Canciones como "The girls are back in town", "You're better" o "Crazy young" por nombrar algunas, donde con la plenitud de melodías como marca de la casa, no temen en añadir pequeñas pizcas de todo aquello que piensen (y aciertan) que enriquece la canción.

El juego de voces de Beatriz Rico y Noelia Meseguer es la estrella fugaz a seguir durante todo el disco, ese hechizo de luna que se hace presente en "Suneo" o "Draco". Pero que nadie olvide a Sergio Prieto y Joan Lorenzo, porque también ellos son culpables del resultado del caldero mágico que cuecen con esa pócima irresistible en forma de canciones. Clamaba mi no demasiado admirado Almodovar, "Nadie se acordará de nosotras cuando hayamos muerto". Yo si me acordaré de Baralides, en cuanto termine de sonar la última canción, y el silencio de los altavoces, me devuelva al ruido del mundo real.