ANGRA - SECRET GARDEN (2014)


Dicen que quien mucho abarca poco aprieta, o algo así. El problema, es cuando no te dejan abarcar ni siquiera lo necesario. Por supuesto cada cual es libre de tomar sus designios, y una vez elegida la lanzadera por la que lanzarse hacia las estrellas, ser responsable de alzar el vuelo o simplemente, caer de cabeza hacia el vacío. Pero hay cosas, que no termino de entender, como los movimientos dentro del último disco de los brasileños Angra. Posiblemente, son trás Sepultura, la cabeza visible del metal brasileño, principalmente a nivel mediático. Recuerdo cuando salieron sus primeros discos, sus incursiones en terrenos más progresivos, más allá del típico rollo power que se imponía en esos días, hacía que muchos miraran en su dirección. En mi caso, añádele ese pedazo de guitarrista que es Kiko Loureiro, que hacía crecer aún más mi estima por la banda.


En los últimos tiempos, en lo que concierne a la banda brasileña, nos encontramos con que Ricardo, dejaba su puesto tras la batería a un chaval de 23 años, Bruno Valverde, quien por cierto es un fichaje de primera. El otro cambio destacable, era la marcha de Edu Falaschi, y la entrada en su lugar de Fabio Lione. Reconozco que consiguió que saltaran las alarmas y que fuese corriendo al refugio anti bombardeos. Nunca he sido muy fan del italiano, por no decir, que no lo he sido nada. Además, recuerdo que en los tiempos de mayor gloria de Rhapsody, se llevó muchos palos por su forma de cantar en directo. Si a eso le añadimos, que de la banda italiana, quitando los dos primeros discos, tampoco es que sus historias power/sinfónicas me hayan  interesado más de la cuenta, seamos sinceros, así que el acercarme a este "Secret Garden", no iba a ser tarea fácil.


Como decía más arriba, me desconcierta lo que rodea a este disco. Partamos de la premisa de que es un muy buen disco, con esos toques progresivos que tanto le caracterizan, incluso alguna canción que me recuerda a Dream Theater como "Newborn me" o "Storm of emotions". Pero el hecho de que busques un vocalista de una popularidad contrastada en el mundillo, para al final, hacerle cantar solo en cuatro canciones completas, en otra comparta las voces con el guitarrista, que además actúa como vocalista en dos o tres más, haciendo dueto en una de ellas con Doro, y para rizar el rizo, resulta que "Secret gardens" la canta completa, Simone Simons, de Epica. Tal vez hubiese sido mejor, que Rafael Bittencourt se encargase de las voces, que por otro lado no lo hace nada mal.

Como señalé, un muy buen disco, con momentos muy power, como en "Black hearted soul", potencia a raudales con unos riffs potentísimos en "Final light", búsqueda de nuevos caminos en "Violet sky" o momentos más sinfónicos con la participación de la vocalista de Epica. Incluso ecos jazz podemos encontrar en "Upper Levels" o canciones que representan perfectamente el concepto de Angra como "Perfect Symmetry". Lo dicho, un muy buen disco, pero que me deja una sensación un tanto extraña.


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