CEDRIC BURNSIDE - BENTON COUNTY RELIC
Los vaivenes de la vida a veces son más emocionales que accidentales. Yo no me quejo. Alguien me dijo que detrás de mi sobrevuela una protección constante que guía mis pasos. Mi confesión católica de constantes contradicciones me hace creer en ello. Soy capaz de sobrellevarla con mis tradiciones más mundanas a las que jamás renuncio. Me reencontré con ciertos dogmas sin necesidad de pasar por un centro de rehabilitación . Afortunadamente siempre he sido capaz de capear con mis vicios sin llegar a arrojarme al precipicio. También conservo mi certeza crítica. Mi línea entre la fe y la ciencia está lo bastante bien delimitada para saber dejar en manos de quien debe quedar cada circunstancia de la vida, el cuerpo para unos el alma para el otro. Ese contrasentido que algunos pretenderán encontrar son mis trazas vitales. También creo en el blues. Si el rock me cura el desgaste y el desasosiego, el blues me sana el alma. Para escucharlo necesito cierta soledad que no comparto con otras formas de música. El blues se convierte en ese rincón personal en el que lamer mis magulladuras. Como un boxeador después del extasis del combate, que necesita la introspección de la soledad. Pero llevo un tiempo con mi fe perdida en el blues, por culpa mía. Las sensaciones no me llevan a enfrentarme a su fría calidez, a su desgarradora hermosura aunque sienta que necesito una reconciliación forzosa que le devuelva a mi camino.
Y tiro de la frase de casta le viene al galgo para acercar mi ofrenda de sacrificio. Cedric Burnside será mi apóstol para recuperar las enseñanzas. Él ya las aprendió de su abuelo RL Burnside y para este momento de redención que mejor que su disco lleno de tradiciones del viejo y pecaminoso Mississippi como senda de vida. Quizás porque mis últimos mandamientos alrededor de la música del diablo estaban repletas de electricidad como púlpito desde el que extender la palabra, ahora recurro al respeto por la tradición de Cedric y me rindo exultante ante su homilía reveladora, su dádiva a las presentes generaciones del Mississippi Hill Country blues. Este domingo, el sol busca brillar aunque algunas nubes le traigan oscuridad momentánea para recordar que no hay comienzo sin final ni viceversa, pero yo me recojo y me muestro profano, como el que descubre por primera vez algo, para que su disfrute sea más desmedido. Llega la hora de volver a la momentaneidad de la vida cotidiana, de recibir el envite de las fuerzas venideras. Ya estoy dispuesto a recargar mis baterías de energía porque el alimento del espíritu está escrito por hoy en este "Benton County Relic".
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