PEARL JAM - GIGATRON

Pearl Jam son mi banda preferida de toda aquella oleada grunge que de pronto pasó de ser aquellos que venían a reivindicar que el rock se había estancado en el mainstream para en un abrir y cerrar de ojos no estar seguros en alternativa a que se habían convertido. Aun así, recuerdo la primera vez que escuché "Ten". ¡No!. La primera vez que vi el videoclip de "Alive". La escucha de su disco debut vino después. Aún sigue siendo uno de mis discos preferidos y no sólo de aquellos años en los que entre tanta franela también quedaron canciones inmortales. También me volaron la cabeza con "Vs". Es curioso porque el puto karma me jugó una pasada con ese vinilo. Se lo robé a alguien allá a mitad de los noventa y lo perdí en una mudanza a mitad de esta década. Irónico. Supongo que alguien lo encontraría. Espero que lo esté disfrutando en un equipo en condiciones y que no acabase en el wallapop o en algún mercadillo dominical. Pearl Jam siguen peleando por ser una de las últimas grandes bandas del rock. Si. A estas alturas el termino independiente está tan vapuleado y vilipendiado que excepto en las costas de la honestidad donde tan solo unos pocos se atreven a atracar, lo demás es pura palabrería. Los de Vedder están más cerca de ser leyendas que de otras cosas. Hace siete años que no nos ponían nada nuevo delante de la cara. Superar "Lightning bolt" no debería de suponerles ningún esfuerzo a menos que se lo propongan. A pesar de que el título del disco me parece feo y me hace pensar en el grupo valenciano inconscientemente y la portada tampoco es que sea para tirar cohetes. 


Mal comenzamos, estaréis pensando. No. Bueno, tal vez. Pero vamos al lío que es lo que se encuentra en el interior de este nuevo disco de Pearl Jam. Reconozco que llevo en planta desde las seis de la mañana y que vengo uno poco cansado de aguantar gente que aún sigue sin entender que tiene que guardar una distancia de seguridad para no invadir mi espacio en el trabajo. Igual todo eso es lo que hace que tenga los nervios a flor de piel y esté siempre a punto de saltar. Y ya sabéis de sobra que objetividad es lo que menos suele sobrar en este cuarto y mitad de panfleto virtual en el que hablo de música. Para reseñas concienzudas ya tenéis medios serios y responsables que además saben más de esto. Para todo lo demás, Motel Bourbon. Solo y con hielo, por favor. Hace ya mucho tiempo que no busco comparaciones. Ni tan siquiera tengo el nivel de exigencia rayando el cielo. Yo no pido otro "Ten", tan solo que me lo haga pasar bien y esas guitarras de "Who ever said" prometen, junto a ese bajo preponderante y un Vedder que cuando le da la gana y se olvida de experimentos y ukeleles, sigue siendo un pedazo de vocalista de rock. "Superblood wolfmoon" suena muy molona y desenfadada (quien lo iba a decir) incluso Eddie Vedder me recuerdo a ratos a un Robert Smith menos histérico. Pero cuando realmente comienzo a calentarme a base de bien es con el tufo Talking Heads de "Dance of the clairvoyants". No sé  que pensarán sus die hard fans de este acercamiento a la new wave pero a mi me pone y mucho.

Pero parece que queda en una agradable anécdota, porque cuando comienza esa guitarra de Jeff Ament y su sonido a hard clásico, las aguas vuelven a su (supuesto) sitio y yo comienzo a mostrar una franca sonrisa, porque hasta ahora este (de feo nombre) "Gigatron" me va convenciendo. ¡Ojo!, que mientras va sonando "Alright" me sorprendo bostezando. Circunstancias mandan. Esta no os la compro, colegas. Me echo las manos a la cabeza, porque se viene otra lenta, "Seven o'clock" y yo tengo una sensación de pavor cuando noto que se viene otra lenta, pero oye, será que he pasado ya mi momento rem o vete a saber, pero a esta si le pillo el rollo, o ella a mí, o será algo mutuo. Más aún me concilio con el rollo clásico de "Never destination" y su american way of rock. "Take the long way" es quizás el último rescoldo grunge que puede quedar en Pearl Jam, aunque más que a ellos a mi me suene a otro de sus compañeros de generación, claro que teniendo en cuenta que Cameron ahora en vez de con aquellos está con estos y que es el protagonista... 

Hablando de protagonismos. Este final del disco es para el cantante que a base de lentos impone su personalidad. "Buckle up" es de Stone Gossard pero podría pertenecer tranquilamente a un disco en solitario de Vedder. Ese tipo de tema lento en el que el vocalista puede lucirse con exceso. Le pillan gusto a bajar los tiempos y con "Comes then goes" y sus acústicas me llegan más que con la anterior, que se me queda un poco en tierra de nadie. "Retrogade" es la siguente que pide paso de manera reposada. Mucho feeling bien controlado. "River cross" ya la conocíamos. Seguramente en otro orden dentro del disco lo afrontaría mejor pero se me comienza a hacer cuesta arriba tanto lento seguido. En definitiva, buen disco de Pearl Jam al que quizás, y esto ya es cuestión de gustos, ese final donde quitan el pie del acelerador para esa sucesión de medios tiempos, le hace perder puntos.Un disco que me deja casi a medias, pero reconozco que más cerca del placer que de la decepción.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Siempre viene bien un anticipo escrito para hincar el diente a un nuevo disco de Pearl Jam. Le haré hueco ésta semana. Y siempre es un placer saber que todavía están tocando y grabando. Son muchos años ya desde Ten. Grandes momentos.
Óscar Martín Gilsanz