tag:blogger.com,1999:blog-88143393933604722472024-03-18T02:41:30.435+01:00Motel BourbonQuiere ser general de una banda de tipos que escupa rock and roll al hablarCarlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.comBlogger2802125tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-59337650372164998862024-03-15T08:47:00.005+01:002024-03-15T08:58:52.026+01:00SATURNA - The Reset<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEf5e1clhKEnuDuvWFD7Dydyx4m9P3SK74GQpqFGbuOzvMODeWfkZNQD4dPPQ7kfec4toHvHr6pUM0BUeN4GU3CZSowdXia0UeHCoCBCYvsqjdoruUEIgPspzXFUIFQj482kzPtSTsmeRImT2RahhHjxK9DbbTChBzapTHpf6OwMz0u2ptoOGRR5_LC8v3/s700/saturna.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="700" data-original-width="700" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEf5e1clhKEnuDuvWFD7Dydyx4m9P3SK74GQpqFGbuOzvMODeWfkZNQD4dPPQ7kfec4toHvHr6pUM0BUeN4GU3CZSowdXia0UeHCoCBCYvsqjdoruUEIgPspzXFUIFQj482kzPtSTsmeRImT2RahhHjxK9DbbTChBzapTHpf6OwMz0u2ptoOGRR5_LC8v3/w400-h400/saturna.jpeg" width="400" /></a></div>En recónditos rincones de mi memoria conviven fantasmas creados de recuerdos. Figuras espectrales fortalecidas por el inexorable cauce del reloj de arena del tiempo, artefacto cuyos mecanismo nunca deja de funcionar hasta expulsar el último grano de arena, señal inequívoca de que el final llama a la puerta y da igual los cerrojos con la que la cierres. Movimientos difusos que crean monstruos extraños como en un relato de ciencia ficción donde los bordes de la realidad se convierten en una permeable frontera. El arte de rememorar a la vez posee la capacidad de modelar, evocar tiempos pasados transformados en cicatrices que no siempre curan bien. Líneas temporales trazadas por imprecisos cartabones que no siempre tienen la obligación de ceñirse a una realidad no escrita en los libros. Botones de reinicio donde las yemas de los dedos llegan con dificultad y que alguien vendió como la entrada a un paraíso deforestado de malos recuerdos que se dispersan como nubarrones arrastrados por el viento para dejar paso al sol como creador de nueva vida, aunque un cambio de aire vuelva a traer las lluvias sobre nuestras cabezas.<p></p><p>El autoconcepto de reinicio que manejan los catalanes Saturna en este "The Reset", editado el pasado año y que se coló inexorablemente entre <a href="https://motelbourbon.blogspot.com/2024/01/mis-discos-preferidos-de-2023.html">mis discos preferidos de 2023</a>. Un disco creado como conductor de atmósferas que se dan cita en todos y cada una de las canciones que lo componen. Un intenso viaje al hacia la primigenia del hard rock sin caer en la simple imitación de tiempos pasados, sino siendo capaces de manera singular de actualizar influencias mostrando el debido respeto pero a la vez rompiendo la lanza imprescindible que reivindica la propia personalidad. Saturan abren la válvula de la fuerza concebida en el interior de sus canciones para dejarla fluir libremente a la vez que los altavoces anuncian al mundo el mensaje de sus guitarras y sección rítmica. Un espectacular trabajo vocal como hilo conductor que nos invita a convertir en propias cada una de las melodías que le dan forma.</p><p>No me siento en la necesidad de rescatar etiquetas de sobras conocidas ni pretendo poseer la capacidad de renombrar o inventar otras que por otra parte carecen de valor en estos tiempos en los que la mejor forma de concebir una idea sobre un disco es sencillamente escucharlo. Saturna construyen una escalera solida en tiempos donde el negocio musical construye casas de paja que cualquier lobo de la moda es capaz de derribar con tan solo con soplar y soplar. "The Reset" consigue dejar muesca allá donde perviven los discos que el tiempo, mi tiempo, le va a costar borrar. </p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-43215050257923321282024-03-10T11:34:00.002+01:002024-03-10T11:34:55.560+01:00VOODOOCULT - Jesus Killing Machine<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNmZq3MfWIk9E37OkNHO5oM7X9VKZA3LgoKokmmAv7y2eie-v9bdPTqK-txyg54wzMfTfOzDuBlH1KKIG4z3auSrFfFAbhJ5EQMdDmNWbKRdQkzn-RwHYlt7JI1sy8rQ1YttEr6gOKMpG44RZUD90ps-bTv2dmHe4tBQ1IfQFsS4BvGEEueFRtiU4jmo67/s300/voodoo.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="300" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNmZq3MfWIk9E37OkNHO5oM7X9VKZA3LgoKokmmAv7y2eie-v9bdPTqK-txyg54wzMfTfOzDuBlH1KKIG4z3auSrFfFAbhJ5EQMdDmNWbKRdQkzn-RwHYlt7JI1sy8rQ1YttEr6gOKMpG44RZUD90ps-bTv2dmHe4tBQ1IfQFsS4BvGEEueFRtiU4jmo67/w400-h400/voodoo.jpeg" width="400" /></a></div>Si somos capaces de hacer autocrítica dentro del mundo del heavy metal, tenemos que reconocer esa tendencia casi diría que innata, de reivindicar bandas minoritarias como muestra de identidad, de personalización dentro del colectivo, un rasgo tribal con el que demarcar una difuminada estratificación, que se acentúa cuanto más se “radicaliza” el sonido en cuestión o se acerca a márgenes extremos. Yo el primero, que si algo me ha unido a las huestes del metal es compartir sus filias y fobias como parte intrínseca de nuestra definición. Rasgo que seguramente compartamos con la gente del Hardcore - con los que a fin de cuentas terminamos compartiendo filas allá a finales de los 80, por obra y gracia de bandas como Suicidal Tendencies o D.R.I. por su parte y Anthrax por la nuestra- y otros géneros cuya simiente se plantó varias plantas por debajo de las alcantarillas del suelo urbano.<p></p><p>Precisamente eso me hizo interesarme en el ya lejano 1994 por “Jesus Killing Machine”, debut de estos VoodooCult, una banda que a priori, por la alineación que presentaba, despertaba el mórbido deseo de cualquier fan del heavy metal, especiamente aquellos que gustamos del thrash metal. VoodooCult, era un proyecto formado por Phillip Boas, vocalista de Phillip Boa & The Voodooclub, banda ajena al mundo del metal y presumiblemente muy bien relacionado. El cantante alemán conseguía reunir a su alrededor entre otros a Dave Lombardo, Mille Petrozza, Waldemar Sorychta y Chuck Schuldiner. Y si ya de por si, la participación de semejante elenco era suficiente anzuelo para mi, el rechazo colectivo de buena parte del mundo del heavy metal al resultado final de dicha grabación, que afilaba sus cuchillos para trocear el sonido procesado, añadía un punto más de perversa curiosidad por mi parte, y eso que no estamos hablando de un lanzamiento vanguardista que encontrase la lógica resistencia de la incomprensión temporal y al que el tiempo terminase dando la razón una vez que se cuestionan las cosas echando la vista atrás.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZkBe9gRXX70d7TlHYmv0KinyaEYC5PxVemnp6Vv-VnAW3i-dwPppKjI5L_iVGBWLM6qDu14AiREf3e-NmOToSlZKquoL7s9kG5tq52ARH9qKt319Ah8zVNdqToikdDJ1-4dDDPIszfPonF4MgTPXoCInrsowYvC68otMaP5gGlVog8KXG8rYcJS6tK0td/s765/Voodocult_back.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="598" data-original-width="765" height="501" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZkBe9gRXX70d7TlHYmv0KinyaEYC5PxVemnp6Vv-VnAW3i-dwPppKjI5L_iVGBWLM6qDu14AiREf3e-NmOToSlZKquoL7s9kG5tq52ARH9qKt319Ah8zVNdqToikdDJ1-4dDDPIszfPonF4MgTPXoCInrsowYvC68otMaP5gGlVog8KXG8rYcJS6tK0td/w640-h501/Voodocult_back.jpg" width="640" /></a></div><br /><p><br /></p><p>“Jesus Killing Machine” escapaba de los cánones más tradicionales del thrash metal, pero insisto en hacer incidencia sobre todo en ese "más", porque la batería de Lombardo y los riffs de guitarra, según el protagonista momentáneo, podían relacionarse con el contexto donde siempre los habíamos situado. Pero Boa, proveniente de un círculo donde imperaba el pop rock y el rock alternativo, marcaba con su voz ese punto de diferencia que tal vez, dejando de un lado la disección técnica de las canciones, que ahí ya se basa más en la capacidad de cada uno para analizarlas, no terminó de encajar en los esquemas de más de uno. “Jesus Killing Machine” es una amalgama de thrash industrial que consigue adolecer -desconozco si de manera intencionada por sus protagonistas- de una atmósfera predominantemente metálica en pos de una amalgama poderosa/melódica que se acerca por momentos incluso a terrenos propios del hard rock en su vertiente más infecciosa y macarra de bandas como los primeros The Almighty, y si no escucha por ejemplo, la canción que da nombre al disco.</p><p>El debut de VoodooCult no solo dejó un amargo sabor en la prensa músical del momento, sino que la cara agría que se le puso a más de un fan del género que aún se conserva, prueba a dar una vuelta por internet para contrastar opiniones sobre el disco. El caso es que a mi en su momento, “Jesus Killing Machine” me gustó y mucho y a lo largo del tiempo las veces que ha ido sonando en casa, siempre me ha transmitido muy buenas sensaciones y lo sigue haciendo en la actualidad, que suena con la potencia que son capaces de despreder los maltratados altavoces de mi vieja minicadena. Ya sabéis que sobre gustos, no hay nada escrito y que cada día vivo más convencido que la única división posible cuando hablo de música, es la que me gusta y la que no.</p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-9044597548121586462024-03-08T22:11:00.003+01:002024-03-08T22:11:37.341+01:00MAGNUM - Here comes the rain<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlkq_c-kUDOlhrYv2ZQN6_PkaA4rMKyOe_SIgKqs0n09KUHIThMp5Xv2-phATSU31_os_IMssgOpzUcPHSbBQi7PHGhWYVHTLAGAdqOrUff4tcn3-rIZ0Y2Jx3hUyuiSHsq-KwCrseJvIL3xOYkZ26f6hXRYq5Ck4VUIE4VKkXOGcW9imDyy7GtCwETIgV/s894/magnum.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="894" data-original-width="894" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlkq_c-kUDOlhrYv2ZQN6_PkaA4rMKyOe_SIgKqs0n09KUHIThMp5Xv2-phATSU31_os_IMssgOpzUcPHSbBQi7PHGhWYVHTLAGAdqOrUff4tcn3-rIZ0Y2Jx3hUyuiSHsq-KwCrseJvIL3xOYkZ26f6hXRYq5Ck4VUIE4VKkXOGcW9imDyy7GtCwETIgV/w400-h400/magnum.jpeg" width="400" /></a></div>Levantaba Jose Carlos Molina en una de sus canciones una copa por un viejo amigo. Hoy, me levanto con la noticia de que Bob Catley ha decidido que Magnum no debe seguir adelante sin Tony Clarkin. A ambos los unía mucho más que un puñado de canciones. El fallecimiento de Tony Clarkin fue una pesada losa para el universo Magnum y para sus fans, entre los que me incluyo. Por eso me veo en la obligación de levantar mi copa por un viejo amigo. Es la magia de la música, no necesitas ni tan siquiera haber cruzado alguna vez una palabra con un músico para que este forme parte de tu vida. Clarkin lo forma de la mía gracias a los discos de su banda. Descubrí a Magnum en el 87. Ojeando discos en una tienda, me topé con la portada de "Mirador". La decisión estaba tomada, aquel disco se venía conmigo a casa sin saber que me encontraría en el momento que la aguja del tocadisco tocase los surcos del vinilo. Tiempos de riesgo, donde la más mínima pista inclinaba la balanza. Ya tenía algún disco editado por AFM Records, así que podía presuponer que entraría dentro de mis gustos. Aquel disco fue un bálsamo de fierabrás para un adolescente ávido de canciones. Principalmente dos, "How far Jerusalem" y "Just like an Arrow". Amor a primera vista, odia o como lo querías llamar. <p></p><p>Han pasado demasiados años. Muchos discos editados por los británicos. Gran cantidad de ellos desordenados en las estanterías donde se acumulan junto a los de tantos otros. El vaivén de los tiempos hizo mella en el negocio musical, en los modos y maneras de entenderlo. Muchos tiraron la toalla, otros se salieron del camino y no fueron capaces de volver a encontrar la vía de entrada. Magnum han resistido los envites del tiempo hasta que el reloj de arena de Tony Clarkin ha llegado a su fin, a deslizar el último grano de arena como inexorable muestra de que nada dura para siempre. Falso, las canciones si que lo hacen y con ellas el alma de sus creadores, que cobran vida cada vez que por un altavoz vuelven a ser libres. Seguramente ese sea el paraíso con el que sueñan tantas y tantas religiones. Aquí viene la lluvia y lo hace en forma de capítulo final. No lo sabíamos cuando el disco salió a mediados de enero, pero era una triste sospecha cuando la gira de presentación se canceló debido al estado de salud del guitarrista. Clarkin y Catley, tanto monta, monta tanto. La personal voz de un vocalista a cuya garganta el tiempo no ha sido capaz de derrotar. La elegante forma de tocar de un guitarrista, cuya impronta vivirá impresa en cada acorde de sus canciones.</p><p>"Here comes the rain" no se separa de lo que Magnum nos ha ido ofreciendo durante todos estos años, sobre todo en los últimos tiempos. No me escondo cuando afirmo a boca llena que prefiero esos Magnum de corte rockero, o incluso los que bordaban el a.o.r. de estribillos poderosos. Aquí tenemos arrebatos de fuerza controlada, de esa manera que tan bien saben hacerlo y que deja claro que el que tuvo, retuvo, porque para eso lo han sabido hacer toda la vida. Magnum cada vez han ido dejando que los momentos sinfónicos sean más habituales, que los medios tiempos -para lucimiento de Bob Catley, que por otra parte, se luce le pongan lo que le pongan- nos sirva su intensidad en bandeja. Tonos épicos, desarrollos plenos de teatralidad, canciones con las que disfrutar sin pretender poner inconvenientes a unos músicos que siempre han dado lo mejor de sí. Levanto mi copa por ti, Tony. Te lloro mientras escucho tus canciones. Que venga la lluvia, ten por seguro que de mi lado no se las llevará.</p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-54953540817377414072024-02-22T09:00:00.003+01:002024-02-22T16:18:28.379+01:00SADUS - Swallowed in black (1990)<p><b><i></i></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><i><br /></i></b></div><p></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRA6zcaO0-vysKwieADKWllBKpBka3vGyhlX3MU0hWHivfnoVlbTclh2HDp1MlluXM-mr6a-O9sIz5Mt9RbRH61r9f0MYXwzw1TwDn2Xq2XvNVAwjLtp5am-7cvzNeSVYGrj0EHjnDNokXgCeyoHXS9o0Gsg8LY1oh8zKJtrsrCZ7EYgmTt7W0WhO8VO6A/s304/1C95BA09-C9C4-4C67-8D3E-8309F4E02F50.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="304" data-original-width="302" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRA6zcaO0-vysKwieADKWllBKpBka3vGyhlX3MU0hWHivfnoVlbTclh2HDp1MlluXM-mr6a-O9sIz5Mt9RbRH61r9f0MYXwzw1TwDn2Xq2XvNVAwjLtp5am-7cvzNeSVYGrj0EHjnDNokXgCeyoHXS9o0Gsg8LY1oh8zKJtrsrCZ7EYgmTt7W0WhO8VO6A/w397-h400/1C95BA09-C9C4-4C67-8D3E-8309F4E02F50.jpeg" width="397" /></a></div>Echando la vista atrás, hubo seguramente un tiempo -hace demasiado- en el que un adjetivo en una crítica musical era capaz de despertar la curiosidad por escuchar un disco hasta límites insospechados y convertirla en ansiedad si este se convertía en complicado de conseguir a través de algún colega capaz de grabártelo en cinta de cassette, si no querías asumir el riesgo -esta vez- de comprar a ciegas o bien porque dado el presupuesto, la elección era otra en ese instante. En los tiempos actuales con los medios a nuestro alcance, presupongo que las reseñas de discos se han convertido en algo anecdótico para la mayoría, dada la facilidad para escuchar cualquier disco y crearte tu propia opinión al respecto sin la necesidad de confiar en la capacidad ajena o incluso en la afinidad de gustos como factor determinante de la descripción de las canciones que este contiene. En mi caso, reconozco que me sigue gustando mucho leer reseñas de discos y comparar luego con las sensaciones propias una vez escuchado.<p></p><p>A final de los 80, principio de los 90 era un ávido lector -principalmente- de la HeavyRock y Metal Hammer. Ahora mismo no sabría decir en cual de ambas leí por primera vez sobre Sadus, pero si que encontrar el adjetivo “técnico” junto a Thrash Metal, estilo que instintivamente relacionaba más con dureza y velocidad, me lanzó a la búsqueda desenfrenada de “Swallowed in black”, que editaban Sadus en 1990. Tras el habitual ritual de preguntar “¿<i>tú no tendras…?