AFRAID TO SPEAK IN PUBLIC - DOS MINUTOS DE ODIO


Muchas veces, cuando uno quiere hablar de algo, se da cuenta, que termina girando por el mismo lugar, pero, venga, va, vamos a tirar de cliché, aunque no por ello deje de ser menos cierto. Los 90 convulsionaron el mundo del rock, pero al contrario de lo que muchos piensan o quieren pensar, es casi imposible encasillar aquella década en un solo movimiento musical. A principio de los 90, eran los "Use your illusions", el "Black album" o el "slave to the grind". Luego les sucederían los "Nevermind" o "Badmotorfinger", seguidos de los "What's the morning glory" o "Parklife", todos ellos tomando su lugar de sucesión, unos sobre otros en charts, portadas y gustos de rockeros, o de aquellos que consumen lo que la Rolling Stone de turno, les sirva como desayuno, almuerzo o cena. Pero, ¿que bandas sacudieron realmente los cimientos del rock en los 90?. Desde luego, todas esas no, fueron otras que quedaron en un plano más cercano a la marginalidad, a la incomprensión de propios y extraños.



Ahora es todo más sencillo, existen etiquetas para cualquier tipo de sonido musical que se precie, antes no, o al menos, yo no las conocía, lo que hacía más complicado aún poder encuadrar a ese tipo de bandas, que descubrieron, que las fronteras, si en la vida real son solo estorbos a derribar, en la música, ni tan siquiera, debían de plantearse. Nuestro país no quedo exento de esa patada en los huevos a lo establecido, de esa fuga hacia delante, sin querer hacer prisioneros, ni intención de acumularlos como un botín de guerra que a nadie interesa. Uno de esos grupos, queme dejaron patidifuso y maravillado a partes iguales fueron Afraid to Speak in Public. Eran caóticos y atrevidos, capaces de afrontar momentos de perdición hardcore junto a la progresión de artes más jazzisticos. Como una especie de combinación perfecta y bastarda de los delirios de Frank Zappa o Mike Patton.


Después de muchos años con la banda en silencio, una década desde que dejasen los escenarios y casi dos desde su último disco de estudio, su regreso fue, al menos para mi, y seguro que para muchos, una gran noticia. Está claro que en estos momentos, su propuesta, aunque trasgresora, no es tan sorpresiva, en estos tiempos ya estamos curados de espanto de casi todo, pero aún así, este "Dos minutos de odio" con esa Orweliana portada reflejada en aquel "1984" nos devuelve a una banda con mayúsculas, capaz de dejar las cosas en su sitio, en estos tiempos de numerosas salidas sonoras, y sentar cátedra, como padres de un inconformismo musical, dispuesto a dinamitar cualquier pilar que se encuentren en su camino.

No es fácil intentar describir la música que sientes en tu cerebro al pinchar este nuevo disco, es mejor sentirla, estremecerte con ella, introducirte en su mundo y perderte en sus arrebatos. Sigue habiendo rabia a raudales, no han dejado su lado hardcore olvidado en algún rincón, su propuesta sigue arrastrando esas parte agresivas, intercaladas con unos cambios de ritmos que te dejan clavado al lugar donde te encuentres en ese momento, pensando que ha pasado en ese preciso instante. Reconozco que en mi cara se ha pintado una sonrisa de satisfacción desde que comienza a sonar "Walking on glass". Elementos jazz saltan a la palestra en "Geminis" con preponderancia del bajo y esos arrebatos guitarreros que ponen la esencia hard rockera. "Perception" retiene ese groove que les puso en escena desde sus comienzos, con la agresividad vocal como ariete.


"Flow" encierra ese sonido deudor del funk que también atesoran gente como FNM o los mejores RHCP, al igual que "Death in excess" . Esas guitarras de "Ghosts & thorns" suenan muy rockeras, mientras el bajo sigue aportando ese protagonismo necesario para apartarlos del camino fácil. "Shakesperado" es un breve interludio en forma de tango que nos lleva directamente a "Reflections", donde el bajo mantiene la esencia funk mientras el resto de la banda dinamita cualquier intento de encasillarlos, desde las melodías vocales, alternando melodías con rabia gutural, a los guitarrazos, junto a esa batería que dirige perfectamente los tiempos. "Geminis II" es un escalón hacia la metálica "Welfare society", que se introduce de lleno en matices más extremos del metal. "Shakespeare sonnet II" cambia totalmente el registro, hacia terrenos más experimentales.

"Cause & effect" vuelve a sacar el lado más agresivo de la banda, esos momentos heredados del hardcore que tan bien sabe atesorar la banda. Para despedirnos, "Que te vaya bien...", en formato acústico, que con ese ruido de olas, va poniendo punto y final. ¡Que gran regreso, amigos!. Posiblemente, a estas alturas de la vida, su propuesta no nos vaya a sorprender como hace unas décadas, como decía más arriba, estamos curados de espanto, pero sus canciones, sigue consiguiendo sorprenderme y atarme bien los machos para no perder comba. ¡Que grandes son estos tipos!.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Frank Zappa y Mike Patton he leído. Y yo sin escuchar esta banda. ¡A ello que me pongo!
bernardo de andres ha dicho que…
A mi me ha pasado la misma que Alex y yo sin conocerlos me cae la cara de vergoña
PUPILO DILATADO ha dicho que…
joder!, JODER!!, JODEEEEEERRR!!! uno de los sorpresones del año en cuestión nacional, sin lugar a dudas!!!, como amé la trilogía de discos de esta banda, al lado de lo que publicaron gente como Psilicon Flesh, los Chococrispis y Groove Crew, entre algún otro más.

De estos cuatro llegué a verlos a todos en Valencia y fue una experiencia alucinante en plena eclosión 'crossover' 90's a mitad de la década (hasta Hamlet en su debut bebía de este movimiento). Los Afraid siempre fueron mis favoritos, imprevisibles, alocados, originales, visionarios, como unos Faith No More Vs. Mr. Bungle con toques y cambios zappianos que me dejaban tumbado.

Muchas gracias por darme 'la buena nueva' Norty!!!. Me voy a por él!!!
PUPILO DILATADO ha dicho que…
Por cierto, hablé de estas cuatro bandas en un post antiguo por si te interesa:

http://pupilodilatado.blogspot.com/2011/01/los-cuatro-grandes-del-crossover-90sin.html