Hace no demasiado tiempo, estábamos a las puertas - de salida - del Siglo XX. En el Siglo XXI de momento los monopatines no vuelan ni existen coches capaces de viajar en el tiempo, pero joder, ¡cómo de movida esta siendo por ahora la jodida centuria!. Nunca he sido amante de mirar atrás con excesiva nostalgia, porque el presente es lo que se desliza entre tus dedos. El resto solo recuerdos cuando hablamos de pasado o esperanzas si pierdes demasiado tiempo centrado en un futuro aún por llegar. Seguramente me repito, no sé si será la jodida edad que uno va cumpliendo o falta de recursos. O pesado que puedo llegar a ser también. Pero si hay algo a lo que sí le tengo añoranza es a la diversión en el Rock and Roll, al placer de disfrutar de la música, bailar y gritar sin pretender ser atalaya de nadie, severo juez del bien y el mal. Por lo menos yo que no tal alta estima espero ni destilo. Mi credo personal no casa con la corrección sino con las guitarras lo suficientemente distorsionadas y una batería que consiga acelerar el latido de mi corazón.
Necesito rock and roll. No cada ocho horas, sino cada ocho segundos. Rock and Roll con todos los apellidos que te de la gana añadirles y lo suficientemente bastardo para no reclamar una sola vía de pureza. "I need Rock and Roll" se llama el debut de Curly Mane. Elena, el culo pelado desde hace mucho con Lizzies. Ahora con el frenazo en seco de estas, se lanza con su nueva banda contando esas historias propias en forma de canciones. "It's a shame" abre el disco con la guitarra de Willy tronando. Hard rock que se mueve perfectamente entre distintas épocas presumiendo de melodías. Velocidad y potencia se unen con "I need Rock and Roll", la canción, de corte clásico guiñando al hard setentero y a su vez a los primeros compases de la década posterior. Una canción que seguramente en directo suene como un cañón.
El inicio de "Ego" me parece brutal, tanto por la guitarra como por las líneas de voz de Elena. La canción va adoptando vida propia y evolucionando, desde ese comienzo con un riff soterrado, de sonido oscuro a momentos melódicos e incluso cierta reminiscencia de lo que se cocía en Seattle en los 90. "2020" es puro Rock and Roll acelerado y vitaminado, pleno de energía, vaivenes entre el punk y el pop y un marcado riff rockero. "Young old Woman" es un preciso medio tiempo con un fantástico estribillo. Para cerrar el disco vuelve la fuerza y el sonido más propio del hard ochentas de "Though ain't enough" de corte descarado, directo y fresco.
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