</i>”, a aquellos que sospechaba que podrían acercarme a la música de Sadus, por fin caía en mis manos en una TDK 90’. Soy incapaz ahora mismo de decir que había grabado en la otra cara, que las cintas, como es de rigor, nunca venían con un solo disco a no ser que este superase los 45 minutos de duración, cuyo destinatario en ese caso era una casette de 60’ -90 si era un disco doble como por ejemplo “World Wide Live” de Scorpions- para él solo. Cuando un disco había levantado en mi unas expectativas excepcionales -y no lo tenía original- nunca tenia su estreno en el equipo de música sino que iba directo al walkman, conexión directa al cerebro y la espina dorsal aislado del mundo exterior.</p><p>Pero antes, vamos a poner en perspectiva aquel 1990 en el mundo del metal, o al menos, el ángulo desde el que yo lo observaba a través de revistas y programas de radio, en una ciudad del sur lejos de la efervescencia de las grandes ciudades. En aquel 1990, el death metal se comenzaba a asentar como orgulloso representante de las facciones más extremas del metal con discos como “Cause of death” de Obituary, “Spiritual healing” de Death o “Left hand path” de Entombed, tres obras capitales de la historia del metal. Por otra parte, la aristocracia del thrash metal y su corte más proxima, fluctuaban su sonido hacia nuevas vías de escape, como era palpable en discos del calibre de “Act III” de Death Angel, “Rust in peace” de Megadeth, “Lights, camera, revolution” de Suicidal Tendencies y “Persistence of time” de Anthrax, quizás siguiendo la estela de discos como el “…And Justice for all” de Metallica y “South of heaven” de Slayer. Además, aunque el término Groove Metal aún no habia hecho aparición -al menos en lo que a mi respecta-, discos como “Beg to differ” de Prong y por supuesto “Cowboys from hell” de Pantera plantaban la simiente. Pero ojo, que a pesar de lo expuesto, ese año nos dimos de frente con un puñado de muy buenos discos de thrash metal en su concepción más “tradicional”, caso de “For whose advantage” (Xentrix), “Better off dead” (Sodom), “Opressing the masses” (Vio-lence), “Violent by nature” (Atrophy) o “Mind Training” (Legion) a pesar de su infame producción.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjghunwDPPCNWauYocyUMhbpnO6BLn0T4cwLQi_SZrpEh2yYCSlzJy0_S9unf_GnAtimsWDO_kdeW_cOdZ6hyrS6HdHbhP-4V8mv7tUfA4kZjIztYxL8cyzI1Fye14sIAWQdFWJvfZCHW3rczMroj6g4gZbmctE-P-dOFXo7G7qLtrasZFKvwut8P0vIFpi/s1024/4C70FB7C-A2DA-4C9F-A5F8-AFABEAB80EB3.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjghunwDPPCNWauYocyUMhbpnO6BLn0T4cwLQi_SZrpEh2yYCSlzJy0_S9unf_GnAtimsWDO_kdeW_cOdZ6hyrS6HdHbhP-4V8mv7tUfA4kZjIztYxL8cyzI1Fye14sIAWQdFWJvfZCHW3rczMroj6g4gZbmctE-P-dOFXo7G7qLtrasZFKvwut8P0vIFpi/w400-h400/4C70FB7C-A2DA-4C9F-A5F8-AFABEAB80EB3.jpeg" width="400" /></a></div><br /><p>Centrémonos en Sadus y “Swallowed in black” y mi dedo pulsando el play, habiéndome asegurado antes de cambiar las pilas al walkman para evitar un inoportuno coitus interruptus. Lo prinero que llamó mi atención fue esa estación intermedia en la que el disco se situaba. Su agresividad por encima de ciertos estándares “melódicos “ del thrash -sí, he metido melódico y thrash en un mismo parrafo, de ahí el entrecomillado- pero sin llegar a las cotas del death y a continuación el bajo de Steve DiGeorgio que escapaba del rol rítmico asimilado al heavy metal siempre eclipsado por el protagonismo de las guitarras como máximas exponentes del género. Ahora DiGiorgio es uno de los bajistas más respetados y admirados de la escena, tanto, que su apretada agenda<i style="font-weight: bold;"> </i>impidió grabar junto a sus compañeros de banda el disco editado por Sadus a final de 2023. Eso si, aunque el bajo reclama merecidamente su cuota de gloria y protagonismo, las guitarras crujen de manera descomunal fabricando una serie incesante de riffs capaces de demoler tus cervicales cuando caes en la tentación de seguirles el ritmo, todo ello con una batería capaz de crear el necesario muro de contención. Una explosión a la vez devastadora y perfectamente contolada concebida en la cocción de la fuerza con fundamento. </p><p>Vivo convencido que este tipo de revisiones de memoria pierden para mi sentido si se recrean en un trabajo forense a fondo sobre las canciones que incluye el disco, que por otra parte tampoco me siento capaz de realizar con éxito, oorque prefiero situarlo en el contexto temporal en el fue concebido, para que no se pierda en consideraciones propias de una identificación actual. Mi proposito no es convencer de las virtudes o defectos del disco ni tan siquiera objetivizar un periodo histórico que prefiero cimentar en mis vivencias. Si hace mucho que no escuchas “Swallowed in black”, rescátalo del estante y si nunca lo cruzaste en tú camino, pon remedio y forja tu propia opinión que siempre será mejor que lo que nadie te pueda contar.</p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-84813145271992413432024-02-19T12:12:00.001+01:002024-02-19T12:12:00.131+01:00Robe - Se nos lleva el aire<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit002L8Bw7IHUnBd9nFRe9lbm0fM_K89Bbx7Qi-c2XiskMNhMB4GMtKZXzC90-75XGrm2SCPXBP1YpPYh_SVPqwNfAzU6DPnlw6XBnN04j5oiGCVMNv6MkbmFJMGRoKIge5gNuiew9alEQPpMfHpl0ZCGOkTSIX3kGGsZhPcPotSRolbtcoIXOvCSTDXEF/s894/robe.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="894" data-original-width="894" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit002L8Bw7IHUnBd9nFRe9lbm0fM_K89Bbx7Qi-c2XiskMNhMB4GMtKZXzC90-75XGrm2SCPXBP1YpPYh_SVPqwNfAzU6DPnlw6XBnN04j5oiGCVMNv6MkbmFJMGRoKIge5gNuiew9alEQPpMfHpl0ZCGOkTSIX3kGGsZhPcPotSRolbtcoIXOvCSTDXEF/s320/robe.jpeg" width="320" /></a></div>Hay discos que mueren después de la euforia inicial, porque cuando pierden el efecto del primer impacto, van perdiendo densidad, intensidad. Otros no solo la mantienen, sino que las escuchas posteriores se vuelven cicatrices permanentes en tu cuerpo que el roce de las uñas no hace más que perpetuar para siempre. Discos que sin razones que escapen más allá del paraíso de las emociones donde una sonrisa o un lagrima valen infinitamente más que el plástico de cualquier tarjeta de crédito, se hacen tuyos porque terminan relatando historias de vida y poniendo música a las tuyas. Eso me pasa con "Se nos lleva el aire", del que ya escribí para Rock The Best Music, y del que secuestro sin opción a rescate, lo que relaté en primera persona sobre mi sensaciones que siguen creciendo y removiéndose en cada escucha, por lo que le hago un hueco en las paredes del blog:<p></p><p>Por las noches, metido en la cama y tapado hasta las orejas, cierro los ojos y sueño con la primavera. Cuando me levanto, abro las persianas, añorando el otoño, descanso del guerrero después del verano, esperanza lánguida antes de la oscuridad del invierno. Con Robe me ocurre como con la estación que arranca las hojas de la copa de los árboles, sus letras me reconfortan como si fuesen mis propias historias de vida, -<i>…siempre me faltan horas de dormir, como me gusta no tener reloj, de madrugada, me siento mejor…-, </i>a la vez que dejan al descubierto muchas de las cicatrices secadas al sol que el tiempo me ha cubierto no tan solo sobre la piel -<i>…y si fuera mi vida una escalera, me la he pasado entera buscando el siguiente escalón…-.</i></p><p>Crecer es algo que nos impone la vida como condición, chantaje, peaje que no acepta pagos con tarjeta. Al menos elegimos con que canciones hacerlo, aunque a veces sintamos que han sido secuestradas sin que nadie pida rescate a cambio. Ignoro si la edad concede sapiencia en un mundo donde nada es gratis, donde hasta las manos se convierten en mercancía. Me aseguro que al menos las mismas piedras del camino con las que tropiezo dos veces cada día, me enseñen a no tener en cuenta del todo, lo que hablen fuera sobre las cosas a las que hago un hueco allá dentro, en la máquina que bombea sangre al resto de mi cuerpo. Resucito cada mañana sabiendo que quizás llegue a la noche saltando los dedos acusadores de la vida moderna -…<i>tú en tu casa, nosotros en la hoguera…-.</i></p><p>Termino el año sabiendo que “Se nos lleva el aire”, y es que hasta en el título de su nuevo disco, siento que Robe me hace un guiño sin ser consciente de mi presencia. Poeta de Monfragüe como buitre negro que aprovecha las corrientes de aire para germinar con sus letras mi conciencia y fecundar la maceta donde planto las reacciones y las sensaciones que abono cada día si me acuerdo. Canciones de amor castuo. Obra y gracia de Robe Iniesta. Escucho “Se nos lleva el aire” tres veces en una. La primera obsesionado y atento a sus letras, que otra vez se configuran como pequeñas biografías en la que de nuevo asoman recuerdos y fotos presentes: “<i>…me equivoco una y otra vez, y te puedo asegurar, que el paso de los años no impide que vuelva a tropezar, ni que me vuelva a romper, contra otro desengaño…no puedo caer más bajo, que vengo del fracaso, y acaso ser solo un superviviente-, </i>otra segunda que me absorve con una música que brilla con vida propia, pensada para no ser eclipsada por el reclamo irresistible de los versos de Robe Iniesta, sino que acapara un protagonismo justo y necesario, en un oleaje de reminiscencias forjadas en los mares profundos del rock clásico. </p><p>Y una tercera escucha global que me convence de la idea de encontrarme ante un disco que me pone de pie, un himno y banderas en las que nunca he creido a no ser que vengan de la mano del suspiro de una guitarra eléctrica. Cubro de arena mis trincheras, porque me rindo sin condiciones ante canciones como “Nada que perder”, “Viajando por el interior” o “Adiós, cielo azul, llegó la tormenta”. Me entrego a pecho descubierto cuando hago mía letras que me relatan al oído maneras de vivir: “…<i>yo soy capaz de renegar de todo lo que prometí…”, “…juré no perder nunca la cabeza, no lo he cumplido, ten la certeza, lo llevo escrito en mi naturaleza…”, “…y a veces si tropiezo y mo me caigo, me crezco y parezco que bailo…”, </i>todo ello envuelto en una música que se repite una y otra vez en mi cabeza -esa guitarra, ese teclado- y les preparo una cama permante en un inexistente cuarto de invitados. Dejo que me lleve el aíre donde le de la gana, siempre que sea este nuevo disco de Robe el que sirva para provocar mis mareas.</p><p><span face=""Noto Sans", Arial, Roboto, sans-serif" style="background-color: white; caret-color: rgb(42, 42, 42); color: #2a2a2a; font-size: 18px;"><br /></span></p><p><span face=""Noto Sans", Arial, Roboto, sans-serif" style="background-color: white; caret-color: rgb(42, 42, 42); color: #2a2a2a; font-size: 18px;"><br /></span></p><p></p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-19626669506377256112024-02-18T07:36:00.001+01:002024-02-18T07:36:00.124+01:00Por un puñado de e.p.'s: Electric Tomb / Hecho Mierda / Buffalo Bud Buster/Slower<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqfS_PRdAjVgZekpZpdUHbQ8ZwDDTYMp3Hx7i-PgymUaQMYU-G_q2zmmrA5X6E6dloFSM9Hefu3mMwtkg1XrVUxoS8Tzi8FC8WAZ7bu_5XEyhgwGeFWPN-v5gChiE9b0j6EwSwJTv_V588WoSngj5Zrx7j23TzW8GIJmNfHwUSVZx53P-SURmd-idP8206/s350/F40FB9E9-8D88-418F-981A-BBA13B97549C.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="350" data-original-width="350" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqfS_PRdAjVgZekpZpdUHbQ8ZwDDTYMp3Hx7i-PgymUaQMYU-G_q2zmmrA5X6E6dloFSM9Hefu3mMwtkg1XrVUxoS8Tzi8FC8WAZ7bu_5XEyhgwGeFWPN-v5gChiE9b0j6EwSwJTv_V588WoSngj5Zrx7j23TzW8GIJmNfHwUSVZx53P-SURmd-idP8206/w200-h200/F40FB9E9-8D88-418F-981A-BBA13B97549C.jpeg" width="200" /></a></div><b><i>Electric Tomb - Queen of the night (2023)</i></b><p></p><p>Electric Tomb es el proyecto creado en 2020 por el guitarrista norteamericano Guy LeMay (ex The Resistance) tomando el control absoluto del proyecto desde la composición a la producción pasando por el diseño de la portada, no en vano, LeMay ilustra portadas de comics. Tras un puñado de e.p.’s y singles publicados en tan corta existencia, en noviembre del año pasado lanza su octavo e.p., cinco canciones de heavy metal clásico, oscuro y áspero, comandado por la rasgada voz de LeMay y unas letras acordes a dragones, hechiceros y fauna propia del género. Sorprende la canción que cierra el trabajo, donde se desmarca del camino recorrido en las cuatro anteriores.</p><p><br /></p><p></p>
<div style="text-align: center;"><iframe seamless="" src="https://bandcamp.com/EmbeddedPlayer/album=1492042335/size=small/bgcol=ffffff/linkcol=0687f5/transparent=true/" style="border: 0; height: 42px; width: 100%;"><a href="https://electrictomb.bandcamp.com/album/queen-of-the-night">Queen of the Night by Electric Tomb</a></iframe></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: left;"><b><i><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizfsRc-k1QR6NKMz5kqml5ZFb2TI2iSutPOZZmI7m0ZrYPfpYBZLWbFMNSGMSgMddMKtC-LTIy1LcWFjmMzr4QS1G_PLaCnx0CHvclfZi9Bganua-YH-OhutdrRGxTlO9pF_167aqD8MFGjCgbgEdNB0ZMtAaG5CsIgpslCKVzqfvJPPBT48XIObjOoVtJ/s1200/84E03BCD-3C6E-4D7F-96EA-71F4B4496A2F.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1200" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizfsRc-k1QR6NKMz5kqml5ZFb2TI2iSutPOZZmI7m0ZrYPfpYBZLWbFMNSGMSgMddMKtC-LTIy1LcWFjmMzr4QS1G_PLaCnx0CHvclfZi9Bganua-YH-OhutdrRGxTlO9pF_167aqD8MFGjCgbgEdNB0ZMtAaG5CsIgpslCKVzqfvJPPBT48XIObjOoVtJ/w200-h200/84E03BCD-3C6E-4D7F-96EA-71F4B4496A2F.jpeg" width="200" /></a></div>Hecho Mierda - Hecho Mierda (2024)</i></b></div><div style="text-align: left;"><b><i><br /></i></b></div><div style="text-align: left;">Desde Genoa, Italia, llega el cuarteto Hecho Mierda que se presentan a si mismos como herederos de Kyuss y Soundgarden, aunque impregnados de un profundo ramalazo punk que se hace patente en la inicial “G.O.R.N.R.”. Por supuesto no reniegan del ambiente más arenoso y desértico de "Going for good" e incluso abrazan efluvios metálicos con "Hecho mierda" o la cuasi grind "Whoah", para cerrar este e.p. con una correcta versión de "Come together". Los italianos olvidan cualquier atisbo de linealidad que se le pueda presumir a su música, mostrando una amplia amalgama de influencias, siempre con la potencia como base de la que partir. ¿Stoner?. Bueno, teniendo en cuenta el cajón de sastre en lo que se ha convertido la etiqueta, por que no.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div>
<div style="text-align: center;"><iframe seamless="" src="https://bandcamp.com/EmbeddedPlayer/album=2275596359/size=small/bgcol=ffffff/linkcol=0687f5/transparent=true/" style="border: 0; height: 42px; width: 100%;"><a href="https://hechomierda.bandcamp.com/album/hecho-mierda-ep">Hecho Mierda EP by Hecho Mierda</a></iframe></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: left;"><b><i><br /></i></b></div><div style="text-align: left;"><b><i><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibnS3aGlhVxHzDUt6qqmgjnxY8Fv-949YWcl046BURz__mRpqzM2S6xH1KGg2Oe2vYG2w0O3Qjv5DxKosRbbZrrqcCLEhqDWUQKUFbqd_PxFlRKRSIE_c4wQwiBI5PSV6ocSaT-E761ie1Rk_6nYWV7N-88kOr_DZlfCSGs0JzXl1mWY9zg7scPpVH9ZXV/s700/buffalo.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="700" data-original-width="700" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibnS3aGlhVxHzDUt6qqmgjnxY8Fv-949YWcl046BURz__mRpqzM2S6xH1KGg2Oe2vYG2w0O3Qjv5DxKosRbbZrrqcCLEhqDWUQKUFbqd_PxFlRKRSIE_c4wQwiBI5PSV6ocSaT-E761ie1Rk_6nYWV7N-88kOr_DZlfCSGs0JzXl1mWY9zg7scPpVH9ZXV/w200-h200/buffalo.jpeg" width="200" /></a></div>Buffalo Bud Buster - El diablo locomotor (2024)</i></b></div><div style="text-align: left;"><b><i><br /></i></b></div><div style="text-align: left;">Desde Calgary, Canada, llega esta máquina de destrucción masiva a base de riffs llamada Buffalo Bud Buster que se equilibra entre los cánones más clásicos del stoner con la ventana abierta hacia el hard rock de riffs primigenios como una versión mucho más corrosiva y desértica del hard tradicional. Ellos se definen como Heavy Rock y seguramente sea la manera más acertada de acercarse a su forma de entender el rock de guitarras gruesas. Ritmos arrastrados y lentos, guiños sureños impregnados de abrasante arena, contundencia por bandera y derroche de mala leche. Seguramente puedan parecer obsoletos a aquellos que han ido avanzando inexorablemente en la evolución de un estilo que no ha dudado en desenfocar su origen, pero nadie puede negar que son como una locomotora cuya presencia se hace sentir desde kilómetros a la redonda.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div>
