DERBY MOTORETA’S BURRITO KACHIMBA
Las raíces del rock hace mucho que se afianzaron en Andalucía. Y se impregnaron de la idiosincracia del Sur del Sur. Y de su indisciplina bien entendida como factor necesario del arte para convertirse en algo fresco y rebelde. El Rock Andaluz como género y concepto siempre fue muy poco homogéneo. Difícil de encasillar dentro de unas normas de funcionamiento. Triana, Cai, Iman o Alameda tenían entre si como nexo de unión más que unos esquemas definidos el amor por la libre inspiración. Más por la circunstancia de la coincidencia temporal que una forma de componer. Incluso podría añadir a Goma a la ecuación pero no tanto por querencia de unas raíces propias de la tierra ya socavadas con anterioridad por Smash. O hablar de la que posiblemente fue la primera grabación de hard rock editada en España y detrás de la que estaban Storm. Si seguimos con la peculiar identidad del rock en Andalucía, no hay mayor demostración de comprender el todo como algo único que con Silvio. Y el lado salvaje con Dogo. También supimos mirar allende de nuestras fronteras y asimilarlas al modo de 091, Los Hermanos Dalton o Lagartija Nick aunque estos junto al flamenco de alma más rockera, Enrique Morente y con permiso de los hermanos Amador demolieron tabúes construidos a ambos lados. Si el pasado resume gloria el presente no pasa desapercibido. Desde Quentin Gas pasando por Híbrido, Atavismo, Smoggers, Grajo, Bourbon, The Dry Mouths, Los Farelli, El Lobo en tu puerta, El Tubo Elásticos,Exodia, Whip Shock, Lamorte, Medicina, Surya, The Shooters o Fausto Taranto entre muchos otros, son buena muestra de lo que se está cociendo en esta cocina del infierno a puertas de Despeñaperros.
Y toda esta perorata es porque la aparición en escena de los sevillanos Derby Motoreta’s Burrito Kachimba parece haber abierto los ojos de muchos de fuera y de dentro. Y yo me alegro del vuelco mediático con la banda porque entre otras cosas han facturado un disco que es una jodida maravilla que reivindica el rock de raíces ancladas al Sur del Sur con bandas inmortales sin perder de vista esos sonidos adoptados que provienen de fuera y no, no voy a nombrar a esa banda australiana que todos señalan como referencia. Derby Motoreta’s Burrito Kachimba son una gran banda de rock por encima de todas las cosas que no dudan en poner al servicio de la psicodelia ademas del amor por Triana, ese gipsy rock racial no reconocido en ciertos círculos más intransigentes como es el de Las Grecas. DMBK están viviendo su momento y ojalá sean capaces de aprovecharlo en este voluble mundo de los grandes medios musicales. Tras la intro “KBMD” enlazan con “The New Gizz” donde parece que estes escuchando a Jesús de la Rosa sobre un colchón de sonidos progresivos. Una maravilla, oiga. “Aliento de dragón” musicalmente es puro hard rock, mientras que al entrar la voz no puedo evitar sonreír. La presencia de Jesús de la Rosa en la música de DMBK es omnipresente aunque a su vez presenta un atractivo deje callejero.”Somnium Igni (Pt. I)” se emparienta y ritmo y sangre con “Luminosa mañana” mientras que “El salto del gitano” vuela por sonidos más actuales sin perder de vista principalmente por la voz de Dandy Piranha la esencia que quieren mantener.
“Grecas” presenta esa simbiosis entre las partes más experimentales que DBBK añaden a su musica como principal valedor de la evolución del rock andaluz de simiente sembrada en los 70. “Samrkanda” comienza fuerte con la batería marcando ritmo, guitarras cortantes y sintetizador en primera plana junto a esos ecos árabes que aparecen en el dibujo para de pronto bajar el ritmo e instalarse en un psicodélico medio tiempo. “La Piedra de Sharon” merece una escucha atenta para comprender lo preciso de la entrada de ese riff en tal enrevesado tema y como estos tipos adoptan los cambios dentro de la canción como algo sencillo. Se acaba el disco y solo puedes pensar en como hay gente aún con la capacidad de crear grandes obras. Son perros viejos curtidos con otras bandas en mil batallas. Este está siendo su momento. Este disco les asegura el ser para siempre.
“Grecas” presenta esa simbiosis entre las partes más experimentales que DBBK añaden a su musica como principal valedor de la evolución del rock andaluz de simiente sembrada en los 70. “Samrkanda” comienza fuerte con la batería marcando ritmo, guitarras cortantes y sintetizador en primera plana junto a esos ecos árabes que aparecen en el dibujo para de pronto bajar el ritmo e instalarse en un psicodélico medio tiempo. “La Piedra de Sharon” merece una escucha atenta para comprender lo preciso de la entrada de ese riff en tal enrevesado tema y como estos tipos adoptan los cambios dentro de la canción como algo sencillo. Se acaba el disco y solo puedes pensar en como hay gente aún con la capacidad de crear grandes obras. Son perros viejos curtidos con otras bandas en mil batallas. Este está siendo su momento. Este disco les asegura el ser para siempre.
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