RORY KELLY'S TRIPLE THREAT - KINGS NEVER SLEEP
“Get your motor running, head out on the highway, looking for
adventure, and what ever comes our way…”, John Kay y los suyos,
posiblemente no eran conscientes, de que Born to be wild, no solo iba a
ser un himno imperecedero, sino que también una especie de credo
resumido en su letra. Porque al final, es ese rock grasiento, bañado en
la barraca del blues, pero aderezado con el southern y el hard rock, el
que huele a carretera, a cerveza, a sexo y a sangre. Ese que te lleva a
pisar el acelerador de tu coche o a levantar una vez el puño en una
pelea. Ese rock and roll con el que nacer y morir, a base de guitarras
con el volumen alto y canciones sobre la vida, o la forma de vivirla.
Así es como lo hace Rory Kelly. Fue guitarrista de aquellos magníficos
Crank County Daredevils, luego decidió tirar en solitario, junto a su
padre a la batería y Billy Miller al bajo, con los que asfaltar su
camino a base de ritmos añejos.
Su nuevo disco es “Kings never sleep”, los reyes nunca duermen, donde
Rory demuestra lo mucho que tiene que ofrecer, y como no se le puede
encasillar en toda esa pleyade de bandas que sacan ahora a relucir sus
influencias sureñas y sus borracheras a la orilla del Mississippi.
Comienza a todo trapo con “Lay to waste”, brutal, ese riff southern y
pantanoso, directo a la cara. ¿Para que perder el tiempo?. Y hablando de
riff, cuidado no caerte de espaldas con el del tema título. Ecos de la
mejor música de raices americana, y esa guitarra convertida en arma.Se
me ha quedado grabado en la mente “Black widow”, sus influencias blues, a
ritmo pausado como buen medio tiempo que se precie. “Walking wounded”
tiene unas guitarras mas hard rockeras, fuerza, potencia, ataque frontal
a la linea de flotación.
“Menace to society” hereda esos ritmos a lo Pat Travers o Rick
Derringer, hard rock, blues, sonidos clásicos. “Wouldn’t listen” es
enorme, con esos ritmos arrastrados a base de acústicas, blues con sabor
a carretera abrasada por el sol, y potencia sosegada. “Stood your
ground, rindete a esos solos, riffs sobrehumanos, de nuevo con ese hard
rock sureño como bandera, para prender más fuego aún a estas ya
calurosas noches de esta primavera que va conviertiendose en verano a
paso agigantados. “Hittin the bottom” vuelve a sacar a la luz ese brillo
de blues que se esconde en cada nota distorsionada.
Con “Look away” continua la fiesta. Rory es sincero, aqui ya sabes lo
que te vas a encontrar, guitarras furiosas y una sección rítmica que
quita el hipo, sin colorantes, sin artificios, solo tres tipos haciendo
rock and roll por la puta cara. “16 tones” vuelve a terrenos más hard
rockers, con buenos coros y ese tono hímnico. Cierran en castellano, con
“Hasta la muerta”, si, no me he confundido, muerta, tema instrumental,
que podria ser familia lejana de nuestros Coronas pero más
distorsionado. Muy buen disco el de Rory Kelly, alguien a tener muy en
cuenta. Las modas van y vienen, los gustos van cambiando de bando, pero
hay canciones que nunca se quedaran en el cuarto del olvido, porque
siempre sacan esa razón por la que a fin de cuentas, todos estamos
metidos en esta forma de vivir.
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