ROSY FINCH - Scarlet

Para encontrar el necesario equilibrio vital entre luz y oscuridad sigo necesitando descender a las entrañas del underground musical como ese viaje en peregrinación travestido en un oscuro objeto del deseo. Peldaños que se recorren tentando cada centímetro, cada paso, cada golpe de ritmo convertido en acorde que se aleja de las luces cegadoras de los que sueñan por un día en ser cabeza de león. Necesito esa invasión corpórea que se refleja en la metamorfosis de música, pureza, dolor, sangre y esperanza. Esa mirada sin contraseña para acceder al lado oscuro donde batallan bandas y sellos con la pasión como letra pequeña del contrato que les une a tu deseo. No miro atrás. Aunque quisiera no podría. Ni pienso que sucediese. Es complicado encontrar las palabras para definir las sensaciones. Por mucho que las busques en libros y versos. A veces la verdad está más profunda que todo ello. Necesitas desprenderte de esa inercia de permanecer en la superficie y arañar hasta herir tus dedos para encontrar aquello que andas buscando con ansiedad.


"Scarlet", el nuevo trabajo de Rosy Finch plantea ese descenso voluntario al pozo donde habitan los torbellinos de sensaciones. Desde el desasosiego que plantea la portada con la sangre como fuente de vida, como señal de oscuridad, hundiendo tus pies en esa tormenta de riff crudos y directos donde la melodía navega abrazada a los encuentros quejumbrosos del sludge. "Oxblood" abre el disco con ese ritmo de batería marcado que sirve como músculo para un riff muy heavy y pantanoso. "Lava" se agarra a la voz de Mireia Porto que muestra un atisbo de luz entre la tormenta stoner que presentan el resto de sus cómplices. "Vermillion" sigue mostrando esa estela poderosa en la que el riff se funde en un ataque monolítico junto a la batería frenandose en un toque muy metálico, mientras que la voz pone un contrapunto melódico que les da juego, set y partido. "Amaranto" es una canción para escuchar con todos los sentido volcados en ella. Esa atmósfera tétrica que consiguen como una invitación a un aquelarre eléctrico.

"Gin fizz" es una canción que transmite una intranquilidad absoluta, esa lentitud bien estudiada junto a los arrebatos violentos. Cambio de ritmo para "Ruby" en el que apuestan por un sonido más emparentado al stoner rindiendo pleitesía al riff como hacedor de gloria y ciertos ecos a los Metallica del "Black album" por ahí dispersos. "Alizarina" cambia de revolución y se presenta más rápida y directa, comandada por un riff convenientemente heavy como  propulsor del rito que propone la melodía de voz. "Scarlet" se aleja un poco de la tónica general del disco abriendo ventanas entre tanta oscuridad por la que este se maneja para proveerse de influencias más propias de los noventa. Cierra el disco "Dark cherry" con un prominente bajo en primera línea recuperando esa querencia sludge en la que tan bien se manejan. Si dejais correr un poco el reproductor os vais a encontrar la hidden track, "Lady bug". Sin lugar a dudas un fabuloso trabajo de los alicantinos que están dispuestos a hacer temblar los cimientos a base de grandes canciones como las que componen este "Scarlet".




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