SOZIEDAD ALKOHOLIKA - En bruto XIX

Hace muchísimo tiempo que escuché por primera vez el nombre de Soziedad Alkoholika. Pues si la memoria no me falla -que es bastante probable- fue a final de los ochenta, principios de los noventa, cuando aparecieron en la revista Thrash Metal editada por Mariskal Romero y que tan buenos números nos ofreció hasta que acabó sucumbiendo y nos quedamos de nuevo con la HeavyRock. Recuerdo que a los S.A. los definían como thrashcore. Termino que a mi me gustaba mucho, porque en esos tiempos estaba muy metido tanto en el thrash metal como en el hardcore, por el que me había comenzado a interesar a raíz de un artículo en Metal Hammer con Scott Ian y Charlie Benante como protagonista. Ese punto de encuentro que se daba entre ambos mundos -thrash metal y hardcore- que comenzábamos a conocer como crossover y que representaban a las mil maravillas por ejemplo D.R.I. fue un punto de partida para ir luego introduciéndome en historias como el grind británico de Napalm Death o Extreme Noise Terror. Escuchaba hasta la saciedad aquella primera grabación de S.A. llamada como la propia banda, con su portada sobria, negra con el logotipo del grupo. Recuerdo la polémica por "Nos vimos en Berlín" que no sería la última por desgracia, pero sobre todo ese sonido crudo y rápido, potente que la convirtió rápidamente en una de mis preferidas.



Siempre me ha resultado curioso la deriva que fue tomando el grupo. Como se fueron alejando progresivamente del los círculos metálicos para ir afianzándose en la de grupos propios de festivales como el Viña Rock a pesar de que su sonido no era precisamente como el de otras bandas que entraban en los principales gustos de los fans del género. Quizás las letras de la banda es lo que les acercaba más a ese terreno de juego. Para explicarme, era más sencillo ver hablar de S.A. a un seguidor de Extremoduro que de Purgent Stench por ejemplo e incluso de Subterranean Kids por hablar de otra banda que en aquellos primeros noventa se convirtió en otra de mis favoritas. Luego llegarían discos, directos, polémicas, contertulios bramando contra ellos en cadenas de radio, boicots de ayuntamientos... un rosario de historias más allá de la simplemente musical. Hace mucho tiempo, alguien con muy buena intención y aprecio a mi persona me dijo que jamás escribiese en un medio que no conocía o no escuchaba algo de una banda. Pero como esto no es un medio, ni tan siquiera un cuarto, sino ese oscuro rincón de internet donde junto mis cuatro palabras, tengo que decir que después de ¡No intente hacer esto en casa! me fui distanciando del grupo.


Pues mira por donde, al final uno vuelve a donde siempre debió de estar y aquí estoy disfrutando de este nuevo lanzamiento de S.A., su tercer directo -cuanto ha pasado desde aquel "Kontzertua Gaztetxean" que devoré una y otra vez en vhs- y la verdad es que estos tipos siguen siendo un puto muro de contención. Aquí no hay concesiones.  24 canciones a toda mecha, con un Juan que sigue mostrando un poderío vocal tremendo, una voz que se ha convertido sin lugar a dudas en característica reconocible del sonido de la banda y que se puede reconocer en más de una banda a lo largo del panorama nacional. Grabado hace casi un año -agosto del 2018- en el Leyendas del Rock, lleno de esos clásicos que aún me sorprendo cantando más de una vez. Las tablas de la formación se notan a leguas, que saben como no hacer prisioneros también. Lo cierto es que lo estoy disfrutando a todo volumen mientras en el televisor de fondo Ponferradina y Hércules de Alicante se juegan el ascenso a la segunda división. Por cierto, es cd y dvd, así que no nos podemos quejar. Trallazo a la yugular. Si no los visteis en el Leyendas pues nos vemos en Berlín.

 

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