STEVE EARLE & THE DUKES - Ghosts of West Virginia

Cinco de abril de 2010. El estado de Virginia se estremece. Un accidente en la mina Upper Big Branch estremece en particular la ciudad de Charleston y a todo el país en general. Las noticias hablan de 25 muertos. Los servicios de emergencia luchan contra el tiempo buscando a cuatro trabajadores que siguen bajo tierra. Miedo, estupor, lágrimas de dolor y también de rabia. Massey Energy’s Performance Coal - la empresa que explota, nunca mejor dicho, la mina - se encontraba bajo sospecha. No era la primera vez que se denunciaban irregularidades en algunas de sus minas. Finalmente la cantidad de fallecidos aumenta a 29. Días más tarde los expertos hablan de la posibilidad de que las explosiones se debiesen a acumulaciones de gas metano y polvo de carbón. Registraron más de 60 violaciones de las medidas de seguridad en la mina. Esta desgraciada historia sirve como base al nuevo disco de Steve Earle.



Earle utiliza el desgraciado accidente como hilo conductor para en su obra no meter el dedo en la llaga de dicho infortunio, sino plantear la necesidad de la conciencia de los trabajadores no solo como masa asalariada, sino como fuerza que necesita la unión para convertir el contrato de trabajo precisamente en eso, un intercambio entre dos parte de las que ambas salgan beneficiadas. Algo que centra en las complicadas circunstancias culturales de su país pero que es exportable a cualquier lugar del planeta. La necesidad de la solidaridad como arma para defender y exigir derechos irrenunciables. Todo ello acompañado por la música capaz de desarrollar junto a sus ya habituales The Dukes con los que Earle se adentra en los sonidos puros de la Americana, puño en alto y guitarra en mano. No existen posturas impostadas en la fe que mueve a Earle. Esa inmensa "Heaven ain`t going nowhere" a capela solo sabe sacar emociones al exterior. Earle en estado puro se reivindica a si mismo con "Union, God and Country", pura América ahora que más que nunca se debate a ambos lados de la línea.



Podría seguir nombrando una por una todas las canciones que conforman este "Ghost of West Virginia". Hablar del cúmulo de sensaciones, de sentimientos que se acumulan en mí al escucharlas. Como se acumulan historias vividas o conocidas en mi mente a la vez que Earle desgrana sus letras, sus canciones. Maravillas como "John Henry was a steel driving man", esos violines de "It`s about blood" o "Blak lung". Por supuesto cuando el rock and roll hace acto de presencia, siempre lo llevo a mi rincón como ocurre con "Fastest man alive". Steve Earle es uno de los grandes de la música americana. Quizás su nombre se asome menos a los balcones mediáticos que el de otros, pero su carrera constata las realidades. Steve Earle se ha propuesto hacer maravilloso un año 2020 condenado a ser recordado como una época oscura, una era a olvidar.




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