AEROSMITH - Toys in the attic
"Sweet emotion" se colaba en julio en el puesto nº 36 del Billboard. La primera vez que metían una canción en el Top 40. Parecía que los vientos soplaban a favor. Y no sólo eso. "Toys in the attic" venía a refrendar que Aerosmith conseguían imprimir su propia personalidad a su sonido, creando una forma de sonar que con el tiempo se convertiría en influencia para multitud de grupos que vendrían, algunos con muchísimo éxito, la siguiente década. Sin olvidar ni dejar de lado su ascendencia más evidente respecto a los grupos de los que habían aprendido, el endurecimiento que las canciones comenzaban a destilar les allanaba su propio espacio y camino dentro de la historia del hard rock. Gentes como NY Dolls y los Stones seguían formando parte de su mar de aguas revueltas, un oleaje de ritmos y excesos fuera del escenario que se hacían presente en el disco. Perry y Tyler siempre a la cabeza de reconocimientos, no en vano, eran sus canciones, que ajustaban a la perfección el sonido del grupo. Pero que estas funcionasen de la manera que lo hacían convirtiéndose en más grandes, era culpa de Whitford, Kramer y Hamilton que a pesar de mantenerse en la parte de atrás mediática, se consolidaban como la pieza fundamental del engranaje para que todo rodase a la perfección.
Toys in the attic se convierte rápidamente en disco de oro alcanzando las 500.000 copias vendidas que encaraman el disco al nº11 en los charts. Sin embargo, la prensa musical del momento no parecía compartir el mismo entusiasmo por Toys in the attic. Al menos eso se deja entrever en las primeras críticas del álbum realizadas por Rolling Stones o Sounds. Aunque la gente, que es quien compra los discos y las entradas para los conciertos, no opinaba igual que los críticos. Toys in the attic refleja esa autoconfianza que Aerosmith deposita en si misma y que cobra vida a través de las distintas maneras de las que presumen las canciones del disco. En la memoria colectiva reside para la eternidad “Walk this way” y su omnipresente y reconocido riff, pero Toys in the attic es y va más allá de una sola canción por muy conocida que esta sea incluso fuera de los círculos habituales . Toys in the attic contiene un puñado de canciones que se han convertido en favoritas de muchos fans del grupo.
Este disco marca un antes y un después en la historia de Aerosmith y no solo en el aspecto musical. Precisamente ese después se volvió tan contradictorio y a veces errático que terminó fundiendo el principio de todo y el inicio del fin. Y los desaciertos sobre el escenario, que han pasado a formar parte de la historia mitificada de Aerosmith no hacían más que presagiar evidentes y alarmantes signos de descomposición en el grupo, aunque aún 1976 les deparará grandes momentos. El éxito de Toys in the attic llevó a la banda a una espiral de trabajo continua y la necesidad de estimulantes para mantener el ritmo. El dinero comenzaba a entrar con asiduidad y eso se traduce en gastos en beneficio del grupo con excentricidades como viajar de concierto en concierto en avión privado o recorrer en Canada los 45 metros que separaban el camerino del escenario en limusinas. También se notaba en lo personal. Tyler contaba que vendió sus tres Porsches para poder costearse la heroína peruana que tomaba y por la que pagaba 1.000 $ por gramo llegando a pillar de tres a cinco gramos semanales, aunque es justo reconocer que no solo gastaban en excesos. Joey Kramer le compró un Cadillac a su padre. En definitiva, tantas historias que contar alrededor de estos años que esto se haría interminable. Lo cierto es que como alguien comentó, Aerosmith era la banda americana que podía acabar con la supremacía británica.
Os preguntareis si no voy a comentar nada sobre el aspecto estrictamente musical de Toys in the attic. Pues... mejor buscad en vuestras estanterías y disfrutadlo por vosotros mismos.
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un abrazo desde lo lejos