MARILLION - REAL TO REEL
No recuerdo ahora mismo que año era, pero si tenia que ser mitad/final de los 80. Alguien me pasó una cinta original con el Real to Reel de Marillion. Eran días de todo el sleaze, el thrash metal, el Seventh Son de Maiden o el Ram it dow de Judas, y sinceramente, casi no terminé de escuchar aquella cinta de Marillion. No estaba predispuesto en aquellos días a conectar con su música. El rock progresivo, sinfónico, o como querais llamarlo, era algo que no entraba de momento en mis planes, si exceptuamos a Rush, con quienes me rendí a la primera escucha. Mi adrenalina y mi testosterona, corria por otros derroteros, como cantaba Ozzy, "I'm going off the rails in a crazy train". Eran momentos de plena ebullición, descubriendo grupos, a veces en cintas regrabadas mil veces, sin nombres ni títulos. En plena euforia, no encontraba, ni deseaba encontrar, el momento para sentarme a escuchar otras cosas.
Años más tarde, ya había descubierto a Genesis, ELP, Focus..... y ese tipo de sonidos, formaban parte de mi parrilla, como otros muchos. El abanico se fue abriendo, sobre todo gracias a Steve Harris. Si, no se si recordareis, que en el Seventh son of a seven son, el bajista, aparecía con una camiseta de Jethro Tull, más concretamente, del Crest of a knave. Aquello me llevó a interesarme en la banda de Anderson, primero me pillé un recopilatorio, y luego, fui directo a por Aqualung. Y una cosa fue llevando a la otra. Llegaba la hora de reconciliarse con Marillion, y curiosamente, fue ya con Hogarth, y con el que muchos consideran uno de sus discos más melódicos, Holidays in Eden. Estaba claro, que al igual que Van Halen con Hagar no eran los mismos que con Roth, los Marillion de Hogarth no eran los mismos que los de Fish.
La reconciliación con Marillion no era efectiva ni completa, recordé aquel denostado Real to Reel, y fui a hacerme con él. Afrontar mi cara a cara con la banda en la era Fish, con un directo del 84, que recogia la magia de dos primeros discos absolutamente geniales (como descubriria más tarde) más algún single, era suficiente desafio. Ciertamente, Real to Reel tiene un track list brutal, lleno de canciones, que pese a la precocidad de este directo en el tiempo, ya contenia temas imprescindibles para comprender la carrera de Marillion. 6 canciones, tres por cara (el cd, trae un tema más). La cara A grabada en Montreal, la B en Leicester. Abren con esos teclados que te meten de lleno en la épica de Assasing. No sé, pero Fish siempre me ha recordado a Peter Gabriel, desde un primer momento, encontré pararelismos entre ambos vocalistas, esa teatralidad, no olvidemos que Gabriel con Genesis daba una importancia vital a la visualidad en escena, al igual que Fish, y en la forma de cantar, también encuentro ciertas familiaridades.
Incubus es el segundo en sonar, de nuevo con esos fantásticos teclados de Mark Kelly, y las guitarras de Steve Rothery, que sin abusar de protagonismo aparente, se vuelven esenciales, junto al dramatismo de Fish. No sería justo olvidar la base rítmica formada por Pete Trewavas e Ian Mosley que había sustuido a Mick Pointer. Cinderella Search cerraba la primera cara del disco, que suena grandiosa, con esos solos de Rothery. La cara B la abre Forgotten sons, donde se enfrentan cara a cara, riffs y teclados como enormes compañeros de viajes de Fish, de nuevo con un Rothery sublime. Jugando en casa ya en esta cara, suenan como una máquina perfectamente engrasada. Garden Party hace que continue la fiesta hasta llevarnos al final con la gran Market Square Heroes, himno imperecedero de la banda.
Incubus es el segundo en sonar, de nuevo con esos fantásticos teclados de Mark Kelly, y las guitarras de Steve Rothery, que sin abusar de protagonismo aparente, se vuelven esenciales, junto al dramatismo de Fish. No sería justo olvidar la base rítmica formada por Pete Trewavas e Ian Mosley que había sustuido a Mick Pointer. Cinderella Search cerraba la primera cara del disco, que suena grandiosa, con esos solos de Rothery. La cara B la abre Forgotten sons, donde se enfrentan cara a cara, riffs y teclados como enormes compañeros de viajes de Fish, de nuevo con un Rothery sublime. Jugando en casa ya en esta cara, suenan como una máquina perfectamente engrasada. Garden Party hace que continue la fiesta hasta llevarnos al final con la gran Market Square Heroes, himno imperecedero de la banda.
Ya sabeis que hay reediciones, con más temas, algunos grabados en Japón, pero estos seis son los que en 1984, enseñaron al mundo como se las gastaban en directo Marillion, una banda en estado de gracia. Si tengo que elegir entre la epoca Fish o la de Hogarth, me quedo con la del primero, pero ojo, sin menospreciar al segundo, simplemente, Marillion han marcado dos caminos diferentes, pero ambos repletos de calidad. Aún así, la teatralidad, épica y esos sonidos del viejo rock progresivo de la primera época de los de Aylesbury, es de escucha obligada para cualquier fan del rock. Más vale tarde que nunca, dice el refrán, y jamás tuvo tanta razón.
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