POR AMOR A LA MÚSICA - TRIPTYKON "MELANA CHASMATA"
El primo Vinny ha decidido que para esta ronda, el metal reine en Por Amor A La Música, bien hecho tio. Además, ha centrado su elección en Century Media, una discográfica, que me ha dado muchísimas alegrias desde hace ya unas cuantas décadas. Quizás junto a Earache y Peaceville, impulsores del metal cuando nadie apostaba nada por el estilo, que dieron oportunidad a una serie de bandas decididas a regenerar lo que se había quedado obsoleto y además, no dudaron en dar cobijo, a aquellas bandas que ya habian escrito renglones gloriosos antaño y estaban dispuestos a seguir adelante, fuese cual fuese, el panorama del momento. La cosa estaba complicada, hay muchísimos discos que elegir dentro de los lanzamientos de Century Media, además Vinny, se quedó para dar salida a la ronda, uno de mis discos favoritos del sello, así que tocaba rebuscar a ver de que hablar en esta ronda de sonidos asperos y ritmos contundentes.
Pensé en Deicide y su "In the minds of evil", que vio la luz, o las tinieblas en este caso, el año pasado. Glenn Benton siempre me ha parecido un poco bocazas, porque le falta, ese algo especial del provocador nato. Dijo que se suicidaria al cumplir los 33 años, pero luego se le olvido su promesa, afortunadamente. Es cierto que no ha vuelto a conseguir la inspiración maléfica de sus primeros discos, en su death clásico, pero aún asi, aunque a muchos de sus seguidores, este último disco haya decepcionado, a mi me sigue pareciendo un buen disco. Luego, la opción más lógica, teniendo en cuenta mis preferencias, debian ser nuestros Angelus Apatrida, inmersos en un cara a cara con cualquier banda extranjera. Su "The call", los ha colocado en un trampolín, en el que ya jamás, deben de pensar en dar vuelta atrás, porque el futuro es suyo, si saben jugar bien sus cartas.
Todo estaba decidido, pero en el último suspiro, cae en mis manos el nuevo disco de Triptykon, la banda de Tom G. Warrior, y eso cambia todo, la apuesta está hecha, hablar del suizo para mi, es ponerme en pie y pronunciar palabras mayores. Suiza, capital financiera de esta España, donde tipos con la roja y gualda en el cuello de sus camisas o las mangas de sus polos de Ralph Lauren, ponen cara de emoción al rozar sus dedos contra ella, mientras sus emolumentos, escapan hacia Berna o Zurich, lejos del fisco, que para eso, ya estamos los curritos que llegamos justos a fin de mes, manteniendo lo poco público que nos van dejando. Aunque bien pensado, para ellos esta España, que dice la Espe, que si no te gustan los toros, no eres español, pues nada, si hay que ser como ella, Rajoys, Cospedales, Rubalcabas y similares, que se queden la nacionalidad, que yo devuelvo el D.N.I. ahora mismo, y tan a gusto.
Pero Suiza no es solo bancos, chocolate y relojes, también nos ha dado, dos de las bandas más grandes, que ha visto el metal, Coroner y Celtic Frost (por cierto, Warrior participa en la demo de Coroner del 85). Estos últimos, símbolo de vanguardia, ya desde los tiempos de Hellhammer, enraizados con los sonidos más oscuros, plenos de sacrificios y simbolos sumerios, en una incursión hacia el mal, alejada de la pose de Venom y del ocultismo de Mercyful Fate, quizás más cercanos a Bathory. Pioneros del black metal y la concepción más tenebrosa del metal extremo, en su seno, cabian densidad y melodías, mostrando las maneras al metal gótico que vendria a posteriori. A Celtic Frost, el metal le debe mucho, quizás demasiado. Los de Tom G. Warrior, inquietos por naturaleza, incomodos en etiquetas encorsetadas, fueron mostrando el camino a muchos que vendrian después. El concepto de su mensaje estaba claro, pero la forma de expandirlo no es igual en To Mega Therion que en Into the Pandemoniun, como no lo fue en Morbid Tales. De la leyenda al horror, con aquel Cold Lake, que en vez de azufre olia a laca y lapiz de labios, y la vuelta a la oscuridad, años más tarde con "Monotheist".
