JOSH TESKEY & ASH GRUNWALD - Push the blues away
¡Una cerveza, amigo!. ¡O mejor un bourbon que haga entrar mi garganta en calor!. Mientras aprieto el vaso y lo acerco a mis labios, trato de echar un vistazo alrededor. Un viejo perro duerme junto a la máquina de tabaco. Un par de tipos apoyados en ella me dedican una mirada recelosa, de pocos amigos, de esas que se dedican a los desconocidos en aquellos lugares donde todos se conocen. Doy vueltas inconscientemente a mis anillo mientras trato de leer la jugada. Un as de espadas en el dedo con forma de calavera. Parece que la cosa queda ahí. Mucho mejor. Apuro el vaso y vuelvo a pedir. Desconozco donde estoy y para ser sincero tampoco me importa. Alguien introduce una moneda en una vieja jukebox y comienza a sonar un blues. Podría estar Louisiana o la orilla del Mississippi. Ese sonido arrastrado y añejo, de alma acústica bebe de sus aguas pero sus acordes llegan desde Melbourne. Alguien baila sin ritmo tratando de mantener el equilibrio. Parece que comienza a clarear pero ya no deseo abandonar el local. Esa voz me trae recuerdos, aunque los asocio con una textura más soul. Esa guitarra se coló entre mis preferidas del pasado año, pero de manera más voluptuosa y eléctrica. Josh Teskey y Ash Grunwald homenajean las viejas raíces del blues a la manera que tan solo los amantes son capaces de hacerlo. Lanzan un órdago en pleno Siglo XXI hacia la aparente sencillez de lo bien hallado. Seis temas propios y dos letanías de Son House y Elmore James como celebración de la Iglesia de los doce compases del Diablo. Voz y guitarra grabado en directo, sin añadidos ni efectos. Madre, creo que soy negro. Jim, pongame otro bourbon y unas monedas para poner ese disco de nuevo.
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