LA EXCAVADORA - La Excavadora

¿Qué es el punk?. Vaya pregunta. Hagan sus apuestas porque respuestas seguro que hay para todos los gustos. O casi todos, que alguno nació insatisfecho por dictamen. Siempre me ha parecido el punk algo excesivamente poco ortodoxo como para enmarcarlo en una jodida definición. ¿Existe un nexo de unión entre Ramones, Sex Pistols, Eskorbuto y The Crass?. ¿Es lo mismo el punk de Detroit que el de New York, el de  Melbourne o Bilbao?. Pues seguramente, y quizás sea la subversión como máxima expresión aunque diseñada y expresada de distintas maneras. En este país el punk siempre ha sido algo muy manoseado e incluso prostituido para según que causa. Hace poco disfrutaba de un magnifico documental llamado "Lo que hicimos fue secreto" y me da incluso reparo ver como colocan el punk en manos de cosas como Kaka de Luxe que lo convierte en algo clasista y elitista, casi pervirtiéndolo, usándolo - y desechándolo más tarde - como moda, y es que siempre ha sido muy fácil hacer equilibrismos con un amplio y caro colchón bajo la cuerda, lo complicado es tirar para adelante a pecho descubierto y los bolsillos llenos de telarañas. De todos modos, el punk ha sobrevivido, mejor o peor, dentro o fuera de las alcantarillas al paso del tiempo, siento utilizado muchas veces más como actitud que como una referencia sonora clara. Pero ahí sigue, y siendo, o teniendo que ser reivindicado más aún en estos tiempos que corren dónde la palabra se encuentra en busca y captura por el poder. Pero vamos a la música, que es de lo que trata este blog, que no vengo aquí a hablar de mi libro, porque nunca lo he escrito.


La Excavadora se ha colado por todos lados como la gran sensación del punk nacional, o al menos así intentan convencernos gente que muchas veces tampoco hacen excesivo caso a este a no ser que venga rodeado de ciertos alicientes. Pero no carguemos la culpa del mensajero al mensaje, porque lo cierto es que una vez escuchado el pepinazo que se han marcado Txiki (Gatillazo y La Polla), Angelillo (Gatillazo, Rockaina, Sálvate Si Puedes), Mikel (Childrain, Vicepresidentes) y Pelas (Obligas, Sumision City Blues, Marky Ramone), es decir, La Excavadora, se te olvidan filias y fobias al sistema o la periferia, para disfrutar como un poseso de su punk de reminiscencias melódicas con estribillos pegadizos y unas guitarras de vértigo, todo ello con letras fustigando el día a día de este sistema corrupto y encaminado a llenar bolsillos de los de siempre. "Futuro" es la canción encargada de poner a funcionar esta rabiosa maquinaria pesada con un riff furioso, mala leche callejera y la justa dosis de melodía. "Ceniza" remueve recuerdos en mi cabeza, guitarras adictivas y melodías encadenadas que se te adhieren al cerebro. 


Algo similar ocurre con "Mala música", tirando de coros y rollo macarra energético. "Kimika" muestra la cara más acelerada de La Excavadora, golpeando sin piedad pero sin perder de vista ese lado melódico que explotan tan bien durante todo el disco. Una canción estupenda para el directo. "La excavadora" tiene un rollo más rockero, como unos Burning acelerados y vitaminados. Velocidad y contundencia es lo que nos encontramos con "Viejas mentiras de viernes" de aspecto callejero, de rock and roll de barrios conflictivos. "Perder el vicio" posee unas guitarras a lo New York Dolls, o a mí me lo recuerda, que junto con la línea de voz nos deja una canción de esas que pones una y otra vez, birra mediante. Algo parecido me ocurre con "La fábrica de gas", recuperando ese aspecto urbano, rudo por naturaleza. "Animales" mira al rock and roll pleno de energía que llegó del norte de Europa sobre todo gracias a ese piano. Entre tanta tralla bien controlada y expuesta, también hay lugar para el medio tiempo "Contra el suelo" que nos enseña la cara más hard rock de la banda, o la deja salir a la superficie de modo más evidente. Cuidado con "La reina de la fiesta se hace esperar", que comienza lenta para ir sumiéndose en una espiral de intensidad y fuerza. "Tiempos diferentes" pone punto y final a un disco de esos que sabes que sonaría de puta madre en tu garito preferido entre birras y colegas, pero que en estos momentos, va a sonar a menudo en casa.









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