STIFF RICHARDS - Dig

Enciendes el televisor. Llega uno de los momentos más apasionantes, la campaña electoral -por los cojones-. Miseria y mentiras, acusaciones y falta de proyectos. Siguiente bloque. Programas de televisión haciendo el juego según sus intereses. La actualidad a debate. Periodistas haciendo sangre del dolor ajeno, excavando en las letrinas para instaurar su reino. Apóstoles de la verdad absoluta cuyo único aporte es la descalificación al que piensa diferente. Ríos de mierda corriendo por programas de radio o folletos publicitarios autodenominados periódicos como lluvia torrencial. No future. Lo dijeron los Sex Pistols. Lo recalcaron Evaristo y La Polla Records. El punk no está muerto. Lo rescató Live Nation. Da igual porque al menos tanto Rotten como Evaristo reconocen porque hacen las cosas, aprovechan el jodido sistema para cantar sobre sus cañerías. No se rodean del halo de autenticidad de otros a los que se les puso cara de billete de dolar. Necesitamos el punk. Que venga como quiera pero si puede ser, no disfrazado de niños bien que un día descubrieron a Green Day sino de gente que escupió a los Damned o a Eskorbuto al son de sus alaridos de odio a la sociedad.

 

Hay esperanza aunque venga de lejos. De Melbourne para ser exacto. Eso si, allí tienen tradición de sobra a la hora de dar guitarrazos asperos y crudos, de escribir canciones que patean culos. El nombre de la banda es cojonudo, no puedes esbozar una sonrisa al escuchar eso de Stiff Richards. Su "Dig" es punk sin contemplaciones, hace tiempo que alguien no me hacía recordar de forma tan descarada el "Never mind the bollocks" y eso me pone a cien. Me pongo las botas por si encuentro pelea porque la banda sonora lo pide a gritos. Ocho puñetazos en la cara a todo volumen."Dig" la canción que da nombre al disco ya te pone sobre aviso, escucha esa sección rítmica, el bajo, la voz y el riff callejero y sucio que te transporta al Londres del 77 entre cuero e imperdibles. Aún no te has recuperado del primer pildorazo y ya "Bad disease" te vuelve a meter de cabeza en el pogo. "Taste" tampoco da opción al respiro al igual que la ultra rápida "Ostentatious" que te hará ver que si tus vecinos no han llamado ya a la poli es que no la tienes a suficiente volumen. "PEA" comienza a lo Black Sabbath (grupo y canción homónima) para girar hacia el sonido Detroit de unos rabiosos  manejándose de maravilla. "Do it right now" es como un misil tierra aire, directo a tu cabeza. Una lección en violencia y velocidad.

Un respiro (por llamarlo de alguna manera) con "No fun on the beach", su riff marcado y su estrofa agresiva. Con el bajo a tope acaba este disco dando cobre a "Intro" un rápida y movida instrumental que pone punto y final a un disco que te hará disfrutar si o si y sacará de ti toda la adrenalina que lleves acumulada de la jodida semana. ¿Donde para el próximo bus a Melbourne?


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