THE WALKING DEAD - Temporada 8

¿A estas alturas nos vienes hablando de la octava temporada de The Walking Dead?. Pues sí. Después de tragarme - tragarnos - siete temporadas como fieles, una tras otra a tiempo real, consiguieron derrotarme por inanición. El cansancio de ese juego de trileros por parte de los guionistas que se estaba convirtiendo en costumbre. Dos episodios frenéticos para comenzar la temporada, una parte central soporífera y uno o dos episodios finales, recuperando el ritmo y la tensión para dejar con mono de la siguiente. Hasta que dije basta. Pero hace un par de semanas nos dijimos: ¿la vamos a dejar a medias?. Así que prestos, y todo hay que decirlo, por los comentarios de gente cercana, con las expectativas no demasiado altas, nos enfrentamos a la octava temporada de The Walking Dead y a un Rick que estaba consiguiendo exasperarme en anteriores entregas y su camarilla, más un Negan, que a pesar de un comienzo en la serie esperanzador, estaba comenzando a pasar horas bajas - o será que El Gobernador caló demasiado en mi - o al menos, a dar vueltas en redondo.

Pero no, me ha sorprendido esta octava temporada, e incluso me ha mantenido en velo gracias al ritmo que le han impuesto. Es cierto que la alarma estuvo a punto de sonar -CUIDADO, porque a partir de aquí el SPOILER será a saco - con la muerte de Carl y ese ritmo lento que tanto me exaspera y amenazó con volver a hacerse cargo de la parte central de la temporada. Pero no, ese instante de, utilizando un símil futbolero, de perder tiempo junto al banderín de córner, no se impone en una temporada en la que la  batalla contra los Salvadores, ocupa gran parte. El uso de las traiciones, como en toda buena batalla, es fundamental para la derrota de estos, y ese encuentro final entre Rick y Negan, que se va retrasando una y otra vez hasta que se hace  ya imposible dilatarlo más en el tiempo. Supongo que ese giro final de dejar a Negan con vida y encerrarlo como ejemplo, es una carta a jugar por los guionistas en un futuro, sí necesitasen otra vuelta de tuerca. La octava temporada se cobra un par de víctimas de primera fila, o casi, pero deja una calma tensa a vistas de la novena. Reconozco que la insinuación poco velada de que Maggie, puede cambiar las tornas y presentarse como escollo para esa paz que pretenden instaurar. Veremos.

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