RUST ON THE RAILS - Talisman
Por si no lo sabeis, detrás de Rust on the rails está un viejo conocido, Cody Beebe, esta vez, codo a codo, mano a mano, botella a botella con Blake Noble, que se presentan con su primer disco bajo el brazo, "Talisman", un disco que reconozco que me ha ido enganchando con cada escucha. Tal vez, la primera vez, no era el ambiente ideal, o yo no tenía el día lo suficientemente predispuesto para la música de estos tipos. Son las cosas que pasa cuando escuchas desde soul a grindcore, que no siempre el cuerpo te pide lo mismo ni está igual de receptivo para según que. Pero la verdad, es que la siguiente vez, bajo el confort de una cerveza bien fría y un momento más reposado, me he ido introduciendo en ese buen puñado de canciones que forman este disco debut, que vale su peso en oro, o al menos, en canciones bien manufacturadas y mejor interpretadas por la banda.
"Every little thing" abre el disco, intensa, didgeridoo incluido, cortesía del propio Blake Noble. "Trip" posee unas guitarras muy rockeras, y una ambientación que representa bastante bien lo que quieren mostrar, tanto ese ramalazo rockero como las influencias de la música americana. "Abbott and Costello" suena fresca, sincera, unas guitarras, una voz, y a dejar fluir la música. "Secrets" tira de acústicas que le van introduciendo en una especie de country blues, con un estribillo precioso y efectivo. "Lost and found" tiene mucho de los noventa, de la forma de entender las canciones, como hacerlas. "Far cry" sube el nivel de intensidad, jugando con ese vaivén entre instrumentos y voz y la fuerza que esta es capaz de dotar a la canción. "Crutch" es posiblemente la canción que más recuerda a los Crooks de Cody Beebe, con ese ritmo funk que te hará mover el cuerpo con mayor o menor fortuna. "Play the fool" es la balada necesaria.
"Love and lace" es digan poseedora de un buen riff, poderosa a la vez que emotiva, mi favorita del disco. "Can you feel it?" es protagonizada por el bajo y el riff de guitarra, que le da un sabor muy clásico, incluso en la forma de cantar del rock setentero. Cierra el disco "Foolish pride", de manera íntima, un disco muy disfrutable que gana con cada escucha.
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