HABITAR LA MAR - Comedia Yoica

Vivimos tiempos extraños. No desde hace un par de meses. Que también. O más aún. Desde hace ya bastante que lastramos una adaptación bastarda de los términos adaptada a la concepción que mejor convenga a nuestros intereses. La manipulación ofensiva y casi indecente del significado de rebeldía. Sesgos desafectados. Actitudes reaccionarias en nombre de la libertad de pensamiento. Murmullos de masas enmascarados como libertad individual. Una adaptación poco creíble de la crudeza en nombre de a saber tú el que. Filiación a los ejércitos de la libertad desde los cimientos de la podredumbre más evidente. Un pretendido cambio de papeles de corderos con piel de lobo. La pureza del sin sentido. O viceversa. Como corriente que arrastra peligrosos ecos de tiempos pasados, vividos, sufridos como cantos de sirenas. Símbolos enaltecidos con intenciones sibilinas. Refugios travestidos de subterfugios. Balas de fogueo con puntas envenenadas. Miedo encubriendo la realidad.


La violencia nunca es gratuita. Siempre termina pidiendo pagar un peaje. La realidad a veces se encuentra una vez que destapas las alcantarillas y miras dentro. En la música muchas veces pasa igual. Quizás no debiera. Tal vez si. Se tambalean los cimientos del underground a base de falsos profetas. Cucharillas de oro pretendiendo rebuscar en cubos de basura. Dos pasos más allá se encuentra el límite. Si cruzas la línea y golpeas la pared encontrarás el verdadero sótano. No detrás de un jodido arco iris. Rastro de honestidad brutal. De ruido bendito. De percepciones afinadas. De latigazos violentos tan crudos y afilados como el filo de un cuchillo. Así es esta "Comedia Yoica" de Habitar La Mar. Uno de esos discos que son tan adictivos como la clandestinidad que predica su forma de entender la música. Un ejercicio de violencia sonora en la que no existe lugar para la auto complacencia.

El ataque frontal de "Anti". Sin tiempo a prepararte. A pecho descubierto. Su atmósfera es tan tensa como la inmediatamente anterior a una pelea cuando tus músculos casi duelen por la sobredosis de adrenalina. Sin recuperarte aún del primer golpe, pasa sobre ti como un rodillo "Colisiones" con su rudeza punk, su desasosegada guitarra, su extremadamente agresiva línea vocal. "Fantasmas" aporta una nueva definición al término melodía cuando lo aplicamos a la música pasada por el tamiz de Habitar La Mar. Cualquier parecido con la realidad nunca fue tan acertado. "Espirales" nos sirve de envenenado puente hacia "Caos" como definición bien orquestada de una música en la que esta es tan importante como la precisión con el que lo manejan. "Caos"  se convierte en adictiva gracias a esa melodía que se instala en tu estómago como un enjambre de puños golpeando para salir. Algo que se convierte en permanente cuando cae sobre ti esa tormenta de decibelios y mala leche llamada "Arsonista de mi". Esta "Comedia Yoica" llega a su fin con la definición que los de Jaén da al punk oscuro más pretendido y añorado - a la vez que propio - de la mano de "Tara" y sus arranques violentos como latigazos. Sin lugar a dudas "Comedia Yoica" es uno de los lanzamientos del año. Pero tendrás que olvidar las luces de la ciudad y el brillo cegador de los falsos dioses para penetrar en su mundo. 


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