MAMBA NEGRA - Mamba Negra

¿Qué harías tú si te encontrases una maleta llena de pasta en plena calle?. Lo primero mirar a un lado y el otro, buscando la jodida cámara oculta, el tipo/a con el móvil preparado para grabarte y hacerte ridículamente viral en un jodido vídeo de Youtube. ¡Qué invento!. A algún que otro gerifalte que se pegaba la vida padre a costa del erario público mientras en las redacciones de los periódicos, guardaban en el último cajón cualquier atisbo de escándalo, aprovechando la genuflexión impostada. Ay amigo, las cosas han cambiado. O igual no. Ahora se ha cambiado la reverencia por una bien ensayada cara de enfado y estupor, para al final, volver a abrir bien abierto el mismo cajón. A mí no me habléis de Youtubers, me pasa como con las pollas, solo me interesa la mía y porque venía ya de fábrica. Y las lecciones de moralidad han sustituido en mi día a día a aquellos documéntales de La 2, con leones persiguiendo comida en el supermercado de la vida, que me servían para acomodarme en el sofá y despertar bruscamente al rato pensando: ¡qué coño ha pasado aquí!. Prefiero ocupar mi tiempo entre decibelios y mala hostia bien canalizada. Que para eso hemos venido, ¿o no?.


Me doy de casualidad muchas veces con bandas que me dan un revolcón y ponen patas arriba la zona de confort, como ahora la llaman los modernos. Recomendaciones de unos, algunas veces, el interés por ver lo que se cuece, en otras. Así, no recuerdo cual de las dos, lo siento, me di de bruces con Mamba Negra y su proto punk de bocados hard rockers, que propone este power trío leones, no porque persigan gacelas por la selva - que tienen más pinta de perseguir botellines por los bares - sino por venir de León con su rock and roll ácido de alto octanaje y macarras maneras. Disco debut editado por la gente de Sweet Groove Records el año pasado y que voy a intentar contaros como suena, o al menos, como lo hace para mí, que por suerte, la música no es esa cosa cuadriculada en la que únicamente cabe una sola verdad. "Boom" abre la cacería de manera salvaje y desbocada, bendito ruido parido por guitarra, bajo y batería y ese guiño - o será que yo lo veo por todos lados - a Motörhead en algunos momentos (y no solo en esta canción). El bajo toma protagonismo para introducirnos en "La luna llena se derrama" con ese sonido crudo heredado de los puños en alto de Detroit y el garage rock más sucio y corrosivo. Riffs al poder como santo y seña de "Nacidos para correr", de corte clásico, melodía presente y estribillo directo. Puritito rock and roll nos encontramos en "Piel y huesos", primos aventajados de los Sonics para bailar en la caverna. 


Chasquea tus dedos al ritmo que marca el bajo en "Mi destino me persigue" y sigue esa línea que marca poniéndose al servicio de una guitarra que cruje, una batería que construye un sólido muro y una voz que cuenta historias vividas y por vivir. Escupe a tu vecino, hazte ver, grita "Sucio rebelde" con ese ritmo machacón y su actitud punk. Hechuras hard rockeras asoman en "Voodoo" gracias a esas guitarras mientras la voz adopta una línea más punk e incluso oscura, de aroma pantanoso que contagia luego a la guitarra. Pisan el acelerador a fondo con "Salvaje", presumiendo de batería que se transforma en una máquina rítmica, mientras el resto de la banda te pone a mil. Seguimos con las revoluciones aceleradas, no hay ya quien pare y mientras Mamba Negra nos gritan que "No hay futuro" en una demostración de rock grueso y callejero. Terminan con "Más puta que la vida", como si les fuese la vida en ella, punk rock sin concesiones, de tú a tú, cara a cara. Lección de rock and roll sucio y salvaje, como tiene que ser, de parte de Mamba Negra.



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