BLACKWOLF - THE HUNT
Puede que el rock se haya internacionalizado de una manera brutal, ya
nada es propiedad de nadie por una cita en el pasaporte, y eso,
afortunadamente lo comprobamos a diario. Pero, yo al menos, le sigo
teniendo una cierta querencia al rock made in UK. Es cierto que desde la
mitad de los 80, perdieron la prominencia, fueron superados en cuanto a
cuotas de mercado y popularidad por las bandas que venían de USA
primero, y luego, por suerte, vamos quemando fronteras y banderas en el
mundo del rock and roll. A pesar de todo, es cierto, que los hijos de la
pérfida Albión, siguen teniendo ese toque de elegancia y de clase, que
los distingue, que quizás lo llevan en los genes, heredado de todo
aquello que vio a las islas como punto de ebullición.
En estos días, en los que nadie, o casi nadie, sueña ya con ver
nuevas bandas ocupando el status de los grandes del rock, en los que las
rock stars han quedado un poco en espacio reducido propiedad de unos
cuantos, y el acercamiento músico/fan, es algo constante y necesario,
para ambas partes, siguen saliendo bandas que tiran de esto hacia
delante, que no dejan que muera. BlackWolf son una de estas bandas,
directos desde Bristol, con ese sonido hard rock de raíces setenteras,
retazos blues y todo el bagaje aprendido del legado de sus mayores, se
empeñan en reivindicar ese sentimiento, ese orgullo por esos sonidos
inmortales.
“The Hunt” es su álbum debut, y tienen en la voz de Scott Sharp una
apuesta segura, además de unas guitarras brutales. Ahora se van a
embarcar en una gira por el Reino Unido con The Anwser, así que os
podeis imaginar por donde van los tiros. Estoy seguro, que un cara a
cara con estos tipos, te tiene que dejar satisfecho por narices, si lo
tuyo son los riffs y el neta sabor británico. Abren con “Mr. Maker”, y
ponen sobre la mesa las cartas, esa voz plena de fuerza y melodías, en
contraste con el continuo bregar de riffs y la base rítmica poniendo
las cosas en su sitio. 13 canciones, con movimientos hard rockeros como
los de “Keep moving on”, atentos a esas guitarras, temazo.
“Moving mountains” suena muy clásico, guiño a Led Zeppelin. “Faith in
me”, y esos bonitos apergios brillando en este medio tiempo. Ojo al
riff de “Trouble”, y es que el duo Jason Cronin/John Greenhill, rockean
de lo lindo con sus guitarras. “Only said in silence” es otra grandísima
canción, con esos riffs encontrados y repleta de feeling. “House of
emerald wine” tiene muchísima fuerza, muy rockera. “Raised on the sun”
con ese riff de querencia más bluesy, en este bonito medio tiempo. Rock
and roll es lo que nos traen con “Black hole friend”, más acelerado y
potente, de nuevo inmerso en las influencias más setenteras. “Draggin
ghosts” tiene mucho ritmo, hasta que entra la voz, donde la lucen a base
de apergios. “Relief” mantiene ese ritmo de una canción más reposada,
otra de faceta más rockera, de nuevo con las guitarras en plan de guerra
y la batería muy marcada.
“Sleepwalking” tiene un sabor más américano, cercano a unos
Cinderella de “Heartbreak Station”, y ese cambio de registro les viene
fantástico, porque es verdad que la canción suena perfecta. Y es que, a
pesar de esa vertiente clásica, setentera o como queráis llamarla,
BlackWolf, consiguen en todo momento, mantener un sonido actual, bañado
en influencias más que un revival en si dicho. Cierran con unas
guitarras electrizantes y “Sea of mercy”, que punto y final a este disco
de debut. BlackWolf son una buena banda, y lo más importante, saben
hacer buenas canciones. Bien por estos británicos.
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