Ayer escuchaba a una periodista en la televisión hablando de Rodrigo Rato, casi más escandalizada porque el susodicho se hubiese llenado los bolsillos ilegalmente sin necesitarlo que por el hecho en si, y me venia a la cabeza aquella estupidez que aún hoy en día he escuchado a alguno defender, de que la vida política se deberían de ocupar los ricos que no tienen necesidad de robar, como si los que nos ganamos el pan con el sudor de nuestra frente, no lo hiciésemos levantándonos a las seis de la mañana sino aguardando pistola en mano en la puerta de alguna entidad bancaria, cuando la realidad es que los que deberían usar pasamontañas y recortada son los bancos que ya que nos roban con total impunidad, al menos deberían tener la decencia de no querer aparecer ante la sociedad como personas decentes y formales. Hoy otro político (vale, ex, que ahora ya no tenía un cargo) arrestado por la policía, otro más, que por un momento te hace confiar en la justicia, aunque luego ves a fiscales quejarse de que reciben presiones, o situaciones como la del cuñadísimo/yernísimo, y se te pasa esa ceguera momentánea. Al final, unos viven como reyes incluso entalegados, otros seguiremos apartando maleza a machetazos para salir adelante como podamos, y encima, seguimos más indignados porque alguien nos llame gilipollas que porque nos robe la cartera. Mientras tanto, al menos durante un rato cantaremos, In the jailhouse now.
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