THE BEACH BOYS - Pet Sounds
A veces siento una especie de obsesión compulsiva temporal por una banda o un disco. Últimamente me pasa con The Beatles y con “Pet sounds” de The Beach Boys. Me sorprendo tarareando canciones de los de Liverpool más de la cuenta. Escucho “Pet sounds” a menudo, hoy por ejemplo un par de veces en momentos de relax. Ahora que lo pienso. Existe una conexión probada entre The Beatles y dicho disco de The Beach Boys que circula en doble sentido. Brian Wilson reconoce la influencia de “Rubber Soul” -y de las producciones de Phil Spector también- y Paul McCartney la de “Pet Sounds” en “Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band”. ¡Vaya dos obras maestras !. Dos discos que han marcado el devenir de la música pop, que el tiempo ha cultivado como leyendas propias salida de mentes privilegiadas. Un compendio de canciones compuestas para pervivir al capricho de las modas y el tiempo. “Pet sounds”, undécimo álbum de The Beach Boys es su obra maestra. Si, su disco número 11. Pero no olvidemos que habían editado los diez anteriores en tan solo 4 años (los Stones también sacaron diez en cinco años).
Viajemos hasta 1966. Brian Wilson había sufrido un ataque de pánico a finales del 64 que le llevo a replantearse entre otras cosas el embarcarse en largos tours. Cuando Wilson presenta sus nuevas ideas al resto del grupo estos no las tienen todas consigo. Para las letras de Pet Sounds colabora con Tony Asher. Atrás queda el California way of life. El surf, las chicas en bikini y las olas. Comienza un nuevo ciclo. Aunque lo normal comienza a ser grabar en estéreo en esos días, “Pet Sounds” se graba en mono. El uso que hacen en el estudio con sumo cuidado, pura artesanía de las capas de sonido va creando con mimo un disco perfecto desde todos los ángulos. Ese ansia experimental que se hace eco en la grabación a partir del sonido estándar de The Beach Boys germina en una obra única. Los temores de la banda se confirman y las ventas del disco no despegan. Puedo imaginar el shock de los seguidores de la banda acostumbrados a sonidos más livianos y excesos vocales al encontrarse ante la nueva propuesta musical que seguramente muchos encontrarían recargada.
“Pet Sounds” es una maravilla. Una de esas obras inmortales. Un paso adelante o mejor dicho en otra dirección. Una forma introspectiva de contar su propia vida por parte de Wilson. Tiempos convulsos en EE.UU. un año antes habían matado a Kennedy. Uno después asesinarían a Malcolm X. Ese 1964 Lyndon B. Johnson daría su discurso público sobre el Acta de Derechos Civiles. Nada volvería a ser igual. Al año siguiente se presentaría ante el Congreso con su discurso sobre la Ley de derecho a voto. “Pet Sounds” calaba lento pero seguro entre la gente. Otro signo de sus tiempos, perviviendo hasta hoy como ejemplo del cambio de las consciencias de los americanos aunque no hubiese ningún mensaje político en sus letras pero si ese riesgo asumido de cambio.
“Pet Sounds” es una maravilla. Una de esas obras inmortales. Un paso adelante o mejor dicho en otra dirección. Una forma introspectiva de contar su propia vida por parte de Wilson. Tiempos convulsos en EE.UU. un año antes habían matado a Kennedy. Uno después asesinarían a Malcolm X. Ese 1964 Lyndon B. Johnson daría su discurso público sobre el Acta de Derechos Civiles. Nada volvería a ser igual. Al año siguiente se presentaría ante el Congreso con su discurso sobre la Ley de derecho a voto. “Pet Sounds” calaba lento pero seguro entre la gente. Otro signo de sus tiempos, perviviendo hasta hoy como ejemplo del cambio de las consciencias de los americanos aunque no hubiese ningún mensaje político en sus letras pero si ese riesgo asumido de cambio.
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