AEROSMITH - PUMP
El otro día sorprendí a mi hija mirando mis discos, imagino que sería curiosidad infantil y no realmente interés. Se había parado en Aerosmith observando con atención una foto de la banda. Supongo que si algún día, decide buscar por su cuenta quien es esa banda cuyos discos posee su padre, tendré que explicarle que Steven Tyler no tiene nada que ver con Jennifer Lopez y que Aerosmith, en el fondo son algo mas que el típico recurso de muchas revistas cuando tienen que hablar de rock.
Con Aerosmith como ejemplo, quizás le pueda explicar, que cuando se está en la cima, el camino al infierno te espera en la siguiente esquina. Como alguien se puede degradar de tal manera que en un concierto, al cambiar el orden del set list, y tocar la canción con la que siempre se despedían como inicio, se largasen del escenario pensando que el show había llegado a su fin, o volver a repetir temas, olvidando que ya las habían tocado. Enseñarle que si, el dinero puede comprar muchas cosas, conseguir convencer a los padres de tu novia de 14 años para adoptarla y asì llevartela de gira, pero que al final de todo, no es lo mas importante ni lo que mas cuenta.
Pero Aerosmith también me pueden servir como ejemplo para demostrarle que cuando uno cree en si mismo y posee talento, es capaz de renacer de sus cenizas y conseguir que aquellos que se burlaban de ti llamandote yonki acabado de nuevo se pongan de rodillas para lamer tus botas, o que toda una generación de jovenes bandas, que han tomado el relevo por merito propio, se aparten para ver como tus discos vuelven a colocarse en lo más alto y abrirse camino hacia el éxito como si nada de lo malo hubiese pasado nunca antes.
Esos son Aerosmith, una de las bandas mas grandes que ha dado el rock and roll. Ganado por derecho propio, renaciendo cual ave fénix, aunque tropiecen mil veces cual borracho de taberna en su camino de regreso al hogar. Una banda que por desgracia, vuelve a dar tumbos y que lleva años entre discos que no alcanzan el nivel que se espera de ellos y con sus miembros preocupados en otros menesteres. Un Steven Tyler, más ocupado en su vida social que musical. Un Joe Perry apoltronado, que cada día me recuerda mas a Richie Sambora, un tipo al que todo el negocio alaba (me refiero a Sambora) y venera como espíritu rockero de Bon Jovi -aún recuerdo cuando editó "Stranger in this town" y ciertos periodistas musicales se empeñaban en compararlo con Clapton-, mientras el tipo vive bajo la sombra de Jon sin arriegar nunca. No es el caso de Perry, pero si es cierto que cada vez me recuerda menos al bando donde milita por ejemplo Ace Freshley para conformarse con ser como Sambora o un The Edge.
Eso si, cuando estos tíos deciden ponerse las pilas son una máquina de matar como demostraron a final de los 80. Después de estar desahuciados por muchos volvieron con un gran "Permanent Vacations". En plena fiebre hard rockera con nuevas bandas dominando las listas y viejas glorias tirando de casta para no quedarse a la saga, Perry, Tyler y compañia, obligaron a todos echarse a un lado en el 89 con "Pump", un disco con el que volvieron sus videoclips a copar espacios televisivos, sus singles a sonar en las radios a cada momento y atraer para si a toda una generación de jovenes fans del rock, que los proclamaron como la gran banda que era.
Eligieron uno de los productores de moda, Bruce Fairbairn para presentar al mundo diez temas redondos. Esa inicial y rockera "Young lust", en el que las guitarras de Perry y Whitford gritaban, junto a la caracteristica forma de cantar de un Tyler en un inmenso estado de forma. Los de Boston tenían en este disco el pie puesto encima del acelerador y las melodias clásicas de "F.I.N.E", lo dejaban claro. Aunque la competencia fuese dura sabían de sobra de que iba esto, no en vano ya habian sido unos de los grandes del hard americano en los 70. En aquellos días una canción necesitaba ese toque pegadizo para sonar en las emisoras y si además lo acompañabas de un buen videoclip, no nos engañemos, tenías medio trabajo hecho. Hechos, no palabras y que mejor ejemplo que "Love on an elevator", un tema con un groove bestial y un estribillo para ser cantando hasta la saciedad.
El aroma clásico, la slide de Perry y un Tyler inspirado durante todo el disco, convierten "Monkey on my back" en otro de esos temas imprescindibles. Otra de las canciones que ya han pasado a formar parte de los clásicos de los de Boston, es sin lugar a dudas "Janie's got a gun", un medio tiempo con mucha fuerza que te va atrapando según gana progresivamente en intensidad. "Dulcimer stop" es la introducción hacía "the other side", otro de las grandes canciones de este disco y que por cierto, la banda fue demandada por los compositores Holland-Dozier-Holland, que afirmaban que la melodía sonaba muy similar a la de "Standing in the shadow of love" así que Aerosmith tuvieron que incluirles en los créditos del disco como compositores de "The other side". También fueron demandados por una banda llamada Pump, a la que ganaron el caso.
Aerosmith se adaptaron a los tiempos que corrían, a lo que las emisoras de radio demandaban pero no olvidaron ese hard boogie que tan bien facturaban en los 70 y "My girl" es la prueba más evidente de ello. En "Dont get mad, get even" le imprimen un ritmo más blues, armónica incluida. ¡Una grandisima canción y un riff enorme!. Mirada hacia los setenta sin complejos para encarar esa joya llamada "Voodoo medicine man" que presume de clase sin pudor. Cierran el disco con "What it takes", tema característico de los Aerosmith de los 80 en adelante, con grandes dosis de comercialidad, en definitiva un precioso medio tiempo marca de la casa.