<div style="text-align: center;"><iframe seamless="" src="https://bandcamp.com/EmbeddedPlayer/album=2563639830/size=small/bgcol=ffffff/linkcol=0687f5/transparent=true/" style="border: 0; height: 42px; width: 100%;"><a href="https://buffalobudbuster.bandcamp.com/album/el-diablo-locomotor">El Diablo Locomotor by Buffalo Bud Buster</a></iframe></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: left;"><b><i><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwAeFMeJ0rs8MF70q_ls9L0g5zcly__pUR6GUUPKs6rErYp_yLbMg6hG0kle3abwG-07j-8L42KoSQ1muozAZvEkoaoqD8tP40u1XG2pJCxuTPRQHKeU4-2hWbFHGGOB-TCccUZQedka-SWMEpDBH3LUTxBGnKhZL2qNfHX2MgKXlq0PAAd7oXQ3qtwBhk/s700/slower.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="700" data-original-width="700" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwAeFMeJ0rs8MF70q_ls9L0g5zcly__pUR6GUUPKs6rErYp_yLbMg6hG0kle3abwG-07j-8L42KoSQ1muozAZvEkoaoqD8tP40u1XG2pJCxuTPRQHKeU4-2hWbFHGGOB-TCccUZQedka-SWMEpDBH3LUTxBGnKhZL2qNfHX2MgKXlq0PAAd7oXQ3qtwBhk/w200-h200/slower.jpeg" width="200" /></a></div>Slower - Slower (2024)</i></b></div><div style="text-align: left;"><b><i><br /></i></b></div><div style="text-align: left;">No sé si definir a Slower como un supergrupo dentro de los esquemas del círculo musical donde se mueven, ya que estamos hablando de Bob Balch de Fu Manchu como hilo conductor y junto a él gente como Esben Willems de Monolord, Peder Bergstrand de Lowrider y Amy Barrysmith de Year of The Cobra. La historia detrás de Slower, es que Balch estaba enseñando a uno de sus alumnos a tocar "South of heaven" de Slayer y para facilitarle la tarea, bajó el tempo de la canción. Se le encendió la bombilla y pensó por que no llevar canciones de Slayer al terreno del doom más pantanoso. Dicho y hecho. Así que aquí nos encontramos con cinco canciones de una de las bandas capitales del thrash metal revisitadas en unos parámetros más asfixiantes y menos speedicos. Como extra, la mencionada "South of heaven", pero reclutando para la ocasión a Scott Reeder de Kyuss y Laura Pleasants de Kylesa. </div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div>
<div style="text-align: center;"><iframe seamless="" src="https://bandcamp.com/EmbeddedPlayer/album=3508023910/size=small/bgcol=ffffff/linkcol=0687f5/transparent=true/" style="border: 0; height: 42px; width: 100%;"><a href="https://heavypsychsoundsrecords.bandcamp.com/album/slower-slower">SLOWER - Slower by HEAVY PSYCH SOUNDS Records</a></iframe></div>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-76850193368749945742024-02-16T10:09:00.004+01:002024-02-16T10:09:47.675+01:00Tarque - Vol. 2<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiptDmJ2q4wuQmBjimAeOAnAeKjBahtL0PuFy6ZQKcTWZqNDFGPXJea-7gKlTnS0pGuUH08rGpxNcS896sJxT9XDFeARFDz9SgqTruP1dCbv2daEctv-AWvvAaAOSIQlhdGyNW4r1od3kpHbymlc27dLsWFyWavVE1CET6JHgCWW9qC3sf9U8NbEgB_-IC/s894/499F0A62-B1B2-4283-85D7-D93B46FA5810.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="894" data-original-width="894" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiptDmJ2q4wuQmBjimAeOAnAeKjBahtL0PuFy6ZQKcTWZqNDFGPXJea-7gKlTnS0pGuUH08rGpxNcS896sJxT9XDFeARFDz9SgqTruP1dCbv2daEctv-AWvvAaAOSIQlhdGyNW4r1od3kpHbymlc27dLsWFyWavVE1CET6JHgCWW9qC3sf9U8NbEgB_-IC/s320/499F0A62-B1B2-4283-85D7-D93B46FA5810.jpeg" width="320" /></a></div>Hace relativamente poco me topé con una entrevista en la que Carlos Tarque afirmaba que no volvería a grabar una canción como “Carolina”, ignoro si como declaración de principios respecto a su situación actual o inmerso en ese extraño proceso de expiación de culpas del que tarde o temprano todos hacemos gala. “<i>Mirar siempre atrás es fatal para las cervicales y para el músculo cerebral” </i>deja impreso Begoña Gómez Urzaiz en un libro estoy leyendo actualmente. Y aunque dicha afirmación se sumerge en un contexto sociopolítico, no puedo evitar la tentación y aprovechar la ocasión para incluirla en este texto. Comprendo el razonamiento de Carlos Tarque y ese proceso de autenticidad, penitencia con la que la gente del rock vivimos permanentemente, y aún así no pudo evitar pensar si nos encontraríamos con “Volumen 2” dentro del estatus que el vocalista ocupa sin “Carolina” o “Llamando a la tierra” y si se hubiesen hecho eco de su propuesta los grandes medios generalistas, aquellos para los que la sección de cultura no es más que un relleno de páginas. Y cuidado, que no se malinterpreten mis palabras, porque siento una profunda devoción por la garganta de Carlos Tarque y además soy consciente de este territorio árido que es el negocio musical español donde los cantos de sirena resuenan excesivamente cerca de las rocas, y es que los bares -y las redes sociales- de este país están repletos no ya de gente que pereció en el intento, sino de muchos que ni tan siquiera lo intentaron y aún así tratan de dar directrices a aquellos que se dejan la piel sobre el duro asfalto del rock and roll día si y día también.<div><p></p></div><div>Mis brazos siempre están abiertos a lo que proponga Carlos Tarque. Hace mucho que olvide cualquier obviedad que me desviase de disfrutar los discos que me gustan -en superlativo- de M-Clan y dejar pasar como tormenta de verano, los que no fueron capaces de anclar raíces en mi. A veces nos obsesionamos tanto con posicionarnos en situaciones disidentes que no dejan de pertenecer al redil, según desde donde lo observemos, que nos olvidamos de recrearnos en la música que nos gusta. Un mundo en el que las sentencias categóricas sustituyan a los guiños cómplices, no es el mío. Prefiero que un guitarrazo bien dado me erice la piel que buscar sustancias vitales en interpretaciones tan personales como retorcidas de una canción. "Vol. 2" está lleno de de descargas eléctricas a través de los gruesos riffs de Carlos Raya. Un tipo que merece su lugar permanente por derecho propio en el Olimpo del rock and roll patrio y que sin embargo, a pesar de que su presencia se vuelve imprescindible allá donde toca, nunca le ha importado militar en un segundo plano frente a los focos. Las guitarras de Raya y la voz de Tarque se convierten en la fórmula mágica para cimentar un disco en el que las canciones hablan por sí mismas.</div><div><br /></div><div>Tarque ha apostado por un endurecimiento progresivo, una contundencia que se hace palpable con las dos primeras canciones, "He vuelto para veros arder" y "Bombas en son de paz" donde adoptan los preceptos del hard rock sin complejo alguno. Este "Vol. 2" acrecienta las buenas sensaciones que ya dejó el anterior, donde aún se podía percibir ese tiempo de transición en Carlos Tarque, entre lo que estaba haciendo un instante antes y lo como quería enfocar su carrera. "Credo" o "Lluvia de abril", que no cierran ninguna puerta a un pasado reciente. "Escapa del amor" "Tan grande como tú" nos hace desviar la mirada hacia los ecos sureños de los primeros trabajos de M-Clan con un estribillo que dibuja con precisión lo aprendido a lo largo de los años. Hard rock, rock de mares más tradicionales, y por supuesto aromas blues como los que te envuelven en el medio tiempo "Mar de whisky" para disfrutar de la voz de Tarque y su sello tan personal. Un disco variado, cogiendo de aquí y allá, concebido para disfrute de público y artista. </div>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-40772146514540562662024-02-03T18:49:00.000+01:002024-02-03T18:49:22.866+01:00RILEY’S L.A. GUNS - The Dark Horse<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYVP33WeEBCIsuKU9kA0ED3QuQKLlp8XxxGa12K244H59gVFTOShnH9uQrQjI3pqb0EH4feUrLFN3kHfTPdoSsg_oGrd_bHS-BcCCWVY7SeKiGuauM9k0kxLzA6_f4yClcUiIj4mlyNr3xOCypUrXITzoWWZfwQvBGaI1RJl5Kn4nqnaPN01cfl0KC9vZV/s1280/8E006472-1790-4F69-8E6F-7135051623D7.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="886" data-original-width="1280" height="445" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYVP33WeEBCIsuKU9kA0ED3QuQKLlp8XxxGa12K244H59gVFTOShnH9uQrQjI3pqb0EH4feUrLFN3kHfTPdoSsg_oGrd_bHS-BcCCWVY7SeKiGuauM9k0kxLzA6_f4yClcUiIj4mlyNr3xOCypUrXITzoWWZfwQvBGaI1RJl5Kn4nqnaPN01cfl0KC9vZV/w640-h445/8E006472-1790-4F69-8E6F-7135051623D7.jpeg" width="640" /></a></div>Esta “reseña” desde un primer momento tenía planeada realizarla en Rock The Best Music, utilizando el criterio, acertado o no, de que se trata de una novedad discográfica que puede/debe crear cierta expectativa entre los aficionados al hard rock. Pero, ¿sabéis que pasa?. Mi parcialidad y subjetividad cuando de habla es manifiesta y nunca lo he tratado de ocultar. No llegué aquí por la gloria ni el reconocimiento, sino por la necesidad de contar al mundo lo que me mueve y de la manera en que lo hace. Si además aplico esa teoria existencia e innegociable, a esos músicos que para mi, forman parte destacada de canciones que me han dejado huella, apaga y vamonos. Es el caso del nuevo disco de los L.A. Guns versión Steve Riley. El batería militó en dos de mis bandas canallas preferidas del heavy rock, W.A.S.P -fan confeso de los discos de Blackie y sus secuaces hasta “Live…in the raw”- y L.A. Guns. Curiosamente, el batería no estuvo presente en ninguno de mi disco favorito de ambos grupos, sus debuts, pero si como núcleo de lo que vino después. Desde hace ya un tiempo, cuando una de las reuniones con Lewis y Guns se fue al traste, Riley mantenía su propia formación bajo el nombre de L.A. Guns junto a Kelly Nickels, con la que grabó un inmenso “Renegades” y que surcaba paralela a la de Tracii y Lewis. Los juzgados dictaminaron que el batería no podría llamar a su banda como aquella en la que militó desde 1989 hasta bien entrado el Siglo XXI de ahí lo de Riley's L. A. Guns.<p></p><p>Desgraciadamente, el pasado mes de octubre falleció Steve Riley. Este caballo oscuro es su testamento, su legado. Su último ticket a la inmortalidad, esa verdad incontestable cada vez que alguien escucha una de sus canciones. Junto a Kelly Nickels al bajo y Scott Griffin a la guitarra -otro que formó parte como bajista de un par de periodos de la vida musical de L.A. Guns- y la voz/guitarra de Kurt Frohlich (Faster Pussycat/Marky Ramone Band). Hace un par de días me encontraba con un video de una actuación en directo el pasado día 20 en Connecticut, concierto por lo visto que tenían contratado desde antes del fallecimiento de Riley, y que ha servido como homenaje de sus compañeros al batería. Supongo que seguirán adelante con otro nombre, o no, vete a saber, que de todo hemos visto en este mundo del rock and roll, a veces más de lo que nos gustaría imaginar.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/5wdjW313Zrw" width="320" youtube-src-id="5wdjW313Zrw"></iframe></div><br /><p>"The dark Horse" es el disco póstumo -en principio- de esta escisión de una de las bandas claves para entender el sleaze rock. Nunca he sido muy partidario de las "bicéfalias", menos aún cuando en una de las partes militan miembros fundamentales de la historia de una banda, pero “Renegades” me convenció para conventirlo en la excepción que confirma la regla. En “The dark horse” se aglutina todo lo que -al menos yo- espero de un disco así, dosis musculosas de hard rock, puertas abiertas a las melodias, aires chulescos con sabor a Jack Daniel’s y Sunset Boulevard y la balada de rigor. Diez canciones a toda vela. Un disco que navega entre la euforia que producen unas canciones que rememoran tiempos que no se marchan por muy lejanas a ellos que anden las modas y esa sensación áspera de saber que no volverás a escuchar a Steve Riley aporrear los parches de su batería. El show debe continuar, pero afortunadamente, canciones como las de este disco permiten que no olvidemos a los nuestros.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJlyqERAvWRwPcsSpccb4koHu9CAaEwLYYJOvgp_gIJE7CPhRw1dhLEMvwUXo9HSKC4Vnj119XZUzLciD-TK9VEDJTX4NSYmSBcDG2LPKV3vVw3rCl_w4SOBIW-xerznEpl58IUnyt7wirBaXZN27zyEMnv1H2Lm8YTv2UMcbv6EEUETHb9aX6_qtAM1_M/s400/E340863C-5CBE-40A4-947C-77CCAF4679F6.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="400" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJlyqERAvWRwPcsSpccb4koHu9CAaEwLYYJOvgp_gIJE7CPhRw1dhLEMvwUXo9HSKC4Vnj119XZUzLciD-TK9VEDJTX4NSYmSBcDG2LPKV3vVw3rCl_w4SOBIW-xerznEpl58IUnyt7wirBaXZN27zyEMnv1H2Lm8YTv2UMcbv6EEUETHb9aX6_qtAM1_M/s320/E340863C-5CBE-40A4-947C-77CCAF4679F6.jpeg" width="320" /></a></div><br /><p><br /></p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-36278782779705316402024-01-16T23:51:00.000+01:002024-01-16T23:51:17.836+01:00Dokken - Heaven comes down / Vandenberg - Sin<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqBmCQLn7oyA2zwwNFRQ0yVGqVrr00YxlR-GCRGcvZVRAnGjShWIsGht9kS5oz3H4mukd2uRFON-Sx5n0rsTvZHbA-zCHvb6oCVPU8N4k4X8RmeHX24g9_hqkdPgxePAF70y9VG4TM8XS1_OK4iXhoEdwaqp250SDkx4I85-QYKv_8xSW_DV1WzsrhYXND/s425/3AF21135-9C8D-4F28-A292-8811AC7961FB.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="425" data-original-width="425" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqBmCQLn7oyA2zwwNFRQ0yVGqVrr00YxlR-GCRGcvZVRAnGjShWIsGht9kS5oz3H4mukd2uRFON-Sx5n0rsTvZHbA-zCHvb6oCVPU8N4k4X8RmeHX24g9_hqkdPgxePAF70y9VG4TM8XS1_OK4iXhoEdwaqp250SDkx4I85-QYKv_8xSW_DV1WzsrhYXND/w400-h400/3AF21135-9C8D-4F28-A292-8811AC7961FB.jpeg" width="400" /></a></div>Uno pertenece a aquel lugar donde se siente a gusto y allí le gusta volver. Dokken es una de mis bandas favoritas del ahora denostado por algunos, hair metal. Término al que han pretendido asignar un significado despectivo, pero que a mi siempre me ha gustado como definición de una epocacon grandes discos y mejores canciones. Como decía, Dokken siempre ha sido una de mis bandas preferidas de esta historia, con aquella formación tan excelsa como mal avenida. Parece que llega el fin. Los problemas de salud apuntan a ello. Han pasado casi doce años de aquel endeble “Broken bones”, aún así me acerco al nuevo trabajo de Don predispuesto de antemano. La guitarra de John Levin me sorprende por su herencia del sonido Lynch en la inicial “Fugitive”, llevándome a enterrar cualquier suspicacia que pudiese haber albergado. “Heaven comes Down” presume de ser un disco de guitarras poderosas. Levin asume su culpa en ello. Siguen sonando canciones donde sus seis cuerdas ya no tratan de emilar pasajes, que al fin y al cabo fueron santo y seña de la forma de reconocer a Dokken al primer acorde, sino que aporta su lado de la historia. La voz de Don, hace muchísimo que no está para excesos, pero mantiene ese algo que en inferioridad frente a otros grandes vocalistas de los que presume el hard rock, tiene ese algo especial.<p></p><p>Ignoro si “Heaven comes down” será el capítulo final de Dokken, pero de ser asi, se despeciran con la cabeza bien alta. Canciones como “Is it me or you?” o “Lost in you” junto a la inicial “Fugitive” me devuelven la fe. “Saving grace” conecta con aquel “Dysfunctional” (¿sólo a mi me gusta este disco?) que significó el regreso de la formación original en un momento convulso para el hard. La íntima “Santa Fe” es la palabra de un hombre y su guitarra. En definitiva, “Heave comes down” lo disfruto, lo hago mío.</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjraL8jNMKD6zQo0cF60WzgMwHpndplY5u7DApqJJiygJ625agVE08RVbB0m3li92koYjzGojWtxelHNJnkkXxshKocLKIZjcxZz-8D2ch9B05BjziVJs7XHISZxxYB5NPIj7cCcQi0mDmeI8CepAUQ6t3CtUq01W_PXXMKhGa-Mms4fmyd7jdog-ImnMk9/s894/894DE507-4C78-45CA-8CA9-B8C86A67CF61.