HAT FITZ AND CARA-WILEY WAYS


Siempre hemos visto a los yankees como invasores, bueno yo no, pero si mucho salvaguarda de los valores tradicionales, sea cual sea su color ideológico. Se levantan voces contra el uso y abuso de palabras y terminos, contra la adaptación local cada vez mas frecuente y que a cada generación que pasa, menos lo nota, de su cultura y muchos de sus habitos. Y por supuesto la música, of course. Hace mucho tiempo, por motivos que no vienen al cuento, me moví bastante por terrenos cercanos al flamenco, donde conocí el arte que mucha gente desprende sin ningún tipo de enseñanza, pero también el talibanismo de aquel que cierra los ojos ante lo ajeno como si viviera en una burbuja de aire que le rodea del mal.

Raimundo Amador, siempre hablaba de aquellos que criticaban y atacaban su forma de entender que el flamenco y el blues eran primos hermanos, con el término flamencólicos, y que razón tiene el guitarrista de las tres mil. Yo me he encontrado a mas de uno, cuyos pensamientos eran paralelos a los de la raza aria, solo que en cuestiones de quejios y bulerias, que imagino que se arañaran la cara, viendo que la revitalización necesaria del flamenco, ha llegado de la mano de aquellos que han acercado sus postulados al pop mas castizo e hispano. Y luego hablamos de la busquedad del autentico en el rock and roll, en todos sitios cuecen habas.


Pero volviendo a los americanos, supongo que muchos pensaran aquello de cria cuervos y te sacaran los ojos, pues es curioso ver como después de tanto tiempo implantando el american way of life, en todo el mundo, aparece gente conocedora y transportadora de las raices musicales de los del Tio Sam, que harian enrojecer a mas de uno que presuma de haber nacido en Chicago, Alabama o Tennessee. Y es así, solo  hay que escuchar a Hat Fitz y Cara Robinson. Cara, irlandesa y casada con Fitz, australiano, ambos residentes en las antípodas, y que se marcan un disco como "Wiley Ways" (el segundo del duo), que ya quisieran muchos de los que presumen de pescar en el Delta como descendientes bastardos de Tom Sawyer.

Este pareja (marido y mujer), se han marcado doce temas que destilan tradición, autenticidad y emoción en cada uno de sus cortes, un blues con marcado acento acústico, que nada en las raices, y que no duda en abrazar sonoridades irlandesas, o acaso los irlandeses no son los negros de Europa, como decian en The Commitmens. Desde esa preciosa portada, que ya te deja claro, que lo que vas a vivir es una noche en el campo, rodeado de viejos cachibaches y guitarras, tambores y tablas de lavar,   contando historias de cuando se levanta y acuesta el sol.


El disco se abre con "Power", un blues apasionado, con guitarra acústica, flauta y una Cara inspiradísima, que te hace pensar que en vez de Australia, estas en una iglesia de la comunidad negra, esperando entrar al coro de gospel. "Eliza blue" marca los tiempos, para ir narrando una historia sobre el pasado australiano a ritmo blues, y de nuevo esa tonalidad gospel que introduce Hat Fitz con su grave voz. Mira que me cuesta creer la mayoria de las veces, pero no puedo dejar de tocar las palmas y gritar aleluya. "Absent eyes" toma la voz Hat Fitz, en un claro contraste con la potencia de Cara, pero que te mete de lleno en ese sonido mas cajún, a la vez que sorprende con las notas que extrae de su guitarra.

Distorsión en las guitarras de "Company underground", con ambos compartiendo voz,y realzando el contraste en un movido blues, con una fabulosa slide. "Play me something new" es un tema lento, country, con Fitz tomando el mando y que desborda sinceridad. De nuevo la flauta hace aparición junto a ritmos irlandeses en "Go daddy", para rapidamente cruzar desde Dublín hasta el mismisimo corazón del Mississipi, antes de acabar su viaje en Melbourne. Rendido ante este tema. "Tarni Lee", vuelve a traernos una fantástica slide.


El bluegrass también tiene cabida en la granja de estos australianos, como demuestra el tema título, "Wiley Ways". "Hold my hand"  se pierde en ese blues campestre que se conoce las raices desde el primer hasta último acorde. "Sine" es una bonita instrumental, con pedal steel y flauta, un encuentro entre dos culturas. Ya metido en raices, y recordandole a los norteamericanos que el resto del mundo se ha empapado de su cultura, el country blues de "Red rattler". Cierra de manera brillante este disco "Rusty river", de nuevo con la flauta tomando su sitio para dar forma a un tema cercano al folk, muy influenciado por las raices celtas en la forma de cantar de Carla.

Un gran disco, que me ha sorprendido mucho, porque no tenia ni idea de este duo. Blues, country, bluegrass con mucha clase y calidad, ideal para estos calurosos dias en los que te gustaria estar sentado a pie de una granja en la orilla del Mississippi, aunque este viaje nos lleve hasta Australia. Lo dicho, música de raices americanas desde la otra punta del mundo. ¿Colonizando al imperio?.

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