JANINA JADE - Heart of Rock n Roll
No veo Eurovision desde que llevamos a Mocedades. Si no recuerdo mal, en 1982. Sólo tenía 10 años así que me faltaban un par de ellos para caer en la adición al rock, imagino que estaría a otras cosas. Siendo el año que era, andaría flipando con Naranjito y aquel Brasil de Zico y Sócrates. Como decía, nunca me ha atraído el euro concurso, es más, ni aunque fuesen mis amarás a Black Sabbath sobre todas las cosas lo vería. Así que importándome un pepino, cuando me he enterado que han ganado unos rockeros maquillados - poca cosa al lado de unos New York Dolls o Hanoi Rocks dicho sea de paso - que ha levantado suspicacias entre carcas de derechas e izquierdas y además, aderezado con un tirito en pleno directo, pues me he alegrado, porque el rock and roll tiene que tocar los cojones. ¡Basta ya de tanta corrección social y supuesta superioridad moral!. Siempre me he sentido atraído por el rock and roll maquillado. ¿Qué pensaría mi madre de aquel póster enorme con la portada del disco debut de Poison, que presidió mi habitación durante años?. Seguramente lo que pensara, fue tan sólo dos segundos, porque precisamente ella me enseñó a ser yo mismo y llevar siempre la cabeza bien alta y el puño apretado, pensasen lo que pensasen los demás. Lección que me ha ayudado enormemente todo este tiempo y que sigo aplicando en mí casi medio siglo de vida.
Así que no puedo evitar sentirme tentado, atraído, atrapado, por los vicios. No, perdón, por el rock and roll de porte canalla y chulesco, de pie de calle y glamour de luces tenues. Vale, y por los vicios, en ciertos momentos de mi vida, también. Así que aquí ando con el segundo disco de la sueca Janina Jade, titulado con el buen tino y la franqueza necesaria. No se donde leí que la comparaban con Keef, supongo que no sólo en lo musical. Las comparaciones siempre son odiosas por mucho que, reconozcámoslo, a veces nos faciliten las cosas. Janina, ha reclutado como espadachines que aporten fuerza a su voz y guitarra, nada menos que a Jennifer Batten y Thobias Lung que se hizo cargo de bajo y batería. Por si el título aún pudiese albergar alguna duda, la puedes desterrar porque aquí hay puro e infeccioso rock and roll, de ese que te da la vida en un garito, con una cerveza bien fría en una mano y tu gente a tu vera. Canciones directa, de alma desnuda y ovarios sobre la mesa acompañados del gustazo de escuchar los solos de la Batten. Ecos a los Stones, a Social Distortion - o tal vez más bien a Mike Ness -, a Patti Smith, a (inserte aquí su rocker favorito). Lo mismo deberían llevar a Janina Jade el próximo año a Eurovision. Yo seguiría sin verlo pero seguramente barriese de caspa todo aquello e igual a alguno le da un telele.
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