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="894" data-original-width="894" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjraL8jNMKD6zQo0cF60WzgMwHpndplY5u7DApqJJiygJ625agVE08RVbB0m3li92koYjzGojWtxelHNJnkkXxshKocLKIZjcxZz-8D2ch9B05BjziVJs7XHISZxxYB5NPIj7cCcQi0mDmeI8CepAUQ6t3CtUq01W_PXXMKhGa-Mms4fmyd7jdog-ImnMk9/w400-h400/894DE507-4C78-45CA-8CA9-B8C86A67CF61.jpeg" width="400" /></a></div>Quien si consiguió superar su lesión despues de años de ostracismo en los que centro su vida en otras facetas del arte es Adrian Vandenberg. El regreso en dias de nada que perder de la formación que llevaba su nombre, ha resultado desde entonces productiva. Para este “Sin”, con Mats Leven a la voz, vocalista con experiencia y solvencia demostrada, Adrian parece querer tender un puente hacia aquel “Slip of the tongue” que compuso para Coverdale, pero que sus problemas en la mano, llevaron a Steve Vai a grabar las guitarras del disco y llevarse su merecida razón de gloria. “Sin” suena por momentos -bastantes- a aquellos Whitesnake que lidiaban con la presión de tener que parir al sucesor de un “1987” que los puso en la cina del mundo. “Sin” posee un clara orientación al hard rock de los 80, no tanto a la primera mitad en la que Vandenberg editó sus primeros discos, como a la segunda mitad de la década. También hay lugar para arranques más furiosos con un Mats Leven que raya a un gran nivel durante toda la grabación y la guitarra elegante y precisacde un Adrian Vandenberg - por cierto, si no conocéis el disco que sacó junto a Rudy Sarzo y Tommy Aldridge bajo el nombre de Manic Eden, buscadlo- cuyo nombre merecería militar en posiciones más altas en los héroes de la guitarra que tanto idolatramos los seguidores del hard rock. Dos discos con viso de presente de dos músicos con mucha historia a su espalda, dándome la satisfacción de seguir disfrutando de un hard que fue mayoritario y ahora pertenece a una inmensa minoría.<p></p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-12313306273073219602024-01-11T05:30:00.000+01:002024-01-11T05:30:04.490+01:00Mis discos preferidos de 2023<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhLufsdPK-5s6w_6jYxk6xBq4BeDorfD2c019GkkelIkWkQAqsd8iT_8DhfbBaarF2xWwmiviMBNvJWNfU49iVtzTkCd5oCr-30ZwmDZ6AsSt2MeFZr6TBiEWs5GKWgNktvRunCV21jPOSDPhyJnEiMqGkmM2J35Z33PEgc_l0b5In0JwD0tj5W-khVV39/s1600/i.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhLufsdPK-5s6w_6jYxk6xBq4BeDorfD2c019GkkelIkWkQAqsd8iT_8DhfbBaarF2xWwmiviMBNvJWNfU49iVtzTkCd5oCr-30ZwmDZ6AsSt2MeFZr6TBiEWs5GKWgNktvRunCV21jPOSDPhyJnEiMqGkmM2J35Z33PEgc_l0b5In0JwD0tj5W-khVV39/w400-h225/i.jpeg" width="400" /></a></div>Confeccionar las listas de mejores discos del años es para mi un divertido ritual. Nunca me ha gustado eso de mejores, porque vivo convencido desde hace demasiado, que la música la dividimos entre lo que nos gusta o no, pero no nos engañemos, siempre queda mejor que decir los discos que más me han gustado, o al menos más llamativo. Eso si, después de soltaros esa "explicación", titulo la entrada como "Mis discos preferidos de 2023", y es que afortunadamente, vivo en una constante contradicción. Venga, me dejo ya de parrafadas, que bastantes suelto a lo largo de las veces que me siento a escribir en el blog. Estos son los discos que más he disfrutado este año, y como el que hace la ley, hace la trampa, para que me quepan más, los divido en nacionales e internacionales:<p></p><p><span style="font-size: x-small;">(P.D. En e.p.'s he metido aquellos discos que tuviesen menos de seis canciones y su duración fuese menos de 35 minutos.)</span></p><p><i><u>Top 10 nacional 2023</u></i></p><p></p><ol style="text-align: left;"><li> <i><b>Saturna </b></i>- The Reset</li><li> <i><b>Saurom</b> </i>- El pájaro fantasma</li><li> <i><b>Robe </b></i>- Se nos lleva el aire</li><li><i><b>Slowburn</b> </i>- Fire starter</li><li><i><b>Witchtower</b> </i>- Voyeur</li><li><i><b>The Silver Linings</b></i> - Pink Fish</li><li><i><b>Asha</b></i> - Unspoken bond</li><li><i><b>Landslide</b></i> - Play, learn, lose</li><li><i><b>Sandford Music Factory </b></i>- Altospeaker</li><li><i><b>Mauser</b> </i>- Mordrake</li></ol><p></p><p><i><u>Top 5 E.P.`s</u></i></p><p></p><ol style="text-align: left;"><li><i><b>The Inductions</b></i> - Serial killer dance</li><li><i><b>Santo Rostro </b></i>- Después no habrá nada</li><li><i style="font-weight: bold;">The Renegados - </i>En la tierra de la serpiente y el rifle</li><li><i style="font-weight: bold;">JM Conejo - </i>Los intentos</li><li><b><i>The Violet Cluster</i> - </b>The Violet Cluster</li></ol><p></p><p> </p><p><i><u>Top 10 internacional</u></i></p><p></p><ol style="text-align: left;"><li><i style="font-weight: bold;">Spirit Adrift - </i>Ghosts at the gallows</li><li><i style="font-weight: bold;">Moundrag - </i>Hic sunt Moundrages</li><li><i style="font-weight: bold;">The Casanovas - </i>Backseat Rhythms</li><li><i style="font-weight: bold;">Tanith - </i>Voyage</li><li><i style="font-weight: bold;">Killer Kin - </i>Killer Kin</li><li><i style="font-weight: bold;">Trading Aces - </i>Rock and Roll homicide</li><li><i style="font-weight: bold;">Soen - </i>Memorial</li><li><i style="font-weight: bold;">Sick Fizz - </i>We fucked this city on rock & roll</li><li><i style="font-weight: bold;">Blood Star - </i>First sighting</li><li><i style="font-weight: bold;">Bismut - </i>Ausdauer</li></ol><p></p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-53520548460828293462024-01-05T10:10:00.000+01:002024-01-05T10:10:24.010+01:00Cumpliendo otro año más... sin perder la cuenta<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqYzRIq4nmgAhUpHXsW-BCrbHJSoCoAWsRIx-Av3jlZSuPB4ceABlo2PPL9FcbK5bviRrLaxqQjm1_revlPvJRB6cO6IBt7uw1WTxuCMuNTUs5PxcstHAKXFmhSFXrEN2_t0GpkJ0Ca5exjADWoBiVz0I0Um3b1OFwL_zjboUrz5o2EbGeXJVVMUv1rDOV/s4030/2024.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3023" data-original-width="4030" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqYzRIq4nmgAhUpHXsW-BCrbHJSoCoAWsRIx-Av3jlZSuPB4ceABlo2PPL9FcbK5bviRrLaxqQjm1_revlPvJRB6cO6IBt7uw1WTxuCMuNTUs5PxcstHAKXFmhSFXrEN2_t0GpkJ0Ca5exjADWoBiVz0I0Um3b1OFwL_zjboUrz5o2EbGeXJVVMUv1rDOV/w400-h300/2024.jpg" width="400" /></a></div>Me sorprendo a mi mismo escribiendo esta entrada, porque no termino de ser capaz de definir el estado de ánimo con el que lo hago, o más bien, la mezcolanza que lo impregna. La zozobra sacudió al blog durante el pasado año 2023. Llegué a convencerme de que era el momento de echar el candado y a otra cosa. Incluso tenía escrito y guardado entre los borradores el texto de despedida, capítulo final a más de una década en la que había intentado poner orden a través de las palabras a lo que cocía mi cabeza casi siempre al ritmo de la música. Tan seguro estaba, que incluso llegué a programar su publicación, para -no sabría definir si en un acto de cobardía o misericordia- no estar presente el día que tirase la llave, no tener que pulsar el botón con el que pusiese punto final a esta historia. Un instante lucidez o locura, vete a saber, me hizo dirigir el puntero del ratón hacia ese abismo con forma de papelera virtual donde inician su camino hacia el olvido aquellos escritos que desechamos y todo quedó en un último suspiro que repentinamente se convierte en un profundo aliento.<p></p><p>Quizás ese empeño primigenio de pensar en crudo, de escribir desde la visceralidad, de no establecer más fronteras de las que caben en el rulo de cartón del papel higiénico, es el impulso que consigue que Motel Bourbon continue un año más con sus puertas abiertas. Mi flujo de escritos no es constante, podría decir que no tanto como quisiera, pero sería mentir, porque jamás en las paredes de las letrinas escribí normas de obligado cumplimiento. Sigo pagando cuentas pendientes, y este 2023 he zanjado otra, iniciando estudios universitarios, que superado el medio siglo de vida, algo me decía que era el momento de abrir la rendija del mueble donde guardo las promesas por cumplir y otorgar la libertad a una de ellas. Menos tiempo para dedicar al blog, en esa lucha eterna con Cronos, impasible ogro que avanza inmisericorde sea cual sea la circunstancia. Contar los años que llevo dando forma a este blog -supervivencia de un pasado que ha quedado en el olvido- me reconforta la alegría, y es que ese diablo que vive perenne junto a mi oreja izquierda, me susurra con su acento cómplice y canalla: "<i>el blog te ha regalado muy buenos momentos y te ha librado de alguno que otro que quizás hubiese finalizado en un mal recuerdo</i>". </p><p>Motel Bourbon cumple 14 años hoy 5 de enero, y no realizo propósitos de año nuevo, porque ni la suerte está echada ni creo en el destino, así que lo que tenga que ser, será. A los habituales, a los que os acercáis de vez en cuando, a quien por curiosidad o despiste, cruce por primera vez las puertas de este tugurio virtual que muchas veces abre las ventanas hacia el interior de mis luces y tinieblas, gracias por perder un rato leyendo las palabras que moran para siempre en este blog. </p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-80256369560826980182023-12-26T09:00:00.011+01:002023-12-26T10:07:37.761+01:00RONDA DE SUPERVIVIENTES: ALICE COOPER - Road- / URIAH HEEP - Chaos & Colour-<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDTrXkrhhyv1ebJhoW7GMl6nmLIVHlxX0SnlkuMOaayqQUKiBSu8npL4VuTMG9qCPwTsrxCcBq3ipizF9u_HLrxTSly_5G7tRXfzXxXPVBwB5gFggMXpbHYPr5Wj-hKu3fUpyALBjHUio8WUfxzMU3nLFT_dNNiUeXq61_q8RGSVfs1pWeDceHkjDJRhyB/s800/A799FE69-0B23-4FD1-A5FC-58E15973DF30.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="788" data-original-width="800" height="315" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDTrXkrhhyv1ebJhoW7GMl6nmLIVHlxX0SnlkuMOaayqQUKiBSu8npL4VuTMG9qCPwTsrxCcBq3ipizF9u_HLrxTSly_5G7tRXfzXxXPVBwB5gFggMXpbHYPr5Wj-hKu3fUpyALBjHUio8WUfxzMU3nLFT_dNNiUeXq61_q8RGSVfs1pWeDceHkjDJRhyB/s320/A799FE69-0B23-4FD1-A5FC-58E15973DF30.jpeg" width="320" /></a></div>Mr. Vincent Furnier es no sólo uno de los grandes supervivientes del rock and roll, además es un tipo siempre con ojo avisor para ser consciente de lo que se cuece alrededor y nunca perder comba, algo en lo que también era fantástico el malogrado Phil Lynott. Vincent y su eterno alter ego, Alice Cooper ha sido capaz de sobrepasar las décadas y sus influencias musicales, adaptándolas a su sonido, incorporándolas como propias, fuese lo que fuese aquello que dictaba sus normas en el negocio musical. En sus últimas entregas, tal vez porque la deriva del foco mediático desterró de sus listas VIP el mundo del rock como lo habíamos conocido, buceó en sus propias influencias y en las temperaturas siempre altas del rock clásico. Casi se me pasa este “Road”. Cumplo mi penitencia y me redimo escuchándolo antes de que el año se vaya definitivamente al traste. Aprieto las uñas contra las palmas de mis manos ante el magnífico trabajo que Alice Cooper estrella en mi cara, es el precio de mis pecados y lo pago gustoso.<p></p><p>Manteniendo esa línea clasica, se desvía por las carreteras secundarias del hard rock y hace explotar las guitarras durante todo el trabajo, llevando la maquinaria al máximo de su potencia. Aires glam rock como los de “Road rats forever” o la acústica “Baby please don’t go” llenaran el pecho de sus fans que delimitan gruesas líneas en la etapa clásica de Alice para marcar diferencias, muchos de ellos, los que vierten críticas sobre Nita Strauss, señalando que las maniobras de la guitarrista viran en sentido excesivamente heavy para hablar de Alice y tal vez por eso, y porque nunca he escondido mis cartas, yo la reivindico a pecho descubierto. Los riffs de canciones como “Welcome to the show” o de “The dead don’t dance” son pura dinamita, explosión de puños en alto, el signo del diablo. Nita, Tommy Henriksen y Ryan Roxie aullan salvajes a la luna a traves de las cuerdas decsus instrumentos. ¡Bien hecho Alice!.</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsFMRb3ZIny8f1V_VG-BtjbhUXNDVszIrgPw6f-t3fdQAjXUSV3yQi5pSrUPQFwcUMJQmiRWfmyvraQVg2_u3SE7m1VKDC_8xcAS17hpnDtNPv2Cwm75RXls4vhuLqrTBccaMGrAFIoIK-ahyLlj47lEEuPeI24R1-fogzdfKscpevBy47gbYv2anIHBha/s1000/56EA6A6C-82E2-4D95-B6EB-95299400D8D9.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="1000" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsFMRb3ZIny8f1V_VG-BtjbhUXNDVszIrgPw6f-t3fdQAjXUSV3yQi5pSrUPQFwcUMJQmiRWfmyvraQVg2_u3SE7m1VKDC_8xcAS17hpnDtNPv2Cwm75RXls4vhuLqrTBccaMGrAFIoIK-ahyLlj47lEEuPeI24R1-fogzdfKscpevBy47gbYv2anIHBha/s320/56EA6A6C-82E2-4D95-B6EB-95299400D8D9.jpeg" width="320" /></a></div>Seguramente la historia del rock le debe una bien gorda a Uriah Heep. Ando convencido de que si a Blackmore no le hubiese dado por tocar la guitarra ni su destino le hubiese cruzado con Lord, Paice, Gillan y Glover, Uriah Heep serian reconocidos por todos como uno de los padres fundadores del hard rock junto a Led Zeppelin y Black Sabbath. Mick Box es otro de los grandes supervivientes de este desértico camino que es el rock and roll, y Uriah Heep su verbo hecho carne. La banda, viendo surgir y caer a unos y otros que la exigua prensa musical trataba de vender como los nuevos mesías del rock, han seguido impertérritos a lo suyo, hacer buenas canciones, bien sea en los cánones más clásicos de su estilo, ese hard primigenio o acercándose a la orilla más melódica, fantaseando con el A.O.R., siempre manteniendo un nivel al que es complicado poner pegas. Este “Chaos & Colour” es su disco número 25, que se dice pronto. Box junto a Phil Lanzon y Bernie Shaw son los responsables en los últimos tiempo de manejar el timón de un barco que siempre se dirige a buen puerto.<p></p><p>“Chaos & Colour” es puro Uriah Heep, lo mejor que se puede decir para definir a una banda cuya personalidad como carta de presentación -cómo si a estas alturas necesitasen introducción alguna- que deja a las claras lo que vamos a encontrar. Esa mezcla inteligente entre sus andares más clásicos y laureados y la vertiente melódica a la que tan buen partido llevan sacando desde hace ya mucho tiempo. Pero no os dejéis llevar solo por esto último, porque este disco puede presumir sin complejos de poseer una fuerza innata que se desprende de cada escucha. La formula la tienen bien aprendida, no en vano, se la plantaron frente a la cara a muchos de los que llegaron después para que les sirviese como pista de despegue. Uriah Heep es de esos grupos que el día que no estén los echaremos y mucho de menos.</p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-13644654706223768982023-12-22T10:59:00.000+01:002023-12-22T10:59:56.565+01:00QUEEN MARSA - I am the land<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh18ZMLam_5XFs178B2VODkmHCw9-n8_Ptsprb_N0KWkVdyrpgMWIsVlamFTG5LoAwEx94zOcp_9Y_tbPb0-u7KC1U8iab698mQLZHfp2rAQbWUeM1QP91b6JLGOT8oUSIRxZJdO_XMgyWP14H8c8PTm1RAuCvCdzYweoE_agjoJrjG8TGi_mqLu_dQzxWG/s1200/C5E6BB6B-CAD4-4896-9DEC-1D301098D6DE.webp" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1200" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh18ZMLam_5XFs178B2VODkmHCw9-n8_Ptsprb_N0KWkVdyrpgMWIsVlamFTG5LoAwEx94zOcp_9Y_tbPb0-u7KC1U8iab698mQLZHfp2rAQbWUeM1QP91b6JLGOT8oUSIRxZJdO_XMgyWP14H8c8PTm1RAuCvCdzYweoE_agjoJrjG8TGi_mqLu_dQzxWG/w400-h400/C5E6BB6B-CAD4-4896-9DEC-1D301098D6DE.webp" width="400" /></a></div>Buscando en el cajon las llaves que cierren la puerta de este 2023, antes de dejar atrás otro calendario sin hojas, me apetece traer al blog algunos discos sobre los que he escrito en Rock The Best Music. Discos que han dejado huella para mi durante estos doce meses. Uno de ellos es “<a href="https://rockthebestmusic.com/2023/10/queen-marsa-i-am-the-land.html">I am the land” de Queen Marsa</a>, editado por Macarra Records. Pasen y lean:<p></p><p><span style="-webkit-text-size-adjust: auto;">La pasión es un arma de doble sentido capaz a su vez de proporcionar una fuerza descomunal pero también de obstruir el criterio con la más oscura de las cegueras. ¿Donde reside el termino medio?. A mi no preguntadme. Voy a escurrir el bulto porque haciendo uso de mi obsoleta educación de colegio religioso, el que ande libre de pecado que tire la primera piedra, y afine la punteria si va a hacerlo. Una vez que uno deja atrás la pesada carga de lastrar aquello que considera que al final no pasará de un efímero instante al que se lleva lejos el siguiente e inmisericorde golpe de segundero, cabe centrarse en aquellos que si se aferran a la desigual lucha contra un panorama musical convertido en devorador de almas donde las apuestas altas cada vez tienen más opciones de de no ser recompensadas por muy buena que sea las cartas, ya que en la desidia siempre gana la banca.