Un libro: LUNA MIGUEL - La tumba del marinero y una canción: STAY TO SLEEP - Semen up

Aún me sigo sintiendo en la poesía como un inexperto cazador furtivo que se ampara en la noche para cruzar el límite. Desconocedor de métricas y otros menesteres capaces de evaluar la idoneidad o no de lo escrito, me limito a dejar que sean mis sensaciones las que dicten sentencia, las que me impulsen a no parar hasta vislumbrar el final o apartar mi mirada y buscar el siguiente desafío, el próximo disfrute. Casi de casualidad, o causalidad, me di de frente con la pluma de Luna Miguel. El primer párrafo de  "La tumba del marinero" consiguió crear en mí esa sensación de crudeza y brusquedad que se instala en la impaciencia para buscar cualquier instante en el que perderme en sus versos. Apenas un día me ha bastado para llegar al final del libro, para explorar su última página y sentirme como un corredor de fondo que ansiaba llegar a la meta pero en su interior, hubiese deseado que los kilómetros de esfuerzo no tuviesen todavía final, como si el tiempo se detuviese en el preciso instante que se hace visible la línea de meta. Me he sentido removido, estremecido, agitado, con los versos de Luna Miguel. Esa sensación individual de que no existen emociones maniatadas sino la certeza individual del temor a liberarlas, algo que no reside en La tumba del marinero donde estas se muestran como una espiral, un torbellino de efectos encaminados a morar en tu cabeza y todo aquello que se conduce más abajo de ella.

Como de costumbre las palabras las acompaño de música, de ese telón nunca inalterable, motor incombustible en el que apoyo tantos actos, tanto reflejos como involuntarios. Junto al poemario enterrado a pala y verso en La tumba del marinero, como alquimista loco, invoco el maridaje de su lectura con los acordes de "Semen up" de los almerienses Stay to Sleep, tercer single del que será su próximo lanzamiento "Blow a Wish". Un cúmulo de sensaciones creadas desde una ortodoxia olvidada a consciencia para construir un estilo propio.