LA VALLA ( Serie de T.V.)

Los guiones sobre futuros distópicos, que años atrás nos parecían la más pura ficción nacida de la mente de algún escritor/novelista/guionista, de un tiempo a esta parte han borrado de un plumazo aquello de, cualquier parecido con la realidad... A ver, no en su fin total, tampoco comencemos a extender la paranoia, que bastante tenemos con los proyectos de discursos - ahí si podríamos aplicar a ciencia cierta, aquello de cualquier parecido con la realidad... - de mediocres políticos especializados en caldear ambientes a base de mentiras y verdades a medias, para tapar sus deficiencias. Y mientras la ficción se presenta oportunista para aquellos que aspiran el poder con vete tú a saber que oscuras intenciones, la realidad ha cambiado nuestra vida en un solo año de tal manera, que nos ha instalado la duda de si alguna vez volverá a ser como antaño. Un presente en el que a veces necesitamos pellizcarnos para tener la certeza de no estar soñando. Por eso tenía interés en ver La Valla - rodada en 2019 -, serie que la maldita casualidad quiso que su ficción adoptases visos de simultaneidad y coexistencia con la actualidad.

Desde luego, Daniel Écija pareció poseer una bola de cristal cuando creó La Valla. Serie estrenada en Antena 3 y que ahora forma parte del catálogo de Netflix, donde la he visto esta semana pasada. Nos encontramos con una España devastada por una pandemia ( Novavirus ) cuya sucesión de acontecimientos ha dado con un régimen totalitario que toma el poder en nombre de la salvación nacional - ¿de qué me sonará eso? - dividiéndo el país, ahora llamado Nueva España, en dos estratos sociales, los que tienen y los que no, vamos, nada nuevo bajo el sol. En principio, da mucho juego la historia, pero lo cierto es que una vez vista la de momento, única temporada, mi sensación es que no se profundiza en la situación y la trama, dejando pasar la oportunidad de crear una serie muy interesante a la que casi desde el primer instante, se le adivinan las intenciones. Ni tan siquiera se explota la fuerza de ciertos personajes, con villanos que se quedan a medias en nivel de maldad y crueldad, más héroes sin carisma y apenas dificultad para llevar a buen éxito su misión. Si La Valla - que dicho sea de paso, su protagonismo es casi nulo - fuese un  videojuego, parecería que estuviésemos jugando en nivel principiante. Una serie que puede resultar entretenida pero que en el momento que le aprietas un poco las tuercas, hace aguas por todos lados.

Comentarios