</span></p><p style="-webkit-text-size-adjust: auto;">Aún así, este que escribe se niega a disolverse y entregar sus armas. Afortunadamente, aquellos realmente importantes dentro de esta ecuación de melodías. Puede que hoy me haya levantado con una visión menos optimista de lo habitual, algo queos aseguro que no convierto en ritual porque no pierdo la fe. Como un rayo de luz que revienta las persianas para disiparvla opacidad taladra mi cabeza “Gaugamela”, canción que abre el nuevo disco de los mallorquines Queen Marsa, su segundo trabajo después de un e.p. editado en 2020. Ellos definen su música como un cruce de caminos entre el hard rock de los 70 y los sonidos que parió Seattle - como centro de la eclosión - en los 90. Podriamos definir a Queen Marsa como alumnos aventajados de Alice in Chains o Soundgarden si tomamos como medida de prevención esa forma de entender el hard rock de corte clásico con guitarras hirientes pero a la vez echar manos de los efluvios que conquistaron el mundo durante una parte de los 90 al escuchar canciones como la "Gaugamela", "The trick is you don't mind" o "Made for lovers".</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/LI0gO1omdUU" width="320" youtube-src-id="LI0gO1omdUU"></iframe></div><br /><p style="-webkit-text-size-adjust: auto;">Pero cuidado, porque también toman forma en mi mente los tiempos en que gente como Junkyard o Circus of Power comprendían que el hard que se había fraguado en L.A. podía ser a su vez oscuro e infeccioso, árido a la vez que melódico que presentan con "I am the land", "Treat me like you do" o "Outlaw on the run" y su adictivo estribillo. Sin lugar a dudas, "I am the land" es un cañonazo de hard rock que puede navegar sin problemas por multitud de mares a causa de su capacidad para conjugar influencias y adaptarlas de manera que sea capaz de atraer la atención tanto del seguidor del hard rock más clásico o enraizado en su propuesta más dura junto con aquel que intuyó el camino a partir de los 90.</p><p><br /></p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-62058216681618217762023-12-16T11:01:00.002+01:002023-12-16T11:01:38.195+01:00Heavy Metal before Christmas: Sorcerer-Goaten- Fifth Angel<p> "<i>Cuando llegan los días señalaítos...</i>" cantaba el insigne Raimundo Amador, y a la vuelta de la esquina tenemos ya la navidad. Época propicias para alineamientos a uno u otro lado en una sociedad consumista donde al final, casi da lo mismo el rincón del ring elegido para la teoría porque en la práctica, dogmas e ideas terminan acorralados en el rincón de las buenas intenciones. Cada cual que elija su bando. Programad vuestros televisores para ver Que bello es vivir y Milagro en la calle 34 o tal vez El día de la Bestia y Silente Night Deadly Night por otro. Bueno, si buscas una posición intermedia, tal vez la elección más adecuada sea El Grinch, aunque no olvides que al histriónico de Jim Carrey le molan Cannibal Corpse, con lo que tal vez podamos encontrar ahí un punto de encuentro. Yo, desde mi lado, en la barra virtual de este blog superviviente de modas y estados de ánimos de su autor, solo puedo recomendaros una sesión de <strike>Nightmare </strike> Heavy Metal antes de navidad (y durante y después, por supuesto):</p><p><b><i></i></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcngGyltaTYinaJGYohq8unBLiblXhUMA50xL2CxKQ62buoi4sj9PXQxITKP0Rkx-QcMvVBWzs4PrjvtZjg07VNC_jD53JfqamQytl8MaVX4n3ju3MDYJZ_74XvpCHa9tEOHBHC9khyphenhyphenC7jH-TSx6CQLha4JxPn78eTe697k5FvkNhvqmGMhx5A_T4p_X6s/s700/a3874905540_65.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="700" data-original-width="700" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcngGyltaTYinaJGYohq8unBLiblXhUMA50xL2CxKQ62buoi4sj9PXQxITKP0Rkx-QcMvVBWzs4PrjvtZjg07VNC_jD53JfqamQytl8MaVX4n3ju3MDYJZ_74XvpCHa9tEOHBHC9khyphenhyphenC7jH-TSx6CQLha4JxPn78eTe697k5FvkNhvqmGMhx5A_T4p_X6s/s320/a3874905540_65.jpeg" width="320" /></a></i></b></div><b><i>Sorcerer- Reign of the reaper</i></b><p></p><p>Los suecos, seguramente si hubiesen sido capaces -o sus circunstancias hubiesen sido otras- de mantener longevidad a través del tiempo, ahora serían una de las bandas señeras del heavy metal en su espectro más amplio. Desde su regreso, demostraron no andarse con tonterías y que estaban dispuestos a atravesar la puerta grande del metal. "Reign of the reaper" se aupa al Monte del Calvario donde aposentan sus raíces por supuesto Black Sabbath -e incluyamos a era Tony Martin, que aquí reivindico siempre, como juez y parte del génesis de Sorcerer-, inevitables padrinos de toda oscuridad en forma de ritmos pesados que se acerque al metal, y también las de bandas como Candlemass o Trouble. Sorcerer muestran esplendorosos la grandeza de un Epic Doom Metal que se manifiesta majestuoso. </p><p>Desde su impactante portada, sobria, anunciadora de lo que se nos vienen encima, hasta el primer riff que desata la tormenta de oscuridad épica sobre un manto de melodías prensadas como conductoras de su sonido. Escucha por ejemplo "Thy Kingdom Will come" y no podrás obviar la infravalorada época de discos como "Headless Cross" o "Tyr". Y esa sombría capa de heavy metal preciso es lo que domina este fabuloso "Reign of the reaper".</p><p><b><i></i></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikSj3RUZKuhBw86PZWuUoZ7TX8YbQk8GWp00-D-JYtnglHwN9-vS8GwEomQ_NPFah90WyNH_JMmbARQJLcif-bAfBjRgzKuaARlwyEHh-3aN9sLxjSM6u9JpCVXFzNH5Lz07lCgrpApg3wKjpg8bvopXqy11JM8K0jzEOXUBi55vcdXY2b5hOkIaB9Zxur/s700/a1613023567_65.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="700" data-original-width="700" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikSj3RUZKuhBw86PZWuUoZ7TX8YbQk8GWp00-D-JYtnglHwN9-vS8GwEomQ_NPFah90WyNH_JMmbARQJLcif-bAfBjRgzKuaARlwyEHh-3aN9sLxjSM6u9JpCVXFzNH5Lz07lCgrpApg3wKjpg8bvopXqy11JM8K0jzEOXUBi55vcdXY2b5hOkIaB9Zxur/s320/a1613023567_65.jpeg" width="320" /></a></i></b></div><b><i>Goaten - Midnight conjuring.</i></b><p></p><p>Nunca juzgues un libro por su portada, menos aún cuando la experiencia debería de decirte una y otra vez, que no siempre aciertas. Reconozco que cuando me topé con la portada de este "Midnight conjuring" del trío brasileño Goaten -y reconozco mi desconocimiento sobre el e.p. que ya tenían editado- mis pensamientos volaron hacia un heavy metal de corte más oscuro, pues dicha portada hizo confabularse en mi mente una nebulosa donde convivían Black Sabbath -la referencia a la portada de Sabbath Bloody Sabbath se me hace constante- y Mercyful Fate.</p><p>No, no van por ahí los tiros. Lo de este trío brasileño se entronca sin duda en el heavy metal de canon más tradicional pero dando muchísima importancia a las melodías, que buscando siempre esa referencia que sea capaz de situarnos en el lugar preciso, aunque no se ajuste milimetricamente la comparación, podría nombrar a los alemanes Stormwitch por poner un ejemplo, y tratar de obviar nombres ya muy trillados. He leído por ahí alguna comparación a Ghost, quizás a veces un poco la voz, de refilón y poco más, al menos para mi. Canciones de base potente, rápidas, con un vocalista que cumple bien y dibuja ese tono melódico con el que impregna cada canción. No es mal disco, todo lo contrario, llega a hacerte pasar un buen rato, aunque sin lugar a dudas, me quedo con la portada.</p><p><b><i></i></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiy-iqeRGtdGMjVWZyWfoOIhjq6hvrgSDmccXMDEE4LZMJ-khtxOX8ibCiRql3M5NWpY17g1njSO2cTvpQRg5BijjSL8S2JhElm8-rNVoIPGXq0isV4RkjYAxijmX3Gz1ehw2sFqsJZM7KBHkJ3kKbgPL9c8kXlibid71hPX0bfUycKHd7g558xnJDSOwoj/s700/a0501176998_65.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="700" data-original-width="700" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiy-iqeRGtdGMjVWZyWfoOIhjq6hvrgSDmccXMDEE4LZMJ-khtxOX8ibCiRql3M5NWpY17g1njSO2cTvpQRg5BijjSL8S2JhElm8-rNVoIPGXq0isV4RkjYAxijmX3Gz1ehw2sFqsJZM7KBHkJ3kKbgPL9c8kXlibid71hPX0bfUycKHd7g558xnJDSOwoj/s320/a0501176998_65.jpeg" width="320" /></a></i></b></div><b><i>Fifth Angel - When angels kill</i></b><p></p><p>Ya he hablado alguna que otra vez de mi teoría sobre la maldición del disco debut. Os la resumo rápido por si no me lo habéis leído antes. Existen bandas cuyo primer disco produce tal impacto -merecido- que se termina convirtiendo en una losa en su carrera, bien porque no son capaces de llegar a esas mismas cotas o porque al adaptar su sonido al devenir de los tiempos, pierden "esencia" y espero que entendáis por que lo entrecomillo. Uno de esos casos para mi es el de Fifth Angel. Su disco debut está para mi entre los mejores del heavy metal americano de los 80, en los puestos más altos. </p><p>Aunque su segundo lanzamiento, "Time Will Tell" también era muy buen disco, buscaron una evolución basada en un mercado que comenzaba a ser accesible para el heavy metal, lo que deshizo seguramente esa magia. Fifth Angel, como tantos otros, regresaron a la escena a mitad de la década pasada, aprovechando esa revitalización de la escena del heavy metal, con disco incluido en 2018. Cinco años han tardado en volver a pasar por el estudio, y bueno, al menos ha merecido la pena. "When Angels kill" es un disco de power metal americano buscando tintes actuales, basando su punto fuerte en temas rápidos, guitarras muy bien marcadas y la melodía vocal, sin abusar de ello -puesto que su nuevo vocalista tiene un rango más heavy- pero dejando latente su importancia. Frente a la creciente -afortunadamente- ola de bandas recreando sonidos clásicos europeos y de la NWOBHM -junto a las bandas de la época que siguen resistiendo- me parece importante que también haya bandas -aplicando la misma fórmula anterior- que reivindiquen ese power metal americano de los ochenta. Buen disco de Fifth Angel.</p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-78302994419864981532023-12-11T21:05:00.003+01:002023-12-11T21:05:32.248+01:00TRAVO - Astromorph God<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUyfwZW2dfXvICxCrsNGkMkjGRh6UCw5oL6iNBPqkie_n8wZVU1gYH8Fo6HROJ2lZXF4raZ_8KfVNwqesq8B2MK9n-XQO2C32NK2pPQYRsvNUtRwd2hO39VNlFpsJkbqeyclGJWKMyH7iILYnyNO5veqA_BpbRigaa2qBcFh2JtfBvFLKX8DMlIAWVYTkH/s225/travo.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="225" data-original-width="225" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUyfwZW2dfXvICxCrsNGkMkjGRh6UCw5oL6iNBPqkie_n8wZVU1gYH8Fo6HROJ2lZXF4raZ_8KfVNwqesq8B2MK9n-XQO2C32NK2pPQYRsvNUtRwd2hO39VNlFpsJkbqeyclGJWKMyH7iILYnyNO5veqA_BpbRigaa2qBcFh2JtfBvFLKX8DMlIAWVYTkH/w400-h400/travo.jpeg" width="400" /></a></div>Siempre he creído que la vida es como las olas del mar, que tarde o temprano termina rompiendo contra las rocas y transformándose por un doloroso instante en un recuerdo en forma de espuma antes de desaparecer para siempre, al menos en esta dimensión nuestra donde vivimos, que el resto ya forma parte de las creencias particulares de cada uno. Hay quien vive como mar calma y quien en un momento de su vida se convierte en Tsunami, aunque muchas veces las distintas perspectivas nos hacen percibir las cosas de distinta manera, y lo que para uno no es más que una orilla donde chapotear y refrescar los pies, para otros se convierte en un dique traicionero donde perder pie al más mínimo despiste. <p></p><p>Las decisiones se toman bien porque te encuentras contra la pared, bien porque crees que es el momento adecuado.Vivir de una manera lineal nunca ha terminado de conciliar con el molde de barro que quede el día que el telón caiga definitivamente y ponga punto final a mi representación. Sumas, restas, triunfos y derrotas, aunque a veces estas se confundan entre si y nos cuesten diferenciarlas unas de otras. Pasos en falso que terminan siendo más divertidos que cualquier barandilla a la que agarrarte. Aprender a cada instante desterrando lejos la sensación de estar de vuelta de nada. Brindar al sol pero nunca cantar de cara a él. Reconozco que he tenido que viajar por las redes de la información para saber que significa astromórfico. Y ello me ha llevado a terminar leyendo "<i>Diseño de una revista ilustrada de mitos y leyendas de la provincia del Azuay desde la perspectiva gráfica del horror", </i>realizada en 2015 como Trabajo de Fin de Grado para la Facultad de Artes de Diseño de Cuenca (Ecuador) por Jossue Daniel Cárdenas Santos. En él, nos escribe: "<i>El Dr. Manuel Landívar (1997) en la "Contribución a mitos y leyendas en el Azuay y Cañar", menciona que los elementos que integran un mito en algunas ocasiones son astromórficos, es decir, astros como la luna, el sol, las estrellas, los que son considerados como maravillosos" (</i>Cárdenas Santos, 2015: 18).</p><p>Me hago idea propia como deben de ser entonces el Dios astromórfico que nos proponen los lusos Travo a través de su música, un viaje hacia el mesianismo psicodélico de atmósferas dispares y efluvios sensoriales que buscan su punto de sujeción terrenal en posturas próximas al garage rock y a la contundencia abrasiva y primigenia del heavy psych de guitarras cavernosas. El contraste melódico/abrasivo de "Faceless Ghoul" que traslada la rabia aguerrida de unas guitarras hirientes como propulsión a la propuesta vocal donde explora otras laderas opuestas. Travo se desenvuelven en esa doble dualidad que debe tener cualquier dios merecedor de militar en la mitología, el golpe musculoso que recibimos cuando "You won't see me" nos golpea de frente no acapara para si todo el protagonismo sino que lo comparte de manera maestra con los destellos psicodélicos que se apoderan de cada instante, de cada nota en una fusión tan natural como propia.</p><p>"Arrow of motion" te hace entrar en trance, esa sección rítmica, chamánica, que como la brujería Azande, se convierte en el sistema que lo articula todo, en el "hecho social total" de Mauss. "Turn to the Sun" hereda del punk, el nihilismo de un Dios astromórfico que se muestra rápido, feroz, histérico, al que no venderías por treinta monedas. "Astromorph God", la canción, son las tablas de la ley, sus quince minutos de james perfectamente ejecutadas, de distorsión como primer mandamiento, de simbolismo ejecutado en acordes psicodélicos que redimen nuestros pecados más oníricos. "Astromorph God", el disco, es una auténtica maravilla, una plegaria incesante de dioses mundanos a golpe de fuzz.</p><p><br /></p><div class="page" title="Page 10"><div class="section"><div class="layoutArea"><div class="column"><p><br /></p></div></div></div></div><div class="page" title="Page 1"><div class="layoutArea"><div class="column"><div class="page" title="Page 1"><div class="layoutArea"><div class="column"><p><br /></p></div></div></div></div></div></div>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-74398431683375846622023-11-25T07:01:00.000+01:002023-11-25T07:01:30.405+01:00Angelus Apatrida -Aftermath<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaPkaUl92Bw96q38qqQlFnV6p7Gr065hInKdwrwh5JROExC4zyftBAUkiDTK9rRm3X5RADpZAEdFhzFTIvn0cwHT9MSMO1hNSKbxEyexqV0jwchV1GPGfAVfrgTDDXaxr7OGfSGEr5IVAOLXmlnk7T46zzABHfsXJH1oWZ-ovM-ztVEt_2GOxDO0hQUVfZ/s894/angelus.