Cuando pinchas un disco, y ya el primer tema te pone en sobre aviso de lo que se te viene encima, el placer es inmenso y "Tree of suffocation souls" abre unas puertas que ya no querrás cerrar, con ese riff y ese ritmo que marca la batería. "Boleskin house" es oscuro, denso, cercano al doom, con esos ritmos pausados, pesados, junto a ese brillo gótico a lo que ayuda mucho la voz femenina de Simone Vollenweider. Sigue la densidad asfixiante con "Altar of deceit", solo hay que escuchar ese inicio, y esos riffs monolíticos, que no dejan pasar la luz ni un solo instante. "Breathing" te hace mirar atrás en el tiempo, cuando la velocidad era una constante en la música de Warrior, en los momentos más thrashers de Celtic Frost, antes de que decidiesen dejar ese camino a otros y ellos seguir siendo unos avezados, ir abriendo caminos.
"Aurorae" es fascinante e hipnótica, esos ritmos iniciales, con esa belleza fascinante que muchas veces ejerce la oscuridad sobre el subsconciente, va creando una auténtica joya, en forma de oscuro medio tiempo que explota con fuerza hacia el final del tema. Enorme. Pero la cosa no se queda atrás con "Demon pact", ritmos sincopados, de corte más industrial, atmósferas infernales. "In the sleep of death" embarca junto a Caronte para navegar por los mares más oscuros, de nuevo con esas atmósferas doom enredadas en tinieblas. "Black snow" es el tema más largo del disco, (realmente, son varias las canciones que duran más de siete minutos), 12:25 de pura intensidad, cuyas atmòsferas se pueden cortar con un cuchillo, o en este caso, con una daga de sacrificios rituales, que a pesar de sus ritmos pesados, no llega a cansar en ningún momento.
El final del disco viene de la mano de "Waiting", adornado con voces femeninas, que cierra de forma digna este gran trabajo de Triptykon. Sin dudas, Tom G. Warrior es uno de los personajes a reivindicar dentro del mundo del metal, por derecho propio, no solo por el legado que acumula a sus espaldas, también porque sigue demostrando que sigue siendo piedra angular para disfrutar de los terrenos más oscuros del heavy metal, pongamosle el apellido que nos de la gana.
Pero Suiza no es solo bancos, chocolate y relojes, también nos ha dado, dos de las bandas más grandes, que ha visto el metal, Coroner y Celtic Frost (por cierto, Warrior participa en la demo de Coroner del 85). Estos últimos, símbolo de vanguardia, ya desde los tiempos de Hellhammer, enraizados con los sonidos más oscuros, plenos de sacrificios y simbolos sumerios, en una incursión hacia el mal, alejada de la pose de Venom y del ocultismo de Mercyful Fate, quizás más cercanos a Bathory. Pioneros del black metal y la concepción más tenebrosa del metal extremo, en su seno, cabian densidad y melodías, mostrando las maneras al metal gótico que vendria a posteriori. A Celtic Frost, el metal le debe mucho, quizás demasiado. Los de Tom G. Warrior, inquietos por naturaleza, incomodos en etiquetas encorsetadas, fueron mostrando el camino a muchos que vendrian después. El concepto de su mensaje estaba claro, pero la forma de expandirlo no es igual en To Mega Therion que en Into the Pandemoniun, como no lo fue en Morbid Tales. De la leyenda al horror, con aquel Cold Lake, que en vez de azufre olia a laca y lapiz de labios, y la vuelta a la oscuridad, años más tarde con "Monotheist".
