BIG JON ATKINSON - BOOGIE WITH YOU BABY
Hay mucho talento por ahí fuera tíos, la respuesta no está en el viento, por mucho que se empeñe Dylan, está en los discos, en las canciones, en pegar tu oreja a los altavoces y disfrutar como si te fuese la vida en ello, como si la última vez estuviese cerca y tus sentidos no quisiesen irse de vacío, allá donde vaguen las almas perdidas. El talento no tiene nombre de ciudad, va por barrios, en todos sitios hay mediocres y entre ellos, crecen como flores en el desierto, aquellos que tienen algo que mostrar, y que tienen además de la suficiente sapiencia, el respeto necesario, con todo lo aprendido, como biblia en la que posar la fe en lo que se ama, en lo que se quiere y se necesita, mostrar a los demás. Que alegría da pinchar un disco, del que no sabes nada, y perderte en esa vorágine necesaria de placer, que sabes que en ese momento es tuya, y no tiene que ser compartida por nadie.
Como estoy disfrutando con Big Jon Atkinson, un tipo, del que os juro, que no sabia nada hasta hace un rato. Un tipo de San Diego, que con tan solo 24 años, ha conseguido que al pinchar este "Boogie with you baby", mi mente allá volado hacia los años 50, y me haya imaginado, en algún club de Memphis, rodeado de humo de cigarrillos y olor a alcohol impregnado en las paredes, entre gente que disfruta del blues que sale de un pequeño escenario. Pero B.J. solo tiene 24 años, aunque parezca llevar toda la vida viviendo a orillas del Mississipi, cantando las penas y alegrías de el que ha nacido con sus tobillos bendecidos por aquellas tierras. B.J, canta, toca la armónica, guitarra, bajo y batería, y se conoce al dedillo el catálogo de Sun Records y otros de la misma realeza, y los ha llevado con maestría a este disco, que suena como hace 60 años.
Se ha acompañado de Nathan James, Fred Kaplan, Marty Dodson y Troy Sandow, para dejarnos catorce blues de pura esencia y ejecución maestra. B.J. es multi instrumentista, pero es que esa voz es de las que no se olvida, de las que uno vende su alma al diablo en un cruce de caminos, para poder cantar blues de la manera que él lo hace. Big Jon se ha centrado en este disco en su armónica, y sobre todo en esa voz que dios, el diablo o Muddy Waters le ha dado, para dejarnos canciones de gente como Lightnin' Slim, Billy Boy Arnold o Junior Wells entre otros. No lo dejéis pasar, en serio, es un viaje a las raíces del blues, con clase, elegancia y amor por esa música, sin la que el rock and roll, jamás habría sacado la cabeza para hacernos ser lo que somos hoy en día.
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