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="894" data-original-width="894" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaPkaUl92Bw96q38qqQlFnV6p7Gr065hInKdwrwh5JROExC4zyftBAUkiDTK9rRm3X5RADpZAEdFhzFTIvn0cwHT9MSMO1hNSKbxEyexqV0jwchV1GPGfAVfrgTDDXaxr7OGfSGEr5IVAOLXmlnk7T46zzABHfsXJH1oWZ-ovM-ztVEt_2GOxDO0hQUVfZ/w400-h400/angelus.jpeg" width="400" /></a></div>Probablemente canalizar la rabia sea una manera consciente de no transgredir ciertas conductas sociales, pero se torna complicado convertirse en observador imparcial. Reflexionar desde la distancia ficticia sobre cosas que ocurren a tan solo dos pies de distancia. El uso de un lenguaje confuso por ajeno, de consignas propias apropiándose de medios usualmente ajenos tratando de convertir en un polvorín una situación desfavorable en nombre de altos ideales en los que jamás han creido. Señales de alarma encendidas intermitentemente, ecos del pasado que se pasean como fantasmas amparados por la oscuridad de las vacías calles tomadas con la complacencia cómplice de aquellos que traicionan su código deontológico para no contravenir los intereses a los que sirven sin disimulo ni medias tintas en nombre de una verdad tan desprovista de esencia que el diccionario se avergüenza al mostrar en sus cada vez más abandonas paginas, el significado al incauto que aún trata de buscar el sentido más fiel de la acepción.<p></p><p>La canalización del mal en nombre de la libertad es un peligroso juego que puede terminar quemando tus manos. Oscuros espectros que recorren Europa y que asoman su cabeza al otro lado del Atlántico. La propagación de rumores señalando culpables como medio de adhesión a la causa. La difusión de la mentira y su reiteración hasta que parezca cierta, absoluta. Las consecuencias. Las secuelas, Aftermath, como se titula el nuevo disco de Angelus Apatrida, posiblemente la banda más en forma del metal facturado en nuestras fronteras, delimitación que se les queda pequeña desde hace ya mucho tiempo. Angelus Apatrida tienen ya en su poder una serie de discos fundamentales, obras que toda banda necesita como referencia de confirmación, y además un continuo lanzamiento de discos donde se confirman continuamente a niveles difícil de mantenerse.</p><p>La violencia sonora como marca de identidad es algo que relacionas de primeras con el sonido de Angelus Apatrida. "Aftermath" no va a ser la oveja negra de la familia. Los conceptos melódicos que tan bien manejan en canciones como "Cold" conviven con la sucesión de golpes directos de otras como "Snob" o "What kill us all", parte del todo a la vez que diferenciado. Casi un cuarto de siglo les avala, algo que en los límites del negocio musical de este país -más aún en la periferia donde se ubican los barrios del metal- es un pertinente juego de supervivencia del que no todos son capaces de salir con vida. "Aftermath" son lecciones de violencia, la expansión para convertir aquello que les influye en un estilo propio. </p><p>El metal como primer -y único- mandamiento. Angelus Apatrida como profetas de su fe a través del fuego infinito que desprenden canciones como "Fire eyes" o "Gernika". Momentos álgidos como la monumental "To whom it my concern" o el ejercicio de heavy metal repleto de melodías de "Vultures and Butterflies" donde colabora Todd La Torre. "Aftermath" es un disco al que pocas pegas se le pueden poner, sino más bien perderse en alabanzas justas y necesarias. </p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-42911447638327064842023-11-12T10:21:00.005+01:002023-11-12T10:44:22.865+01:00BISMUT - Ausdauer -2023-<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJicQ6TGxpJzyCi8YOM0rUWHxfTNyMKaUTBShcLNlIJBMjHiYs_T2eA5vY429Q_G4Jx-08t7Abju6_s2d7hUVfu7Y4lQWl1E6IsQWYD0VtITeRy9aMFjwVL3swgsc3j9kPdMgEGBoGjAyJb311LLWgOlwK0O4Tz5EVYuNHD1KxvuD_pG6P2yvh-DBM_Mok/s1200/bismut.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJicQ6TGxpJzyCi8YOM0rUWHxfTNyMKaUTBShcLNlIJBMjHiYs_T2eA5vY429Q_G4Jx-08t7Abju6_s2d7hUVfu7Y4lQWl1E6IsQWYD0VtITeRy9aMFjwVL3swgsc3j9kPdMgEGBoGjAyJb311LLWgOlwK0O4Tz5EVYuNHD1KxvuD_pG6P2yvh-DBM_Mok/s320/bismut.jpeg" width="320" /></a></div>Establecer tus límites entre cuatro paredes seguramente cree una sensación de seguridad -me siento incapaz de definir como falsa o real- con la que sentirse protegido, pero que a su vez imposibilita la ocasión de poner en entredicho tus creencias con la absorción de lo que encuentras fuera. Un riesgo -si fuese esta una definición ajustada- que a mi parecer, siempre ha merecido la pena correr, incluso cuando el resultado final no termine de ser satisfactorio. Crear una situación de comodidad por mucho que nos pueda parecer un oasis, puede resultar siendo una jaula de oro de la que a lo mejor nos hemos auto convencido de no querer escapar. Reprimir las ansias de libertad como si realmente fuésemos capaces de comprenderlas en su máxima expresión. Libertad, algo tan abstracto que se presta demasiado fácil a ser manoseado sin escrúpulos. Mirad el presente de estos días, en los que amantes de las cadenas vociferan en su nombre cuando en su fuero interno anhelan la privación de esta para todos aquellos no conformes con sus ideas. La corrupción del lenguaje frente al irresistible impulso de resistencia, de perseverancia. Ausdauer, modo y manera como titulan a su disco el trío proveniente de los Países Bajos, Bismut, que colocan este, su tercer disco en nuestras venas gracias al esfuerzo titánico de uno de mis merodeadores preferidos de oscuras esquinas musicales, Spinda Records,<p></p><div>"Ausdauer" nos presenta un viaje de doble sentido en el que se cruzan con la naturalidad en apariencia sencilla pero de la que tan sólo son capaces de transformarla en dicha manera aquellos que poseen la espontaneidad revestida de talento. Un encuentro de frente de las melodías propias del post-rock impregnado en la forma de entender las guitarras que no duda en ser bombardeado cuando estas mismas deciden mostrar músculo por furiosos arranques cercanos al metal y desarrollos etéreos en los que se cimientan sobre las bases del heavy psych. Un claro ejemplo es "Euphoria" en el que nos encontramos con la calma deliberada que incluso dibuja pasajes jazzísticos para abrir brecha con unos riffs abrumadores plenos de distorsión que encajan como parte de un todo sin resultar impostados.</div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4vfg_3WGW3i1BQ8Mbz7zdDgDtSu9POs4F3dh4wRDQnNGW20MBfNsEJIPf7SWV39v9SYR26dO3zafkjhSa-SJixjgsPq5fZsGsLH2Jq_DzQrqsBvZ9Wfg0s4geCGfnB5OVa1k8FFyuvWNXXVx9W1xoCAxUnEsp4kkYYMq858Pv2vDuEmjsQ2_TvtsXYU3_/s1024/bismut1.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="756" data-original-width="1024" height="472" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4vfg_3WGW3i1BQ8Mbz7zdDgDtSu9POs4F3dh4wRDQnNGW20MBfNsEJIPf7SWV39v9SYR26dO3zafkjhSa-SJixjgsPq5fZsGsLH2Jq_DzQrqsBvZ9Wfg0s4geCGfnB5OVa1k8FFyuvWNXXVx9W1xoCAxUnEsp4kkYYMq858Pv2vDuEmjsQ2_TvtsXYU3_/w640-h472/bismut1.jpeg" width="640" /></a></div><br /><div>Convertir y reinventar el tamiz de la psicodelia abandonando el cliché ácido y onírico para plantear pasajes crudos y sugerentes desprovistos de reglas basadas que se alejan de mentes inquietas. La amplitud de miras para proponer desarrollos musicales en sus canciones que proveen de la intención de hacernos pensar en la improvisación como único plan concebido a la hora de dar vida a las cinco canciones que nos encontramos dentro de este nuevo álbum de Bismut. La instrumentalidad en el altar de Bismut, el olvido de anacronías temporales para centrarse en un presente que conduce de manera inexorable a un futuro del que formar parte. Un disco que se impone en mi cabeza y crea la adicción de la reproducción constante derrotando mis perjuicios hacia las grabaciones instrumentales. Quizás este disco sea un claro ejemplo de constancia, aguante, "Ausdauer" como ellos mismos lo definen, pero también un enorme paso adelante.</div>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-46842262227170227622023-11-05T11:30:00.003+01:002023-11-05T15:56:06.734+01:00Five nights at Freddy’s<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizxBaXPw8RXA6rXdzbEC1wkRDvN7svaxYh5q16iysgEm1cb5MeDbitKxGO8MRbK0XYtVA6czTsK2-DDCL9mUMuxfqWIF_yrzhKazUFPPNYz_N4GwSIdqq-10cj6yX48UBR7USrHIJqQ36LLarRcM79axh0fOSizmv9rrNzAvV96iLwgoFgouTlklsRRsNv/s2560/1C65576C-3C20-4BB7-AA0C-883084520FAC.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2560" data-original-width="1667" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizxBaXPw8RXA6rXdzbEC1wkRDvN7svaxYh5q16iysgEm1cb5MeDbitKxGO8MRbK0XYtVA6czTsK2-DDCL9mUMuxfqWIF_yrzhKazUFPPNYz_N4GwSIdqq-10cj6yX48UBR7USrHIJqQ36LLarRcM79axh0fOSizmv9rrNzAvV96iLwgoFgouTlklsRRsNv/w260-h400/1C65576C-3C20-4BB7-AA0C-883084520FAC.jpeg" width="260" /></a></div>Pongámonos en situación. Hace un par de semanas, mi hijo adolescente me dijo de ir al cine a ver una peli de terror, “Five nights at Freddy’s”. Iluso de mi, lleno de regocijo pensé que se trataba de una nueva película de Freddy Krueger, que había escapado a mi conocimiento. Pero no, resulta que se trataba de la adaptación de un videojuego que parece ser, causa furor al menos entre buena parte de la juventud. Después de que mis hijos, ambos dos, me pusiesen en antecedentes sobre el Freddy’s de marras entre un número incontable de “en plan”, más casi como comodín que muletilla, acompañado de varios videos de Youtube capaces de mantener mi atención menos tiempo que el que mis hijos volvían a introducir “en plan” como conector universal de su forma de expresión, y con poco convencimiento de tener realmente interés, cedí ante la insistencia del obcecado adolescente -mi hija, a pocas lunas ya de cumplir 18, hace tiempo que prefiere la compañía de sus amistades que la de sus padres- que en un par de semanas íbamos al cine.<p></p><p>Llegado el momento, este sábado era adecuado. Curiosamente la localidad donde resido sólo tiene un multicines que en este momento está cerrado por reformas, vamos, que como dice el refrán, “el que tiene un tío en Graná…”, por lo que nos tenemos que desplazar a una localidad cercana a ver que nos deparaba la película en cuestión. No existe mejor forma de medir qué intención alberga un producto cinematográfico que la media de edad de los espectadores que se reúnen frente a la gran pantalla. No voy a negar que noto cierto repelús cuando en la misma frase meto cine de terror y grandes compañias cinematográficas. Seguramente sea algo que este heavy cuya adolescencia se curtió en el pasillo de los videoclubs lleva incrustado demasiado dentro, pero cuidado, que no querría yo ahora engrosar de buenas a primeras las filas del supremacismo cultural tan en boga, porque además creo tener en el bombo de la ropa sucia, la túnica y el capirote bajo los que azuzar a todo aquel cuyos gustos no coinciden con los máximos de pureza adaptado a cualquier actividad cultural.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhb-WCvteR2YFy3yN22X20HCD81tSfHQGlu6wqZNw7U6BbE04IptrWavR0OGfKyhQqYfc6LF8K0QQEtu2nnuh7w8HC8V8g1EKZ25W3oyx-RRXOT4MavCoHjtWhMQUnmllPQn1Hv8J5_go5VKajJDyW-pNrdmdPY0HCD54QMLudRumS_A8cNEB2EBtEnP8s/s1600/0E848D55-FE20-469A-ACBA-266865F68AA7.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1067" data-original-width="1600" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhb-WCvteR2YFy3yN22X20HCD81tSfHQGlu6wqZNw7U6BbE04IptrWavR0OGfKyhQqYfc6LF8K0QQEtu2nnuh7w8HC8V8g1EKZ25W3oyx-RRXOT4MavCoHjtWhMQUnmllPQn1Hv8J5_go5VKajJDyW-pNrdmdPY0HCD54QMLudRumS_A8cNEB2EBtEnP8s/w400-h266/0E848D55-FE20-469A-ACBA-266865F68AA7.webp" width="400" /></a></div><br /><p>La interacción en redes sociales es el maná de estos tiempos y aquellos que entienden la cultura como negocio saben que es el lugar donde lanzar las redes. Me sorprendo, más por desconocimiento que por otra razón- con el fenómeno fan que dicho videojuego arrastra, y no voy a negar que me reconforta. “Five nights at Freddy’s” es carne de cañón para ser desollada sin piedad por los cinéfilos más acerrimos. Incluso este que escribe, profundo degustador de ese cine al que incluso la etiqueta “Serie B” le queda lejos, podría enumerar una larga lista de faltas. Pero luego hablo con mi hijo, que asegura que la película le ha gustado, posiblemente porque se entronca en su cultura, por ley natural, paralela a la mía, y comprendo que “Five nights at Freddy’s” no me tiene a mi en su punto de mira, sino que su público objetivo es otro. Como producto de entretenimiento, estoy seguro que la mayoría de asistentes de esta noche -por cierto, la sala llena- levantarán su pulgar en señal de aprobación. Yo, escondo el pulgar y enseño el dedo medio, pero claro, es que sigo siendo joven pero ya no tanto.</p><p><br /></p><p><br /></p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-31874052774846813702023-11-03T21:32:00.000+01:002023-11-03T21:32:39.414+01:00I LOVE RICH - You have the right…to remain sexy<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2Xxt8r3w6bwW38inF64eXSrDBT9Y2K7x7GtsMc1TZ4jFEqsbSwAF6AdJjwVjcJ6AOgPBYN9ANeFjvm7LrCEfFZTPNFMVoWApkKJSkPBX8X4b_dzENkFGS5LStOL5lQUwQJjTZkZj390RYLXbOq6wp3rAtPZ_bXZnuZULhq1me9V3KKNTnra37TKqdCzlq/s1200/950FE9AB-5A1C-49C4-BFDC-C5698C558B5D.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2Xxt8r3w6bwW38inF64eXSrDBT9Y2K7x7GtsMc1TZ4jFEqsbSwAF6AdJjwVjcJ6AOgPBYN9ANeFjvm7LrCEfFZTPNFMVoWApkKJSkPBX8X4b_dzENkFGS5LStOL5lQUwQJjTZkZj390RYLXbOq6wp3rAtPZ_bXZnuZULhq1me9V3KKNTnra37TKqdCzlq/s320/950FE9AB-5A1C-49C4-BFDC-C5698C558B5D.jpeg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;">¿Quién salvará el rock and roll?. ¡Cómo si hiciese falta a estas alturas salvarlo!. El rock and roll es como la energía, que no se destruye… bla,bla,bla, palabrería vacía y vuelta de tuerca una y otra vez sobre el mismo concepto, muchas veces con más pompa y artificio que auténtico contenido. Alguien se empeñó en que el rock and roll no consiste en evadirte de la rutina de una sociedad urbana sometida al capitalismo y su rutina de desgaste bajo la eterna promesa de abrir las puertas del paraiso del consumo a cambio del dolor de tus cervicales y el destierro de la vida familiar y social, para que llegado el momento te den un portazo en las narices o vendas tu alma al diabo vestido de banquero en forma de letras a pagar en cómodos plazos. ¿Quien salvará a esta sociedad que em plena era de la información vive más desinformada que nunca?. El estigma de la clase media, ese invento de los que manejan el cotarro para que mires por encima del hombro al que tiene menos que tú y así les hagas el trabajo sucio, que las clases altas cuando hablamos de oscuro solo se muestran interesadas si dicho adjetivo va relacionado con el dinero.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Este es mi blog personal, una extensión pasada de moda de mis ideas, por muy descabelladas que os pu peerdan parecer, pero no, si no le gustan no tengo otras. Mi derecho irreductible al pataleo, a bajarme en la próxima estación porque me da la gana y porque últimamente ni me entiendo con los que debería de hacerlo -con los que no, hace mucho que renuncié a hacerlo- ante el desconcierto, no general, pero si propio y en alguna ocasión ajeno. Y además reivindico mi derecho a la diversión, al disfrute, a desterrar la superioridad moral cuando hablamos de acordes y distorsión, a tener el derecho de sentirme sexy como el puto rock and roll. Como este disco de I Love Rich. Los de Chicago han aprendido de memoria las lecciones de Kiss, Mötley Crüe y Turbonegro, para marcarse un disco de guitarras ruidosas, estribillos enmarcables y melodías de las que se te quedan en la cabeza e invitar a cantar mientras derramas la enésima cerveza.