BLACK SABBATH - TYR

Hoy está de aniversario “Headless cross” de Black Sabbath. Para muchos el disco que señalarían  si les pones en la tesitura de hacer suyo un disco de la época Tony Martin. Las comparaciones son odiosas. En este caso, si tenemos en cuenta que el punto de referencia para comparar, la situamos 3n la piedra angular que representan la discografía con Ozzy o Dio, es sinceramente imposible. Aún así y tal vez porque a mi de Black Sabbath me seducen hasta las hechuras, no hago feos a la era Martin. Más bien todo lo contrario. Excepto con “Forbidden” al que no le encuentro la gracia por más que lo escuche. Os aseguro que han sido numerosas las veces que ha sonado en casa. Eso si. Me compré una camiseta cantidad de chula de dicho álbum. Fue en una tienda de discos de la madrileña calle Montera. Killer creo que se llamaba. No me hagáis mucho caso. Comenzaba la ruta en esa tienda, seguía por Madrid Rock, Metralleta hasta llegar a la Plaza Santo Domingo y las tiendas de sus calles adyacentes. ¿Por donde iba?. Que hoy está de aniversario “Headless Cross”. Pero a mi el que me gusta a rabiar de aquellos días es “Tyr”.


Año 1990. Aún el heavy metal en plena exposición.. Sonando en las radios. Apareciendo en televisiones. Al menos fuera de España. Ese año aparecen discos como “Rust in Peace”, “Cowboys from hell” o “Painkiller” por nombrar solo tres que están grabados a fuego en el corazón de los amantes de los sonidos duros. Demasiada oferta para que el público en general hiciese caso a unos Black Sabbath más en boca de muchos en años anteriores por motivos extramusicales. Y además con connotaciones negativas en su mayoría. Aún así, Iommi, único  miembro constante en todas las encarnaciones del grupo, no cejaba en el intento. Junto a una de  las bases rítmicas más reputadas y míticas del hard rock, Neil Murray y Cozy Powell. A las teclas, Geoff Nichols. Y un Tony Martin que ya había debutado en aquel -fantástico en mi opinión aunque “poco Black Sabbath” - “The eternal idol”. Un disco más recordado por lo que pudo haber sido en la voz de Ray Gillen que por su contenido. Martin era de más de escuela Dio que de la de Ozzy. Y el sonido acuñado por el guitarrista junto al gran RJ era el elegido durante esta época.

El disco lo abre la épica “Anno mundi”. Riff marca de la casa. La contundencia de Cozy. Y un Martin  cantando magistralmente. También es de justicia remarcarlo. “The law marker” es my Sabbath líricamente pero representa una faceta más directa de la banda. “Jerusalem” es otra de las canciones que sobresalen en este disco. Iommi marcando diferencias. Unos coros brutales en el estribillo. “The Sabbath stones” es quizás la más Sabbath del disco en el sentido tradicional de su sonido. El trabajo de Cozy, sencillamente extraordinario. “The Battle of Tyr”, “Odins Court” y “Valhalla” viajan de la mano en una triada épica que comienza con esos teclados de la primera hasta finalizar este viaje sin retorno en la grandeza de “Valhalla”. “Feels good to me” es solamente correcta y quizás pir eso, aunque deja buen sabor de boca no se reivindica como imprescindible en este disco, que se cierra con “Heaven in black”, HEAVY METAL así con mayúsculas. Un disco que no ha pasado a la historia, principalmente porque esta pesa demasiado si hablamos de Black Sabbath, pero que yo sigo disfrutando muchísimo.



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