PEE WEE RUSSELL - Relaxin
Si ya de por si, a veces me cuesta reconocer públicamente los méritos propios, jamás se me pasaría por la cabeza apropiarse de los ajenos. Igual me pasa con el conocimiento. De bien sabido es que no ocupa lugar y que yo espacio, almaceno aún de sobra por todo el que ha de venir. Me pasa con el jazz, de un tiempo a esta parte (algunos años), me he ido enganchando a su sonido de forma más perentoria, aunque puedo contar por decenas (no más de dos), cuando lo hice mío gracias a una serie de cassettes que llegaron a mi poder.
Y aunque sigo siendo un neófito en la materia y voy haciendo muecas en la culata de mi revólver con los discos imprescindibles que voy apretando a mi baúl sonoro, sigo rescatando muchísimas veces esas cintas que me hicieron asomarme al mundo del jazz. Y hoy domingo, después de un muy buen fin de semana, voy cerrando las persianas con una de esas grabaciones, "Relaxin", grabada en 1958 por Pee Wee Russell.
Me encantan estas viejas grabaciones de jazz, puedo cerrar los ojos mientras escucho "That old feeling" e imaginar que estoy en el Café de Rick, envuelto en humo de cigarrillos, mirando con odio y rencor a los oficiales nazis que celebran su (de momento) paseo triunfal por el mundo y unirme a los parroquianos para cantar con ojos emocionados la Marsellesa. El clarinete de Pee Wee Russell me lleva por el mundo de aquellos clubs de jazz de los cincuenta por los States, andando con cuidado porque mi piel se vuelve negra y no quiero acabar colgado de un árbol por culpa de un puñado de paletos embriagados de whiskey, ni acabar protagonizando la tristemente famosa tonada de Billie Holiday. Suena "Oh no!" y recuerdos en blanco y negro recorren mi cabeza, mis pensamientos, mis maneras de vivir, a la vez que la brutal batería de Karl Kiffe me transmite toda la fuerza de los momentos difíciles de aquel que decide arriesgar en tiempos duros, pero sabe que pervivirá por sus gestas.
Que no he hablado apenas del disco, bueno ya me conocéis, y además os he reconocido al principio que sigo y seguiré siendo un maldito principiante hambriento y sediento de música. Para que no protestéis demasiados, os diré que a Pee Wee Russell le acompañaban en este disco, Ruby Braff a la corneta, Vick Dickenson al trombón, Bud Freeman al saxo tenor, Nat Pierce al piano, Charles Potter al contrabajo y Kat Kiffe a la batería. Ah, ¡y que lo escuchéis, coño!
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