“Pump” les llevaría a encabezar un Monsters of Rock compartiendo cartel con Whitesnake, Quireboys, Poison y Thunder, que meterian 200.000 personas en Donnington Park. Luego llegarían más éxitos con "Get a grip" y una -tal vez- serie de discos menores del que salvaría a un infravalorado "Nine lives". Aerosmith deben volver a lo grande, llenando estadios, inundando nuestra vida de rock. Van Halen han vuelto con un gran disco, Rush también y el de Kiss ha levantado muchas expectativas. ¿Por qué no esperar lo mismo de los de Boston?. Ojalá olviden American Idol (aunque en los States el rock forma parte de la cultura popular, está arraigado, no es como aquí, donde la aparición del rock suele ser irrisoria y a veces tratada de forma ridícula), se pongan las pilas y demuestren porque son, por derecho propio, uno de los grandes.
Eso si, cuando estos tíos deciden ponerse las pilas son una máquina de matar como demostraron a final de los 80. Después de estar desahuciados por muchos volvieron con un gran "Permanent Vacations". En plena fiebre hard rockera con nuevas bandas dominando las listas y viejas glorias tirando de casta para no quedarse a la saga, Perry, Tyler y compañia, obligaron a todos echarse a un lado en el 89 con "Pump", un disco con el que volvieron sus videoclips a copar espacios televisivos, sus singles a sonar en las radios a cada momento y atraer para si a toda una generación de jovenes fans del rock, que los proclamaron como la gran banda que era.
Eligieron uno de los productores de moda, Bruce Fairbairn para presentar al mundo diez temas redondos. Esa inicial y rockera "Young lust", en el que las guitarras de Perry y Whitford gritaban, junto a la caracteristica forma de cantar de un Tyler en un inmenso estado de forma. Los de Boston tenían en este disco el pie puesto encima del acelerador y las melodias clásicas de "F.I.N.E", lo dejaban claro. Aunque la competencia fuese dura sabían de sobra de que iba esto, no en vano ya habian sido unos de los grandes del hard americano en los 70. En aquellos días una canción necesitaba ese toque pegadizo para sonar en las emisoras y si además lo acompañabas de un buen videoclip, no nos engañemos, tenías medio trabajo hecho. Hechos, no palabras y que mejor ejemplo que "Love on an elevator", un tema con un groove bestial y un estribillo para ser cantando hasta la saciedad.
El aroma clásico, la slide de Perry y un Tyler inspirado durante todo el disco, convierten "Monkey on my back" en otro de esos temas imprescindibles. Otra de las canciones que ya han pasado a formar parte de los clásicos de los de Boston, es sin lugar a dudas "Janie's got a gun", un medio tiempo con mucha fuerza que te va atrapando según gana progresivamente en intensidad. "Dulcimer stop" es la introducción hacía "the other side", otro de las grandes canciones de este disco y que por cierto, la banda fue demandada por los compositores Holland-Dozier-Holland, que afirmaban que la melodía sonaba muy similar a la de "Standing in the shadow of love" así que Aerosmith tuvieron que incluirles en los créditos del disco como compositores de "The other side". También fueron demandados por una banda llamada Pump, a la que ganaron el caso.
Aerosmith se adaptaron a los tiempos que corrían, a lo que las emisoras de radio demandaban pero no olvidaron ese hard boogie que tan bien facturaban en los 70 y "My girl" es la prueba más evidente de ello. En "Dont get mad, get even" le imprimen un ritmo más blues, armónica incluida. ¡Una grandisima canción y un riff enorme!. Mirada hacia los setenta sin complejos para encarar esa joya llamada "Voodoo medicine man" que presume de clase sin pudor. Cierran el disco con "What it takes", tema característico de los Aerosmith de los 80 en adelante, con grandes dosis de comercialidad, en definitiva un precioso medio tiempo marca de la casa.
“Pump” les llevaría a encabezar un Monsters of Rock compartiendo cartel con Whitesnake, Quireboys, Poison y Thunder, que meterian 200.000 personas en Donnington Park. Luego llegarían más éxitos con "Get a grip" y una -tal vez- serie de discos menores del que salvaría a un infravalorado "Nine lives". Aerosmith deben volver a lo grande, llenando estadios, inundando nuestra vida de rock. Van Halen han vuelto con un gran disco, Rush también y el de Kiss ha levantado muchas expectativas. ¿Por qué no esperar lo mismo de los de Boston?. Ojalá olviden American Idol (aunque en los States el rock forma parte de la cultura popular, está arraigado, no es como aquí, donde la aparición del rock suele ser irrisoria y a veces tratada de forma ridícula), se pongan las pilas y demuestren porque son, por derecho propio, uno de los grandes.
Comentarios
Discos, libros, videoclips y algún directo.
Ese es el tratamiento que estoy siguiendo.
Justamente ayer me llegó la edición especial en digipack y caja de "cuero" del Pump.
Un discazo que tiene de todo y compite de tu a tu con cualquier lanzamiento de la cosecha del 89. Que no són pocos: Sonic Temple, Dr. Feelgood, Thrash, The Great Radio Controversy...
Esa gira fué demoledora. Los Aerohombres estaban en un inmejorable nivel de forma y el setlist era increible. Un estupenda mezcla de lo mejor de Permanent Vacation y Pump, junto a los viejos clásicos de los 70's.
El directo grabado en Philadelphia del 90 es una buena prueba de ello.
Yo seguiré medicandome, que los Cult vienen pisando fuerte y tengo una cita con ellos la semana que viene.
Draw The Line!!!
Gran post. Un saludo.