STEPHAN IMOBERSTEG & PATINA - FOR SO LONG
Que verdad es, que desde cualquier parte del mundo, te puedes encontrar con músicos que te hacen reafirmarte, cada día más, en esta música de locos a la que estamos enganchados. Las fronteras, es están desmoronando con las nuevas tecnologías, aunque los nacionalismos, parezcan vivir sus momentos más intensos, cuanto más ciudadanos del mundo nos podemos sentir, mas banderas quieren colgar en las ventanas, como si no me sobrasen ya, todas las habidas y por haber. Pero eso es harina de otro costal, y por supuesto, el derecho y necesidad de las gentes, a decidir su futuro y su forma de ser, debe de estar por encima de viejas estructuras, aunque vuelva a repetir, que me siguen sobrando mapas geográficos, algo que desterré hace ya mucho de mi vida.
Por suerte, la música no entiende de idiomas o costumbres, da igual que hayas nacido en Cádiz o Estambul, para que tus ritmos vitales, se sientan influidos por los que se crearon antaño en lugares lejanos al tuyo. La música "americana", hace mucho que dejó de ser patrimonio exclusivo de los States, y pasó a calentarnos desde cualquier rincón del mundo. Desde Suiza llega Stephan Imobersteg, que junto a Reto Wittwer al bajo y Jean Claude Reusser a la batería, o lo que es lo mismo, Patina, nos traen este "For so long", doce canciones llenas de rock, blues, folk rock, todo ejecutado de una manera brillante y repleta de feeling.
Desde que suena la inicial "One man show", puedes notar que aquí hay magia, que la cosa va en serio, y hay que tenerles muy en cuenta. "I will smile when I'm gone", tiene unas guitarras realmente buenas, un ritmo que rápidamente te entra en la vena para convertirse en un buen chute. "Where's the glory" tiene un rollo a lo U2 que los de Bono, me da la impresión, jamás volverán a conseguir. "For so long" suena más americana que mucha de la música que se hace por esos lares, con esas acústicas que le imprimen muchísima fuerza a la canción. De ahí pasamos al blues rock de "Lean" y al rock clásico de "I am I am". Bonitas acústicas son las que suenan en "It's all a question of the time", para dar vida a este emotivo medio tiempo.
"Can you hear that shout", vuelve al redil del rock, mientras las miradas se lanzan al pasado cuando comienza a sonar "Let it flow". De nuevo, ese sonido de rock americano, de influencias sureñas, viene al oido con "Postman". Nuevo momento de intimidad, con otro medio tiempo, "Romeo is dead", en el que Stephan nos va introduciento en la historia como buen storyteller. Se acaba el disco con "Jailtrain", despidiéndose por el andén a ritmo de blues, y dejándonos la impresión, de que hay que seguir muy de cerca a esta gente, porque tienen lo que hace falta, y lo que hay que tener.
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