JORGE SALÁN & THE MAJESTIC JAYWALKERS - MADRID/TEXAS


Está claro que el instrumento más representativo del rock and roll, son las guitarras, lo siento por el resto, pero todos hemos posado cual guitar hero alguna vez, y si hay un guitarrista de última generación cuyo nombre corre de boca en boca por cada rincón de este país, sin lugar a dudas, ese es Jorge Salán, no nos engañemos. Pero no solo en nuestras fronteras, que se haya convertido en imprescindible para alguien como Jeff Scott Soto, dice mucho del guitarrista. Aún recuerdo su primer disco, como nos llamó la atención a muchos. Su hard rock potente, y evidentemente, lleno de magia a través de su guitarra, dejó claro que había que seguirle la pista y bien cerca. Ya ha llovido mucho desde aquello, su paso por Mago de Oz, sus historias con Soto y su carrera en solitario, que siempre ha estado ahí. Si tuviese que equiparar su carrera con algún guitarrista foráneo de la misma época, en cuanto a impacto masivo, sin duda sería con Bonamassa, pero a la hora de la verdad, prefiero mil veces a nuestro Jorge que al Salán norteamericano.


Cuando me dijeron que Salán tenia previsto rendir homenaje a los grandes del blues, reconozco que tuve una sensación contradictoria. Por un lado, tenía muchas ganas de escuchar lo que podía salir, por otra, reconozco cierto temor, por si el "exceso" de técnica podía dejar en un segundo plano, ese feeling que por fuerza, debe acompañar al blues, más, cuando uno se mete en el charco, de atreverse con los grandes, con esas canciones que hemos escuchado mil veces, y que instintivamente, vas a comparar con el original. Es complicado enfrentarse a ese tipo de canciones, mucho más de lo que puede parecer a priori, por muy manidas que puedan estar por multitud de manos o gargantas, con diferentes resultados.


Pero Salán lo ha conseguido, que me aspen. Está claro que quiero escuchar sus guitarra, que me recuerde a un Stevie Ray Vaughan, y además, tiene que pasar la prueba de cantar blues. Ya desde la inicial "Who's been talking"  deja claro que sabe lo que hace y como hacerlo. Esa guitarra brama, echa fuego, y aunque su voz no sea tan desgarradora, cumple a la perfección. "The hunter" suena muy eléctrico, con esa base rockera, que deja claro cual es su procedencia (la de Salán) aunque rinda homenaje a lo que dio pie a todo esto que ahora adoramos. Ojo, no es sencillo, comenzar con Howlin Wolf o Booker and the MG's y salir victorioso del envite. Como lo hace cuando se enfrenta al "The thrill is gone" de B.B.King, porque Salán ha buscado en todo momento ser él, no entrar en odiosas comparaciones, de las que es facil salir herido.

Gema Vau toma protagonismo para que su voz envuelva el clásico "Teacher" de Jethro Tull, que con ese bajo, esos teclados y la ommipresente guitarra, es una maravilla. "Stop breakin' down" nos lleva hacía un cruce de caminos, de la mano de Jorge Salán y Jimmy Barnatán, para encontrarnos con Robert Johnson y no volver jamás. "So hard to share" nos lleva a la escuela de blues británica, aquella que sería casi inconcebible reconocer sin John Mayall. Me gusta muchísimo la forma que han encarado el clásico "Fire" de Hendrix, donde destaca la voz de Rebeca Rods. Para terminar este viaje desde Madrid a Texas, que mejor que Elmore James y su "The sky is crying", que tantos y tantos, grandes de la guitarra han hecho vibrar en sus manos, en sus cuerdas. Si ya admiraba a Jorge Salán, ahora lo tengo aún en más estima, si eso era posible.

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