PEARL JAM - EVEN FLOW


Como pasa el tiempo. Te pones a mirar discos y te das cuenta, la de días que has acariciado con las yemas de tus dedos antes de dejarlos marchar para siempre. Cuantas historias vividas, cuantas por contar. Tantos ratos, buenos y malos, se han ido acumulando para reposar en el pozo de la memoria, con mayor o menor intensidad, según la huella dejada en las cicatrices surcadas en la piel por el tiempo. Días que pasan, con la promesa de que otros llegarán. Cosas por hacer que se dan la mano con las que dejaste bien atadas. Y todas ellas regadas con algún recuerdo sonoro en forma de canción, que siempre suena en los creditos finales de cada recuerdo travestido de nebulosa. Como un festival de cortos animados, enjugados en lagrimas o sonrisas, a veces a partes iguales, otras con disimulada diferencia, se van repitiendo notas y acordes, nacidos de la mente de otro, pero que en cierto modo, ya hiciste tuyos.


21 años han llovido ya desde el 91, aunque a veces parece que fue ayer, hace solo un rato. Muchas caras nuevas desde entonces, pero aún sigo teniendo a mi lado, muchos de los rostros que ya estaban entonces. Muchas cosas vividas, bastantes tachadas de la lista de cosas por hacer, y alguna que otra se ha ido quedando en el tintero. Aprendizaje de la vida a mordiscos, a golpes, pero también a besos y abrazos. Afortunadamente, la mayoría del tiempo, la suerte de mi lado, aunque los cortes también me han enseñado a ir viviendo más o menos deprisa. Dos décadas desde el 91, con muchas arrugas en el rostro, con menos experiencia en la vida y con muchas ilusiones aún intactas. Vuelvo atrás en el tiempo, estoy sentado en el sofá, o en algún bar rodeado de amigos, y los altavoces escupen una canción.


Una melodía intensa, que habla sobre no tener suerte en la vida, sobre tener que sobrevivir en la calle cada noche fria, que me atrapa a pesar de tener la suerte, de poder acomodar cada noche mi cabeza en una comoda almohada. Risas y miradas, lealtades y traiciones, propias de quien no teme chocar de frente contra el muro de la vida, y Pearl Jam tocando "Even flow" en ese recuerdo, abriendo nuevos mundos, que siempre estuvieron encerrados en este. Eddie Veder cantando "Even flow, thoughs arrive like butterflies, oh he don't know so he chases them away, somedy yet he'll begin his life again...". Tocala de nuevo Stone Gossard, que aún nos queda mucho camino que recorrer, y muchas lecciones que aprender.



Comentarios

Unknown ha dicho que…
Joder, Carlos, menuda entrada; es que Pearl Jam es una de mis debilidades. La voz de Vedder arropa mejor que una manta en una fría noche de invierno. Y su madurez lo ha conformado como el nuevo Bruce Springsteen.
Unknown ha dicho que…
GRANDE! Tu post como el tema u como la banda! Tambien me traen enormes recuerdos de desfase en pleno en Paris!Una época muy loca para mi y irrepetible, pero que revivo en mi mente cuando escucho temas como este!
A+