BILLIE HOLIDAY -Lady in satin, dolor en la voz

Muchas veces, o quizás no tantas, cuando escucho música siento la necesidad imperante de escribir sobre ella. La música es mi pasión, pero mi torpeza para poder tocarla, componerla, es excesiva. Sin embargo, soy capaz de juntar cuatro palabras con un mínimo de sentido, o al menos eso creo, o es mi consuelo. Hoy es de esos momentos, después de un día agotador, de estos que cuando llegas a casa necesitas aislarte por un momento del mundanal ruido, encerrarte en tu propia coraza, enfrentar al mundo tu escudo forjado de canciones. He sacado un viejo vinilo de Billie Holiday, ese "Lady in Satin" grabado en 1958 cuando Lady Day decidió que no quería grabar con otra orquesta, que era el momento de utilizar cuerdas y contar con un por entonces casi desconocido Ray Ellis. Cuando a poco ya de su muerte (este es su penúltimo disco), quiso llenarlo de versiones que nunca había grabado antes. Era su vida, su carrera, su destino, su deseo.


Mientras la voz de Billie llena toda la casa y el dolor que desprende su garganta acongoja mi alma, me sirvo un trago, bourbon, solo, con hielo (de no haber dejado de fumar hace ya casi un década, hubiese encendido un cigarrillo), y vuelvo a leer aquel viejo libro sobre Lady Day que compré hace ya casi 25 años, aquella temporada que estuve viviendo en Santa Cruz de Tenerife. Y entre página pasada, sorbo profundo y melodía dolorosa, pienso como por mucho que se empeñen, en cualquier academia travestida de reality show, podrán enseñarte a mover el culo mientras cantas, pero son las heridas de la vida, las únicas capaces de hacerte cantar de esta manera, de desprender sentimientos con tanta facilidad y pesar. "Lady in Satin" duele al escucharlo, el pesar se palpa en cada nota, en cada palabra revestida de melodía. Va llegando la hora de apagar las luces, de apurar la copa, de dejar descansar mi vista cansada y decir buenas noches a Lady Day, antes de que la aguja termine su recorrido.

Comentarios

Juancho Farias ha dicho que…
Quien lo diría ! el dueño del Motel en sus horas de relajo con Billie...
Con un imprescindible como el Lady In Satin,grabado en su declive, una proeza inimaginable.
Saludos amigo .