BLACK BOMBER - Black Bomber Vol. 1
Mi filosofía de la vida se resume así de groso modo en: "vamos hijoputa que la vida son dos días y cuando te quieres dar cuenta ya te estás acostando y preparándote para el siguiente". Que no necesita mucha explicación ni clases profundas de humanismo ilustrado o algo parecido para comprenderlo. Como aquel ya con muchas lunas en su espalda que decía que iba mirando esquelas en el periódico y tachando gente, para ver cuantos iban quedando de los que fueron hace mucho. Tan morboso como es el jodido instinto de supervivencia. La vida se escapa muchas veces de los dedos. Tratar de atraparla es como intentar mantener agua en la palma de las manos. Al final la que no se cae se evapora. Por eso tantas veces me gustan esas bandas que tiran para adelante como si no hubiese un mañana, con un sonido demoledor deudor de tanto y acreedor de tan poco.
Es el caso de Black Bomber. El rock and roll tiene que ser ácido y salvaje. Y ellos ya traen la lección bien aprendida. A mi que haya gente que reivindique sin complejo el sonido de Motorhead es algo que desde siempre me ha puesto como una moto. “Black Bomber” -la canción- lo hace. ¿Y un poco a los viejos Venom?. Pues será que soy un heavy de la vieja usanza y esa mala hostia implícita también la relaciono con ellos. “Brian Ellie” es un rock and roll corrosivo a lo Nashville Pussy con un fondo más punk aún. “Burn your church” tiene un riff que a mi me recuerda a los Judas Priest más ochenteros mientras la voz sigue poniendo esa nota agresiva continua. “The arsonist” te invita a levantar tu puño amenazante con su heavy rock a la vieja usanza y su estribillo que explota como un jodido SS-20 soviético. Se aceleran más todavía para patear culos con “Rock and roll overdose” donde de nuevo Lemmy se muestra en el centro de toda plegaria.
Como no adorar a unos tíos que cantan everybody let’s get drunk tonight como si les fuese la vida en ello y le meten a la canción un solo cojonudo. “My fuckin motorbike” tiene un inicio a lo Saxon para rápidamente convertirse en un ataque frontal de punk rock and roll. Ojo a ese riff que calza “Unlucky man”, una especie de rock sureño muy sui generis, brusco y sin remordimientos. Brutal. Tiran la puerta abajo con el arrebato guitarrero de “Raise your finger up”. Más hard rock es “Down to the ground” respecto a la música con esa batería tan característica. Un cañonazo de disco. Date un paseo por el lado más cabrón y salvaje del rock and roll.
Es el caso de Black Bomber. El rock and roll tiene que ser ácido y salvaje. Y ellos ya traen la lección bien aprendida. A mi que haya gente que reivindique sin complejo el sonido de Motorhead es algo que desde siempre me ha puesto como una moto. “Black Bomber” -la canción- lo hace. ¿Y un poco a los viejos Venom?. Pues será que soy un heavy de la vieja usanza y esa mala hostia implícita también la relaciono con ellos. “Brian Ellie” es un rock and roll corrosivo a lo Nashville Pussy con un fondo más punk aún. “Burn your church” tiene un riff que a mi me recuerda a los Judas Priest más ochenteros mientras la voz sigue poniendo esa nota agresiva continua. “The arsonist” te invita a levantar tu puño amenazante con su heavy rock a la vieja usanza y su estribillo que explota como un jodido SS-20 soviético. Se aceleran más todavía para patear culos con “Rock and roll overdose” donde de nuevo Lemmy se muestra en el centro de toda plegaria.
Como no adorar a unos tíos que cantan everybody let’s get drunk tonight como si les fuese la vida en ello y le meten a la canción un solo cojonudo. “My fuckin motorbike” tiene un inicio a lo Saxon para rápidamente convertirse en un ataque frontal de punk rock and roll. Ojo a ese riff que calza “Unlucky man”, una especie de rock sureño muy sui generis, brusco y sin remordimientos. Brutal. Tiran la puerta abajo con el arrebato guitarrero de “Raise your finger up”. Más hard rock es “Down to the ground” respecto a la música con esa batería tan característica. Un cañonazo de disco. Date un paseo por el lado más cabrón y salvaje del rock and roll.
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