Trás la disolución de Celtic Frost, Warrior se enroló en parámetros cercanos al metal industrial con Apollion Sun, además de colaborar en Probot, el proyecto heavy de Dave Grohl. Retorno de Celtic Frost, pero trás solo un disco, "Monotheist", problemas, malos rollos y disolución en 2008. Finalmente, Warrior pone en marcha en 2009, su hasta ahora último y cuarto proyecto, Triptykon, que en estos días lanza su nuevo disco, "Melana Chasmata". En Triptykon se rodea de V. Santura, Norman Lonhard y Vanja Slajh, para de nuevo dar rienda suelta a todo aquello que pasa por su mente, navegar por los submundos del black, el doom y todo aquello que ronde por las puertas del los infiernos partícular de Tom G. Warrior. Al igual que ya ocurriese con Celtic Frost, y con el anterior disco de Triptykon, la portada ha corrido a cargo de otro de esos artistas por los que siento autentica devoción, H.R. Giger.
No es justo encasillar al suizo en un solo trabajo, además su relaciòn con el rock viene de largo, es más, hace algún tiempo, hablé en el blog de algunas de las portadas diseñadas por él (aquí), pero es que, para los que somos fans totales de Alien, Giger ocupa un lugar destacado en nuestro altar de las devociones. De nuevo se pone manos a la obra, para embellecer este trabajo, con una portada, que me trae recuerdos de un Alien más oscuro si cabe, más infernal incluso, como prologo a este nuevo trabajo de la banda. Un disco, que como el anterior, se puede catalogar como el siguiente paso adelante de Celtic Frost, es más, Tom G. Warrior considera este proyecto como la continuación natural del legado dejado por estos, asumiendo mucho de lo que representaban. Triptykon son la continuación de "Monotheist"
Cuando pinchas un disco, y ya el primer tema te pone en sobre aviso de lo que se te viene encima, el placer es inmenso y "Tree of suffocation souls" abre unas puertas que ya no querrás cerrar, con ese riff y ese ritmo que marca la batería. "Boleskin house" es oscuro, denso, cercano al doom, con esos ritmos pausados, pesados, junto a ese brillo gótico a lo que ayuda mucho la voz femenina de Simone Vollenweider. Sigue la densidad asfixiante con "Altar of deceit", solo hay que escuchar ese inicio, y esos riffs monolíticos, que no dejan pasar la luz ni un solo instante. "Breathing" te hace mirar atrás en el tiempo, cuando la velocidad era una constante en la música de Warrior, en los momentos más thrashers de Celtic Frost, antes de que decidiesen dejar ese camino a otros y ellos seguir siendo unos avezados, ir abriendo caminos.
El final del disco viene de la mano de "Waiting", adornado con voces femeninas, que cierra de forma digna este gran trabajo de Triptykon. Sin dudas, Tom G. Warrior es uno de los personajes a reivindicar dentro del mundo del metal, por derecho propio, no solo por el legado que acumula a sus espaldas, también porque sigue demostrando que sigue siendo piedra angular para disfrutar de los terrenos más oscuros del heavy metal, pongamosle el apellido que nos de la gana.
Comentarios
Un abrazo, caballero. Ya me contará ud. por Facebook qué le está pareciendo la trilogía de Murakami que se está leyendo. Pase un buen día ud. su señora, y los hijos.
PD: Ni se le ocurra leerse el último de Murakami, por favor se lo pido.
Algún día tengo que ponerme a escuchar en serio todo lo del señor Warrior, que sólo he explorado superficialmente las oscuras aguas de Celtic Frost y Tryptikon.
Recuerdo que cuando me metí de jovencito en esto del metal, encontré una web que repasaba la discografía de un montón de grupos y a mí me daba por mirarme las portadas. Me impactaron mucho las blackmetaleras (sobretodo por esas tipografías imposibles) y en concreto dos: una de Marduk con una señorita haciendo cosas indecentes con un crucifijo (xD) y otra de Celtic Frost (creo) con una analogía monstruosa sobre una vagina y un pene que aún se me viene a la cabeza de vez en cuando.
PD: Brutal párrafo con lo de Suiza, me has sacado una amarga sonrisa.
Un entradón, infecto, neblinoso, pecador...¡Habrás disfrutado!!!
Siendo haber comentado tan tarde!
A+
Por cierto, a mi me gustó el Cold Lake jajaja http://ffvinilo.blogspot.com.es/2012/08/celtic-frost-cold-lake-1988.html