FIGHTER V - Fighter

Paredes llenas de posters. Revistas y discos por el suelo de la habitación. Cientos de planes amóntonandose entre las dificultades propias de la edad. Sueños húmedos de ciudades brillantes. Cuero y lápiz de labios. Melenas cardadas. Aquella chica no me mira al pasar. Cierro los ojos e imagino que si. Palpo mis bolsillos. Algunas monedas corren sueltas por su interior. Saco una entrada para el cine. Doble sesión. Top Gun y el Secreto de mi éxito. La sonrisa de Tom Cruise hace que unos se derritan de pasión. Otros de envidia. Suenan canciones entre imágenes de acción. Power baladas que coronan el beso del héroe y su chica. La vida pasa como un sueño. Miro el reloj. Marca 1986. Dejé el vídeo programado. Igual hoy pasan algún videoclip de Bon Jovi o Whitesnake. Termina la película. Vuelvo a conectar mis walkman. Espero que las pilas aguanten hasta casa. Suenan King Kobra. En el videoclub me han reservado Iron Eagle. Los de Carmine Appice meten baza en ella. En el videoclip les cortan el cabello como si fuesen a volar en busca de la gloria. No recuerdo las veces que lo he puesto una y otra vez. Como aquel de Nightranger quienes también resuenan aún en mi cabeza al salir del cine. Aquellos años ochenta. Adolescencia llena de fantasías y hormonas a punto de estallar como una botella de refresco meneada hasta la extenuación.


Han pasado ya un par de décadas. Todo ha cambiado. Pero cuando pulso el play de este "Fighter" todos aquellos recuerdos vuelven a hacerse presentes como una parte de mi vida que recuerdo a flor de piel. Fighter V son suizos y este disco es de 2019. Pero podrían ser cualquier banda reeditada de aquellos años ochenta en los que el hard rock era capaz de presumir de melodías espectaculares y unos estribillos que elevaban corazones y gargantas a la vez. No puedo evitar reprimir la emoción. Al final uno sabe donde pertenece. Yo siempre termino buscando refugio en el hard rock.  Suena "Dangerous". Esos teclados iniciales me recuerdan a Sangre Azul. Viaje de vuelta con una sonrisa a aquellos años. Cierra los ojos y canta el estribillo. "Frontline" tiene ciertos guiños a los Bon Jovi de sus primeros discos, voz incluida. ¡Que recuerdos!. ¡Como me gustan esos inicios con el estribillo!. Teclados de puro a.o.r. Por cierto hablando de teclistas, Jona Tee de H.E.A.T. anda involucrado en esto y como se nota. De nuevo cierto aroma a Jon Bon Jovi (algo que se repite una y otra vez) en la voz y a mil bandas más en el estribillo.



"Fighter" juega con clase y elegancia, buscando un sonido más a.o.r. mientras que "Can't stop the rock" se presenta en sociedad con unas guitarras de infarto y unos teclados omnipresentes. Ese estribillo me recuerda a Shy y Toni Mills que estés en los cielos entonando melodías. "There she goes" adquiere ese tono épico y melódico para presentarnos el tipo de canción que gustaban de hacer los Magnum de "Days of no trust". Ese saxo me vuelve loco en la potente "Headlines" y su estribillo de corte europeo que te recordará a las grandes bandas de hard melódico suecas de los ochenta. "Looking for action" posee un guiño a lo Van Halen con Hagar o incluso a lo Coverdale del 87. Fuerte, directo, de esas que en directo te ponen como una puta moto. "City of sinners" mantiene el nivel de potencia. A.O.R. de nuevos tiempos, donde suenan más actuales en cuanto a influencias. "Into the night" se mueve en el mismo contexto que la anterior pero  con un sonido más próximo al hard melódico donde se pueden aparecer por momentos los daneses Pretty Maids.



No podía faltar la balada, lógicamente. "Save your love for me" es la encargada de poner el punto tierno, sin llegar a la fuerza de una power ballad y si buscando parámetros propios del a.o.r. de mitad de los ochenta. Volvemos a la fiesta después del momento romántico con la divertida "Turn it up", donde vuelven a aparecer las referencias a Bon Jovi. Punto final a un disco que rescata la memoria de muy buenos tiempos y que podría haber encajado sin problemas entre los grandes discos editados a final de los ochenta. Es cierto que en esos días igual ante tantas joyas que vieron la luz hubiese quedado eclipsado pero ahora ya con otro cambio de década en ciernes, reivindica ese sonido que para muchos como yo jamás desaparecerá.

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