ALICATE - Unforgiven to be forgiven
De pocas cosas me doy el gusto de presumir pero mira, hoy me vais a permitir un ejercicio de autocrítica y colleja a mi mismo por mi ignorancia respecto a esta banda. Cuando llegó el disco a mis manos y leí Alicate lo primero que pensé fue en aquellos tiempos del heavy rock en los que el sector de la construcción abastecía de nombre a nuestras bandas. Mazo, Muro, Hormigón, Asfalto... pero claro la portada y sobre todo el título del disco en inglés me hizo pensar que me estaba dando un cabezazo contra el muro de la ignorancia. Porque estos Alicate son suecos y además llevan en activo desde el 85 aunque no se hayan prodigado demasiado a pesar de la gran cantidad de lunas que atesoran en su haber. Es más, estamos hablando de que en 2018 lanzan su tercer disco. Su sonido es hard rock melódico pero con potencia y guiños al heavy rock clásico. El disco lo abre "Unforgiven", segundos para la típica y tópica intro antes de que las guitarras crujan y las pautas melódicas de la voz dejen a las claras de lo que presumen los suecos. "Facing my fear" baja el ritmo pero el riff de guitarra junto a la batería le imprimen muchísima fuerza junto a ese aire épico de la canción. ¡Gran tema!.
"Scream" vuelve a conjugar perfectamente la fuerza instrumental y la melodía de voz, a los viejos Rising Force de Yngwie Malmsteen. En "Erase and rewind" la voz adquiere protagonismo, desenvolviéndose perfectamente en ese tono épico a lo Magnum. "Coming home (Farewell Pt II)" sigue la misma onda que la anterior, con la batería marcando el tiempo de la canción. Las guitarras toman protagonismo "I don't mind" que además contiene un cambio estupendo. "Where do we go" consigue que sobre mi cabeza vuelen recuerdos de Tony Clarkin y Bob Catley, y amigo, no se a vosotros pero a mi eso me pone y mucho, ojo que no es que copien a los británicos pero si demuestran la misma escuela de elementos progresivos. "Last breath" no pierde comba de nuevo con una guitarra brutal y los teclados en estado de gracia.
¡Que maravilla "Cry no more"!. Esos teclados fabulosos, ese riff grandilocuente, la voz siempre cumpliendo las cuotas marcadas, el juego instrumental y los cambios. "All to win" cierra el disco y lo cierto es que personalmente me deja un gran sabor de boca, ese hard rock melódico mezclado de elementos progresivos y épicos a mi me gusta y mucho. Gran disco y gran banda.
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