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Actitud chulesca y canalla, proclamas que sacarian los colores a más de uno y enojarían a buena parte de la inquisición rockera a la que o bien el cumplir años les ha convertido en jueces inapelables y pelmazos o incluso a algunos de edad temprana que aspiran a ver el rock como alto estandarte de la literatura. Por suerte I Love Rich reivindican a Paul Stanley que se ve presente más de una vez en la forma vocal de encarar las canciones, algo que se hace evidente por ejemplo en “Rock and Roll sex culture” o “Paid in sex” junto a esos riffs a lo Ace Frehley o Mick Mars, otro tipo bastante infravalorado en mi humilde opinión. ¡Me gustan estos I Love Rich, me gusta su puto disco, me gustan sus canciones!. Es la música con la que he crecido y con la que seguramente siga hasta el día que mis huesos acaben en un horno mientras me dan el último adios. Hard Rock sin complejos y con todas las pretensiones del mundo, principalmente la de hacernos disfrutar. </div><p></p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-65382997392021753852023-10-15T11:27:00.001+02:002023-10-15T11:27:00.156+02:00THE SILVER LININGS - Pink Fish (2023)<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIcluo2zUSLPbEQeTpBdNsHqDYh2RNE9o5p9dFj-9aro0Qkqo-IqgMBjdVCfEZPSmzN6A8cm4msBS8yC4vVuxcbTZisSVYC0js2EtI7yEsE1FfN9I_2impwwUgyPUEXkqA7hsMhyphenhyphenGE21JPVgAr8uGpeyE3uITWHw8O2IlSgBzMnBlJxRdxzJhzc43ADRFG/s1200/silver.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIcluo2zUSLPbEQeTpBdNsHqDYh2RNE9o5p9dFj-9aro0Qkqo-IqgMBjdVCfEZPSmzN6A8cm4msBS8yC4vVuxcbTZisSVYC0js2EtI7yEsE1FfN9I_2impwwUgyPUEXkqA7hsMhyphenhyphenGE21JPVgAr8uGpeyE3uITWHw8O2IlSgBzMnBlJxRdxzJhzc43ADRFG/s320/silver.jpeg" width="320" /></a></div>Decía el sociólogo norteamericano Talcott Parsons: -"...<i>para que un grupo sea considerado como una clase, sus miembros deben tener conciencia de su propia identidad, mostrar un sentido común de solidaridad y realizar intentos organizados para promover y proteger sus intereses colectivos". </i>Una definición tan afinada que apartada del camino original puede aplicarse sin riesgo de perder su verdadera esencia a distintos ramales que parten del tronco común en el que nos vamos retroalimentando día a día desde que nacemos hasta que tenemos consciencia de que sus raíces -las nuestras propias- están bien asentadas a la vez que comienzan a secarse como parte del implacable ciclo vital en el que nos vemos envueltos de manera quizás no voluntaria pero con la plena conciencia de la que somos capaces o creemos ser. <p></p><p>Es un proceso continuo y arduo de desterrar de mi cabeza todo este etnocentrismo tan propio de cualquier sociedad. por muy minúscula que pueda parecer a ojos de la cada vez más implacable globalización. Vivo convencido que cerrar puertas no sólo trabaja al servicio de impedir que nadie entre, sino que a su vez ejecuta implacable su función de que nadie o nada salga, terrible paradoja del aislamiento en un universo global que favorece la interacción por medio de la soledad. Cierro los ojos pero no permito a mis sentidos quedar adormecidos, los convierto en los principales protagonistas del disfrute de las sensaciones. Sueño con ser un pez rosa arrastrado por la corriente onírica provocada por los sonidos psicodélicos de los malagueños The Silver Linings. Me apunto a su excursión cósmica con la paz mental necesaria pero descartando los estados de duermevela, ya que no suelo recordar una vez despierto lo segundos antes soñado y quizás por eso vivo convencido de mantener alejadas mis pesadillas.</p><p>Mi pecho se acompasa al ritmo de "Heart full of gold". The Silver Linings exploran los vericuetos de atmósferas envolventes con las que es tan sencillo perderse y no encontrar la salida pertinente, obligando al oyente a buscar la primera salida. No es el caso de este "Pink Fish" que en todo momento, como si sus acordes se convirtiesen en una mano invisible, te guía por el desfiladero de melodías delicadamente construidas para crear ese mundo de ensueño del que no deseas escapar, desde la primera canción a la última. La luz comienza a no querer entrar por mis ventanas y la tenue oscuridad se convierte en el páramo perfecto para que "In the fleeting hand of time" envuelva la habitación. No sé por qué, he decidido que las canciones de este disco suenen de manera aleatoria, que sea el propio azar quien me acompañe en su visión del rock experimental, en esa telaraña que tejen sus guitarras y a la que me arrojo de manera consciente y voluntaria.</p><p>Estallan en mi cabeza la querencia pop de las melodías construidas en "A Pleasant trip to the unknown", que rompe de manera magistral con lo que estaba sucediendo hasta el instante y me hace asomarme a las ventanas del indie rock de mitad y final de los ochenta, mucho antes de que el termino terminase travestido hacia un viaje a ninguna parte. Me paro a seguir la pista a esas líneas de bajo que introducen "Patient M" y sin encontrar una escisión brusca con la canción que sonaba antes (recordad que no estoy siguiendo el orden establecido por el track list del disco) tiende un puente colgante hacia el rock que el centro de Europa propulsó en los 60. Como la tormenta de un verano que se niega a abandonarnos a pesar de las exigencias del calendario y del consumismo mercantil, la fuerza motriz de "Cosmic excursions" recae en esas guitarras poderosas que abrazan la distorsión mientras el bajo nos invita a dejarnos poseer por su liturgia instrumental.</p><p>Voy volviendo en mí, noto que que mi transmutación en pez rosa va llegando a su fin, que la costa se acerca y con ella los anzuelos de una realidad que te engatusa con la trampa de una apetitosa carnaza, pero no ofrezco resistencia -o quizás sí- porque el ensueño que se va transformando en furia gracias a ese in crescendo instrumental que propone "Pink Fish" -la canción- junto al efecto vocal retumba en mi cabeza y me proporciona fuerza. Llego a destino, "Lifeforce" interpreta el papel de anfitrión, curiosamente coincidiendo con su lugar en el disco, en una visión esclarecedora de ritmos bailables y pasajes progresivos, un beso casi imposible entre desierto y océano. Abro los ojos, la noche envuelve la calle, también la habitación. Es hora de despertar, o mejor no, prefiero volver a arrojarme de cabeza a las aguas de The Silver Linings, creyendo ser de nuevo un pez rosa.</p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-39717214643333764622023-10-03T21:27:00.002+02:002023-10-03T21:27:12.939+02:00Landslide - Play, learn, lose…<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-ctSNe4rd2cYK9M-Af5x4Soo1tF_KxNmsagV7SlfgDSyd2FYwKobEV5vamOPrp_B4FonDB4DpF0fHEKyOfsPfPpev4oFkLlH20qFyAhl2Cf0ZLO6cA7sqqyN_VDC_AE_cNQB1qlY8OJfWESTVqx5VM83oWnrBLUyI8Nb2accR7wCcWCxgau5Z4qm0mub7/s600/F20F838A-2104-4A12-8674-748C1D32EB6B.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-ctSNe4rd2cYK9M-Af5x4Soo1tF_KxNmsagV7SlfgDSyd2FYwKobEV5vamOPrp_B4FonDB4DpF0fHEKyOfsPfPpev4oFkLlH20qFyAhl2Cf0ZLO6cA7sqqyN_VDC_AE_cNQB1qlY8OJfWESTVqx5VM83oWnrBLUyI8Nb2accR7wCcWCxgau5Z4qm0mub7/w320-h320/F20F838A-2104-4A12-8674-748C1D32EB6B.jpeg" width="320" /></a></div>Las metas se las marca uno mismo. ¿Queda de puta madre, eh?. Pero sabemos que no siempre es así, o al menos literalmente, por que la vida demasiadas veces construye muros infranqueables alrededor tuyo y los decora de tal manera que te hacen creer que esa sensación artificial de seguridad y comodidad es algo natural que te hace sentir bien y es el lugar donde siempre deseaste estar. Por suerte, sigue habiendo gente que se lanza de cabeza contra dicho muro con el afán de derribarlo aunque sea hercúleo el intento, cegado por la sangre que resbala de su frente. Le pasa a los músicos que siguen componiendo contra viento y marea, resistiendo a la tentación del paraíso con forma de manoseada versionen pos de hacer llegar a la gente sus propias canciones.<p></p><p>Es el caso de los gaditanos Landslide que presumen de un hard rock de guitarras hirientes y unas melodías trabajadas a conciencia. Debutan con este “Play, learn, lose…” que evita accidentes obvios de muchos discos debuts, para mostrarse preparados para jugar, aprender y ya veremos si al final resulta que hay que perder o no, que como ya nos enseñaron Lemmy o Johnny Thunders, al final nacimos para perder aunque vivamos tratando de ganar. </p><p>Comienzan enchufadísimos con “Runaway train” que los emparenta con las hechuras más consistentes de otra de las bandas preferidas de este tugurio virtual, The Electric Alley. Como sus - y mis - paisanos, comparten las influencias del hard rock clásico pero sin desmerecer influencias bien adaptadas y ensambladas de los 90 a lo largo de la década. Canciones como la ya nombrada “Runaway train”, “Last choice”, “I would” o “Still alive” son una muestra clara y concisa de como se pueden tener amplias influencias que crecen desde una misma raíz y ser capaces de pasarlas por el tamiz adecuado para construir una personalidad propia. “Play, learn, lose…” es una apuesta segura, una buena mano con la que asaltar la banca y luego correr botella en mano.</p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-37807532880786691072023-09-30T16:37:00.000+02:002023-09-30T16:37:19.056+02:00Rock And Roll Junkie - Down to wasted youth (2022)<p><i>“<span style="font-size: medium;">Tradicionalmente, se ha visto en los jóvenes a personas muy fogosas e irresponsables, preocupadas únicamente de tener aventuras amorosas y dejar volar la imaginación. Se espera literalmente que los jovenes se dediquen al vino, las mujeres y las canciones…”</span>. </i></p><p><span style="font-size: medium;">No, no se trata de la diatriba de vuestro telepredicador preferido ni una conversación entre un par de tipos que cruzaron el umbral que separa los veinte de los sesenta en un par de años sin necesidad de que la vejez de su razonamiento circulase a la misma velocidad de la fecha marcada en su D.N.I. Esto lo escribía en 1979 el antropólogo Mac Marshall tras su trabajo de campo para un estudio sobre la bebida y las reyertas en Truk, una isla perteneciente a Micronesía. Pero que si lo usamos para introducir cualquier texto sobre el hard de los 80 nos vendría ni que pintado, y a muchos otros estilos o décadas, que siempre hay mucho que va de digno pero aquí a lo que vino fue a follar. </span></p><p><span style="font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJKO6gmQpXHmvp0Nt6IuZ8ms72W6rSLdpo7904Y2ZAPcJK94Aucf_3jnuZHUURMMApnOTqBRrEBXKGU7g7n1b4eJMcQZxVn40OSUO64ouQlobKhrA8lddxCpVQOs42LyVynqTBGSRhnjafHIPF8ufXs8SWmr-EZtsP7RoMTUDEn7-muYFoZJnhbpdlnFAM/s600/E7726A38-9534-4408-BEC1-BBF44354349A.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="509" data-original-width="600" height="339" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJKO6gmQpXHmvp0Nt6IuZ8ms72W6rSLdpo7904Y2ZAPcJK94Aucf_3jnuZHUURMMApnOTqBRrEBXKGU7g7n1b4eJMcQZxVn40OSUO64ouQlobKhrA8lddxCpVQOs42LyVynqTBGSRhnjafHIPF8ufXs8SWmr-EZtsP7RoMTUDEn7-muYFoZJnhbpdlnFAM/w400-h339/E7726A38-9534-4408-BEC1-BBF44354349A.jpeg" width="400" /></a></span></div><span style="font-size: medium;">Reconozco que perdí hace mucho el contacto con mis compañeros de correrías adolescentes. Casi no habian superado la veintena y ya preferían juntarse los domingos a hacer paellas en familia, yo a un polvo fugaz en el baño de aquel garito donde con la espalda conseguías atrancar la puerta. Cuestión de prioridades, supongo. Mi vida se ha reformado de modo muy sui generis porque el corazón hace un par de décadas que lo saque de debajo de un reservado en un oscuro tugurio para ponerlo a buen recaudo</span><span style="font-size: medium;">. </span><span style="font-size: medium;">No haré ni de juez por ser parte interesada aunque aun me entra de vez en cuando la risa sobre todo cuando las canciones me llevan a lugares que perviven en mi memoria. Me pasa con Rock and Roll Junkie y su “Down to wasted youth” que no es más que una compilación de temas de sus dos primeros discos, grabados hace ya cinco o seis años con no demasiados recursos y a los que Junkie, alma mater, padre, hijo y espíritu santo de estos Rock and Roll Junkie ha querido dar la impronta y el sonido que merecen. ¡Y no lo hace nada mal!. Sleaze/hard rocknsin complejos, que te puede llevar de Alice Cooper a The Dogs d’Amour o de Hanoi Rocks a L.A. Guns. ¡Póngame ese bourbon en vaso largo, camarero, y suba el volumen a este disco, por favor!.</span><p></p><p></p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-34463689032384494432023-09-22T21:31:00.000+02:002023-09-22T21:31:28.094+02:00Por un puñado de canciones: Skid Row, L.A. Guns y The Anwser. <p>Confecciono impulsivamente playlists infinitas de Spotify que nunca escucho. La culpa de ello la tiene la fábrica de automóviles a la que compré mi último vehículo ya que debió decidir en alguna sesudo despacho que los reproductores de cds era algo de un pasado y que la era analógica debia significarse como prefacio de alguna olvidada lápida. Hace no excesivamente tiempo, mientras rodaba carretera a algún lado lo bastante alejafo como para encomendar dicho trabajo a mis pies, y puesto que no pago un servicio que prácticamente no utilizo, los altavoces murmuraban una melodía secuestrada hace tiempo por un partido político, de cuyo nombre me niego a acordarme y mucho menos nombrar, en ese ominoso ejercicio de apropiarse de un significado manifiestamente alejado de la realidad en beneficio propio, y que el autor decidió poner las puntos sobre las íes que nunca es de buen guston verse rodeado de según quien además de abrir las ventanas para que salgan el olor a rancio que al final, más pronto que tarde termina atrayendo polillas.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYrFl1niSZQZfLC7c72myH3pg2ib15-wtmCJhWZQFWlUurHS2RzWwSFy0hTOCKWXiH4KueHiLx0o3eoG8iKToBGCbhiI1RLxDFLKRRMJXRZGUp5KXKKfix6RV_1SYV-1JLU0XMq1NRi4xw6gdV6cg8ohkf4NiIxyQRbagVazhTYrpmR7zDVT4kXnpTgPUf/s317/432AADED-E7DD-4821-8CF3-5A8401CC0CD9.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="314" data-original-width="317" height="396" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYrFl1niSZQZfLC7c72myH3pg2ib15-wtmCJhWZQFWlUurHS2RzWwSFy0hTOCKWXiH4KueHiLx0o3eoG8iKToBGCbhiI1RLxDFLKRRMJXRZGUp5KXKKfix6RV_1SYV-1JLU0XMq1NRi4xw6gdV6cg8ohkf4NiIxyQRbagVazhTYrpmR7zDVT4kXnpTgPUf/w400-h396/432AADED-E7DD-4821-8CF3-5A8401CC0CD9.jpeg" width="400" /></a></div><p>Fin de trayecto. Adios streaming. Acumulo discos en el móvil porque soy capaz de caminar con gafas de sol de noche pero mi cerebro es incapaz de transmitir la orden necesaria a mis pies si en mis oidos no encajan ergonomicamente los ipods en mis oidos. Suena “<b>The gang’s all here</b>” de <b>Skid Row</b>, que salió en 2022. Siempre he pensado que si a la puerta de Skid Row no hubiese llamado el exito abrumador de forma temprana, hubiesen sobrevivido con nota al paso del tiempo y las modas imperantes, ya que sus discos mostraban una evolución capaz de demoler candados que pretenden aislar etapas. Seguramente sin las ideas preconcebidas de muchos antebsu presencia, sus discos durante este tiempo metecen mejor consideración que la recibida. “The gang’s all here” es un ejercicio de nostalgia, incluso la portada recuerda al siempre añorado Seb Bach, pero una vez que el disco suena, el vocalista sueco Erik Grönwall se hace dueño y señor, recordando que las comparaciones nos la podemos meter por la puerta de atras. Por supuesto, The Snake y Rachel siguen siendo las putas bestias pardas del invento, facturando un disco que a mi me parece sencillamente espectacular.</p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAHt69fOY8LOWiA-95jsBfo5_yNbVvgkGtvLOqDdaVISocVl9XEmDW5VF9lpmVWi8vePyULEJEMYoG413pHAHywgWSnJiz9xcUD5Q1XANbSGakS5LFsKTywn6djpLmWNpavTCVl7e7uzQqeomJTqbx2fXOw0oy7M0oyybYOmBzm3lyd7rQMFX0dgPAryvr/s1000/2572A6DD-975F-44CF-908A-BE3024C7A71D.