JOHNNY CASH - THE AMERICAN RECORDINGS IV THE MAN COMES AROUND
Seguro que ya sabeis, que un dia como hoy, hace diez años, todos nos vestimos de negro, para despedir a J. Cash. Hoy hace una década, que la música se vistió de luto, para despedir con todos los honores, a otro de esos heroes, cuyo espíritu, junto a su alma, navegará siempre al lado de todos aquellos, que le rendimos nuestro más sentido homenaje, volviendo a escuchar sus canciones, algo que lo mantiene vivo y lejos del pozo del olvido, donde una vez que se entra, la memoria sufre el duro revés de la distancia que supone no recordar. No quiero enrollarme demasiado, ni soy la persona mas versada en el tema, ni creo que haya ya demasiado que contar sobre Cash que no se sepa, más allá de escuchar sus canciones e impregnarse de su personalidad, presente en cada canción.
Podia haber elegido cualquier disco, pero este cuarto volumen de sus American Recordings, tiene de especial que fue la última grabación que se publico con Cash aun vivo. Un Johnny que estaba ya muy enfermo, pero aun así, fue capaz de sacar de dentro todo aquello que llevaba, para reflejarlo en una serie de canciones, suyas algunas, ajenas otras, donde habitaban todo el dolor, valor y fuerza que siempre le acompañó. Cash no temia enfentrarse a ninguna canción, y más bien dejaba el temor en aquellos que una vez escuchado el toque que les daba, tenian que volver a retomarlas como suyas que eran. Diferentes registros, que se daban la mano en la personalidad del hombre de negro, para que siempre hubiese un después, un paso más, cada vez que te sentases a escuchar cada una de esas canciones.
La mejor manera de comprender discos como estos, no es intentar describirlos, es mejor escucharlos y perderse en su magia, en su tristeza y alegria, en su propio reflejo de la vida misma. Desde esa "The man comes around", pasando por "Hurt" de NIN, una canción que después de la interpretación de Cash, al menos para mi, jamás volverá a ser la misma, ni alcanzará en ninguna voz esa misma intensidad que se desprende de la guardada con celo en esta grabación. Ese viejo clásico propio, "Give my love to Rose" vuelve a sonar en forma de despedida, pero no de un adiós, sino de un hasta luego. Un escalofrio me recorre cada vez que escucho a Cash cantar "Bridge over troubled water", convertida en ese himno que querria para mi propia nación, cada vez que alzase mi bandera negra con dos tibias y una calavera.
Jamás he podido tragar a Sting, pero en lo que Cash convierte "I hung my head", hace que por un rato entierre el hacha de guerra con el ex The Police, seguro de que el rubio británico, jamás podrá alcanzar la cota tan alta que Cash deja cual pica en un tema suyo. "First time I ever saw your face" me deja sin respiración, con la suficiente para cantarle al oido a la mujer que amo, "the first time I eve saw your face, I thought the sun rose in your eyes..." . Incluso algo tan alejado en principio como "Personal Jesus" se rinde ante Cash, mira que me gusta como hacen este tema Depeche Mode, pero muchas veces termino recurriendo a J.C.
"In my life" también me pone gallina de piel, como diria aquel, con esa forma de recitar que solo tienen, los autenticos contadores de historias como Cash o los de Liverpool. Los minutos siguen corriendo, y las emociones siguen a flor de piel, cuando suenan "Danny Boy" o "Sam Hall", pensando, como puede haber gente que viva sin conocer que esto existe, sin saborear esta ración de amor y dolor, de vida y tortura en forma de voz. Una canción como "Desperado", de mis adorados Eagles, cobra otra dimensión con la colaboración del propio Don Henley. Porque aqui, en este disco, navegan junto a Cash, en su mar de emociones, gente como Frusciante, Fiona Apple, Nick Cave o Billy Preston entre otros.
Rescata viejos himnos como "I'm so lonely I could cry" o "Tear Stained letter", dandole esa misma vida y pasión, que solo está al alcance de muy pocos, como hace con la tradicional "Streets of Laredo". Cierra el disco con una promesa "We'll meet again", y cumple su palabra, porque al menos en mi caso, nos seguimos encontrado a menudo, cada vez que mis altavoces dejan salir su espíritu para que me guie. Diez años han pasado ya, diez años sin Mr. Cash, sin su presencia, pero no sin su música. Allá donde estés, que sepas que te seguimos echando de menos, pero al menos, tenemos tus canciones para consolarnos.
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