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="1000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAHt69fOY8LOWiA-95jsBfo5_yNbVvgkGtvLOqDdaVISocVl9XEmDW5VF9lpmVWi8vePyULEJEMYoG413pHAHywgWSnJiz9xcUD5Q1XANbSGakS5LFsKTywn6djpLmWNpavTCVl7e7uzQqeomJTqbx2fXOw0oy7M0oyybYOmBzm3lyd7rQMFX0dgPAryvr/w400-h400/2572A6DD-975F-44CF-908A-BE3024C7A71D.jpeg" width="400" /></a></div>Nunca he sido partidario de las bifurcaciones, decesas extrañas situaciones en la que llegado el momento en en que bien los miembros de una banda no se soportan, pero están convencidos en tener el derrcho en mantener el legado vivo de unas canciones que a fin de cuentas o bien son suyas o su contribución en la instalación de estas en el imaginario popular, es evidente, con lo que nos encontramos formaciones distintas bajo el mismo nombre, con reparto no siempre equitativo de miembros bien originsles o declas épocas de mayor peso, tanto defendiendo repertorio en directo como grabando nuevos discos. El caso de<b> L.A. Guns</b> es una excepción en mi caso. Tanto el dúo Nickels/Riley con su “Renegades” editado en 2020 o “Checkered past” (2021) y “The devil you know” (2019) grabados por la pareja Lewis y Tracii me hacen disfrutar el doble. L.A. Guns siempre ha sido una de mis bandas favoritas de toda aquella historia que eclosionó en los últimos años de los 80, así se comprende más fácil. “<b>Black Diamonds</b>” es el cuarto disco de Tracii y Phil desde que decidieran volver a retomar su camino. Con ganas después de un tormentoso 2022 donde llegaron a caminar por el filo de la navaja, se aplican eso de lo que no te mata te vuelve vuelven más fuertes. Acentuan<span style="text-align: justify;"> influencias del hard rock clásico, no en vano ciertos espectros de Led Zeppelin se hacen presentes junto a una interesante mezcla entre esa herencia adquirida del hard de los 70 y la personalidad propia del grupo sin abandonar el espíritu del hard rock angelino de los 80.</span><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtgr_tbw-1VomDcZdFwUsZqCI2Z8Lf1NOcg185qDlaZf5F35L2GQrR6zaDCCVNtsbYY94a6y9Sc2apzL_vUhUnsh0gqVPlCu0F-zAf_Jxg3QuLvgcGBE6mW0J22pFvYHChoRYAWVBChpm8iUcBzseaLY65MJXF-GVi3jop6P6wB1rdxNbJ3DpylTkM65j_/s894/57FE1186-A86F-4701-9DAA-ECBFF24C99E6.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="894" data-original-width="894" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtgr_tbw-1VomDcZdFwUsZqCI2Z8Lf1NOcg185qDlaZf5F35L2GQrR6zaDCCVNtsbYY94a6y9Sc2apzL_vUhUnsh0gqVPlCu0F-zAf_Jxg3QuLvgcGBE6mW0J22pFvYHChoRYAWVBChpm8iUcBzseaLY65MJXF-GVi3jop6P6wB1rdxNbJ3DpylTkM65j_/w400-h400/57FE1186-A86F-4701-9DAA-ECBFF24C99E6.jpeg" width="400" /></a></div>No queda mucho para llegar a casa. Compruebo la batería del móvil y los ipods. Aún me da tiempo para un disco más. No miro el reloj, hace demasiado que rompí las cadenas que me unian al minutero y lo exilié a la soledad de un cajón. Me tienta aquella terraza, ¡pongame una cerveza por favor!. En la mesa de al lado hablan sobre el partido que mañana se enfrentan Sudáfrica e Irlanda en el mundial de rugby. Alguien comenta que este año los sudafricanos son el equipo a batir. De momento, Italia y Argentina han cumplido. Lo de Francia frente a Namibia (96-0) no sé como calificarlo. Volviendo al partido de mañana, por muy fuerte que se presente el combo sudafricano, voy con Irlanda, demasiadas historias nos unen. Hablando de ello, hubo un momento q en el tiempo que llegué a pensar que los norirlandeses habían decidido poner punto final a su carrera aunque parece ser que eran solo puntos suspensivos. Aquejados de ese mal que afecta a todas aquellas bandas a las que esa ansiedad por recuperar unos tiempos para el rock que me temo no volveran, les marcaron como la nueva gran esperanza blanca, algo que termina resultando una pesada losa. Súmale un irregular disco en el que los nuevos aires que pretendían respirar fueron incapaces de llevarlos a buen término. Pero siete años después aquí están con nuevo discos, viejas manerasny cero inventos. . “Sundowners” no es un mal dico, es más, diría que bastante resultón pero el problema es que en estos tiempos en los que ya tantas bandas se han subido al barco de la resurrección de las raíces, se diluye la frescura más aún teniendo presentes los dos primeros discos grabados por esta gente. Ah, y esa portada que me recuerda horrores a U2 tampoco ayuda mucho.</div><div style="text-align: justify;"><p><br /></p></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><div><br /></div><div><br /></div></div></div></div>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-36634283605040026072023-09-14T16:01:00.001+02:002023-09-14T16:01:10.161+02:00METALLICA - …And justice for all<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVMafjsudqRQUwkhCUc8T-y0nAbowN1biCVmbIf4todQ_mOvWBTyu5UQmOhjaCvgEMymdiOq6Pv1JtVMJjqwJbQM0DN_9jmfefEp21d8SZ0XsZTnIjWHdyqxoncWeF635WgFP4w_snRTAZXM9tf3PK7EA-sbHavF4GoUWMxrUJ9q_rtlntzdmLsfYv9lLG/s894/28BC60C4-9B4C-4B8E-B905-DA7C8D8D5E0C.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="894" data-original-width="894" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVMafjsudqRQUwkhCUc8T-y0nAbowN1biCVmbIf4todQ_mOvWBTyu5UQmOhjaCvgEMymdiOq6Pv1JtVMJjqwJbQM0DN_9jmfefEp21d8SZ0XsZTnIjWHdyqxoncWeF635WgFP4w_snRTAZXM9tf3PK7EA-sbHavF4GoUWMxrUJ9q_rtlntzdmLsfYv9lLG/w400-h400/28BC60C4-9B4C-4B8E-B905-DA7C8D8D5E0C.jpeg" width="400" /></a></div><br />Hace tan solo unos días cumplía años “…And justice for all”, 35 para ser exactos. Es probablemente el álbum de la época clasica de la banda que menos ha calado en mi -con toda la cautela en la interpretación de este comentario, ya que estoy comparando con tres discos que tengo afincados a perpetuidad en mi olimpo personal y la huella en el devenir del metal que dejó impresa el “Black album”- tal vez porque siempre tuve la percepción que se trataba de un disco un poco en tierra de nadie, con la complicada misión de servir de puente entre pasado y futuro. Además del componente emocional tan arraigado entre sus costuras como vida después de Cliff Burton, su particular “Back in black”. A pesar del tremendo golpe recibido, tanto Hetfield como Ulrich eran conscientes que llegaba el momento de dar un paso más dentro del negocio musical, de afianzarse más allá de aquella banda que vino a reivindicar de nuevo el heavy metal como máxima expresión de la violencia sonora como seña de identidad. Ninguno de los dos eran ya aquellos chavales impulsados por una pasión desmedida por el heavy metal. Era hora de comenzar de nuevo.<p></p><p>Jason Newsted era el chico nuevo en la ciudad. Sobre sus hombros la difícil situación de sustituir a Cliff Burton no ya solo ante los fans sino además de lidiar con la larga sombra del bajista sobre Hetfield y Ulrich. Mucho se ha hablado sobre el pobre papel de Newsted en este disco, su total falta de protagonismo. No es necesario volver a cavarven esa zanja, ahí teneis google para buscar todo lo aue queráis saber, pero como botón de muestra, si voy a recatar unas delaraciones de Kirk Hammet en las que afirmaba lo siguiente: “<i>Esperábamos que Jason nos viniera con algo grande y épico, pero la verdad es que no trajo nada así. Fue raro. Ahora lo veo como algo casi poco realista, no sé. Estaba bien tenerlo ahí con todo su entusiasmo, pero sus contribuciones fueron más bien racanas. Lo único que se le ocurrió de verdad a él fue el riff de “Blackened”…” (Extraido de “Metallica: nacer, crecer, morir” de Paul Brannigan e Ian Winwood). </i>Por cierto, “Blackened” fue la primera canción en la que trabajó el grupo para “…And justice for all”. Ah, y respecto a Hammet, tanto Lars como James se mostraron receptivos a utilizar segmentos compuestos porvel guitarrista -su nombre aparece en los créditos de cinco de las canciones del disco- pero siempre que se ajustasen a ciertas condiciones.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKe8GFXWgMMlMoQ5mph2L27GkMcRKqJEyOo7defWu7izYzf9aYzsYSvrZxeea43zywXELfEknreV6Whlxg4xJk75iuzR4QLUnNL8JhWwDhDq--Uaa642dTkjTpiCVmB3OkN4W92EEjnkvrqNUM_TqweBU2W0YHBaDrzh7UvT-EuekMVkegGYNKtkhOpAnB/s580/B440D33E-314F-4810-ADA5-7F51D60F761E.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="580" data-original-width="580" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKe8GFXWgMMlMoQ5mph2L27GkMcRKqJEyOo7defWu7izYzf9aYzsYSvrZxeea43zywXELfEknreV6Whlxg4xJk75iuzR4QLUnNL8JhWwDhDq--Uaa642dTkjTpiCVmB3OkN4W92EEjnkvrqNUM_TqweBU2W0YHBaDrzh7UvT-EuekMVkegGYNKtkhOpAnB/w400-h400/B440D33E-314F-4810-ADA5-7F51D60F761E.jpeg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p>Mike Clink fue el elegido para ponerse a los mandos en los One on One Studios. La explosión y eclosión de “Appettite for destruction” habían posado todas las miradas en él. Pero no tardaron demasiado en comprender que no había quimica, algo que se hizo latente al finalizar la tercera semana de grabación y es que aquello no funcionaba ni se dirigía a buen puerto. Así que Lars levantó el teléfono, marcó el prefijo de Dinamarca. Al otro lado decla línea, Flemming Rasmussen aceptaba el trabajo pero ponia sus condiciones, casa en L.A. para toda su familia y participación en los ingresos por la venta de discos, como ya hizo en “Master of Puppets”. Por cierto, Rasmussen y Clink llegaron a coincidir en los One on One Studios. En el momento queun recogia sus cosas para marcharse, el otro llegaba para instalar las propias. Incomodo sin duda. “…And justice for all” iba tomando forma en jornadas frenéticas de trabajo -según Rasmussen, comenzaban a las 5 de la mañana- a la vez que la banda comenzaba a disfrutar del modo de vida de las estrellas de rock del momento. Según Jason Newsted, tanto Hammet como Ulrich podrian haber rememorado aquel agradecimiento de Black Sabbath a the great Coke-Cola Company of Los Angeles en la contraportada de “Vol4”. Además Lars (que pasaba su tiempo restante entre el estudio de grabación y la tienda de discos Tower Records) descubrió la noche del Hollywood de final de los 80.</p><p>“…And justice for all” es sobre todo un disco de Hetfield y Ulrich que controlaban cada aspecto con puño de hierro, que nadie olvidase que Metallica desde el comienzo dejaba caer su peso sobre ambos, más aún con la falta de Cliff cuya influencia, su experiencia y temple frente al impetu de estos, les había llevado a seguramente al punto en el que se encontraban. El tiempo avanzaba inexorable hacia el final de la grabación, pero a falta de diez días para concluirla, Kirk Hammet seguía sin haber grabado nada, un Hammet al que Ulrich obligaba a depender decsu visto bueno con cada nota que saliese de la guitarra del guitarrista. En una carrera contra reloj, si quería acabar dentro de plazo y que ninguna decsus ideas se quedasen fuera, le obligaba a aumentar el tiempo de sus sesiones. Hubo también otro cambio importante en el punto de vista del universo Metallica. Los tiempos -y sobre todo su discográfica, Elektra- exigian un single que pudiese ser expuesto tanto en la MTV -con su correspondiente videoclip- como en las emisoras de radio. Esto en principio chocaba frontalmente con la idea dentro del seno de la banda de no necesitar el empuje extra de los videos. Finalmente, con la presión añadida de la oficina de management, se impuso la lógica y en las televisiones de todo el mundo frente a la incredulidad de algunos, “One” se asomaba a los hogares a través de la pantalla.</p><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOTKUQGpzdObLXFe3RMUXmxerFDv3FL8pKXF0pUxQbfsuZzQkBb058_NWnMp1QMFk17iCwc4CxoFcp84bUnvnDw5eVoG8n5uZas7QvFLvGZW0c3dwLfQGlyfTLDjn2MiibpVAKWaXNuumzRIG-oddD1HIzJi-qS4lhJnbxZ8xec-TBikxePvX9HT1e4qGN/s699/20AD9061-CB45-4265-9D6E-9BE0A90D0D50.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="699" data-original-width="500" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOTKUQGpzdObLXFe3RMUXmxerFDv3FL8pKXF0pUxQbfsuZzQkBb058_NWnMp1QMFk17iCwc4CxoFcp84bUnvnDw5eVoG8n5uZas7QvFLvGZW0c3dwLfQGlyfTLDjn2MiibpVAKWaXNuumzRIG-oddD1HIzJi-qS4lhJnbxZ8xec-TBikxePvX9HT1e4qGN/w458-h640/20AD9061-CB45-4265-9D6E-9BE0A90D0D50.jpeg" width="458" /></a></div><br /><p><br /></p><p>Lógicamente “One” no era un single al uso, la intención de la banda no era acercarse al significado mas convencional o al que más sonaba a lo Motley Crüe o Bon Jovi, sino tratar de buscar la épica con la que en su momento irrumpieron canciones como “Stairway to heaven” o “Bohemian Rhapsody” con la intención de no ver oscilar el cetro del heavy metal que lucían orgullosos. Metallica habían adquirido los derechos de la película “Johnny cogió su fusil” con vistas a utilizar sus imagenes en un posible videoclip y ahora había llegado el momento. El resto ya es historia, incluido aquel Grammy con el que contaban y que acabaron dando a Jethro Tull. La mejor manera de evaluar -por primera vez en algunos casos, de nuevo en otros- no ya el impacto, que fue evidente, sino el valor de aquellas canciones, es volver a hacerlas sonar y dejarse llevar a su universo. ¿Genesis del prog metal?. ¿Signo de su tiempo?. ¿Un experimento en tierra de nadie?. Cada cual tendrá su propia opinión pero lo que nadie puede poner en duda, es su trascendencia.</p><p><br /></p><p><br /></p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8814339393360472247.post-40476728157364185802023-07-26T22:59:00.006+02:002023-07-26T23:06:16.183+02:00Nada se puede comparar a ti<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpjdVVBwNZYtDLB06B_9tl9DTT9e3HifNAMyvALYlCNkthq9ROFPUopQIkietpTezoQDZvP75f_CRG1bHiH52TRUi8nKE6su4V9yMFcpw101vf89JnTytGVh4SGqSZPKtDJTFH3hFXC2khq0hfkbqGvzllVVa7swzRKzh7SDOxKBFxRba0LEpr2kpTCx0_/s420/1A06ECBA-8DE3-421C-BABE-6B8E3AF11FBB.webp" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="280" data-original-width="420" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpjdVVBwNZYtDLB06B_9tl9DTT9e3HifNAMyvALYlCNkthq9ROFPUopQIkietpTezoQDZvP75f_CRG1bHiH52TRUi8nKE6su4V9yMFcpw101vf89JnTytGVh4SGqSZPKtDJTFH3hFXC2khq0hfkbqGvzllVVa7swzRKzh7SDOxKBFxRba0LEpr2kpTCx0_/w400-h266/1A06ECBA-8DE3-421C-BABE-6B8E3AF11FBB.webp" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">¿Cuanta gente recordará en estos días a Sinead?. ¿Hasta donde se dispararán en Spotify y Youtube las reproducciones durante un reducido espacio de tiempo vestido de luto?. Dos sucesos colocaron a Sinead en primera plana, en boca de una rabiosa actualidad que devora cualquier vestigio de recuerdo al proximo instante, ese que se tarda en conseguir una nueva cabecera en las noticias. Primero fue aquella versión de Prince que nos colaron hasta en la sopa en un momento en el que a la música se le tenía en cuenta en televisión más allá de los asuntos del corazón de sus interpretes. La desgarrada manera de cantar aquellas estrofas paridas por la pluma del genio de Minneapolis tomaba una dimensión especial en la garganta de la irlandesa. Dolía escucharla tanto como si fuese una letanía vivida en primera persona. </div><p></p><p style="text-align: justify;">La segunda vez coincidió con aquel grito de rabia personalizado en la destrucción de un retrato. Los medios no comprendieron el mensaje o tal vez intuyeron que no era el que más emolumentos les podía reportar y por ello, convirtieron una denuncia necesaria contra los abusos infantiles que la Iglesia Católica ocultaba sin rubor, en una exposición pública mostrando a Sinead como una perturbada inclinada al escándalo y señalándola con el dedo acusador en vez de apretar los dientes, sacar valor y expandir su mensaje. La cobardía, la pleitesía al dinero y a la máxima audiencia con la que embelesar al anunciante. Un acto de traición sin par por 30 monedas.</p><p style="text-align: justify;">La fama es una carretera con una mediana infranqueable que finalmente exprime el depósito de la gadolina y funde el motor cuando se evapora el aceite. No todo el mundo es capaz de ver el cartel donde hacer parada para reponer fuerza y no terminar perdido allí donde habitan las almas sin rumbo. Sinead mostró que peleaba con sus demonios en el purgatorio de la salud mental, pero de nuevo, cuando la oportunidad de visibilizar una situación que se da en la sociedad mucho más de lo que pretenden maquillar datos interesados en adjudicarle un papel secundario, se utilizó como combustible con el que alimentar el fuego del circo mediático.Hoy todo acabo, Sinead. Los honores deben ser de cuerpo presente porque si no, terminan siendo parte de la cara más hipócrita del negocio, pero estamos demasiado acostumbrados a llegar tarde. Sinead, nada se puede comparar a ti.</p>Carlos Tizónhttp://www.blogger.com/profile/02949580058311249895noreply@blogger.com0