AEROSMITH -Music from another dimension!

Quiero y no puedo. Segundas partes nunca fueron buenas - aunque en este caso no sea realmente una segunda parte o según que tomemos como punto de inicio, sí - o la ambición rompió el saco son frases hechas que podríamos utilizar para hablar de "Music from another dimension!", el disco que Aerosmith lanzasen en 2012 después de siete años de silencio discográfico si contamos desde "Honkin' on Bobo" u once si lo hacemos desde  "Just push play" que significó una auténtica decepción y con el que estrenaron siglo. Idas y venidas, piques en el seno de la banda y un Steven Tyler, al que con todo el dolor de mi corazón, creedme, señalaría como principal punto de erosión de unos de mis grupos favoritos de hard rock de la historia. Y mi dedo acusador apunta hacia el vocalista, porque más allá de su conocida competitividad con Perry, histórica y todo sea dicho, productiva, durante el Siglo XXI ha estado más ocupado en cambiar las portadas en revistas musicales por las del corazón, en hacer de jurado en mediáticos concursos televisivos - de hecho, en este disco colaboran en una canción Carry Underwood y en otra hace coros Lauren Alaina, ambas salidas de American Idol - en comportarse como una celebridad trasnochada y encima, por desgracia, su salud también le ha jugado malas pasadas. 


¿Y por qué digo que  podemos aplicar a MFAD todas las frases del comienzo de esta entrada!. Pues porque cuando te pones a escuchar - en su momento y ahora mismo que suena en mis altavoces - el disco, te das cuenta que a pesar de haber canciones que te dejan muy buen sabor de boca y que beben de sus mejores tiempos en los ochenta y noventa cuando volvieron a situarse en lo alto del mundo del hard rock, en otras desfalleces viendo como se quedan en meros intentos o baladas excesivamente azucaradas y falta de intensidad, tratando de rememorar con algunas de ellas el éxito que les dio la tantas veces vilipendiada "I don't want you miss a thing", que reconozco que a mi me gusta mucho, pero que no encuentro nada parecido a ella en ninguna de las que pueblan este disco. ¿Y lo de que la ambición rompió el saco?. Pues porque si hubiesen hecho la correspondiente criba y no hubiesen metido en el disco quince canciones, les podría haber quedado un disco bastante apañado con ocho o nueve como "Luv XXX" que abría el disco, "Legendary Child", la sementera "Oh yeah", "Another last goodbye" o "Freedom fighter" en la que se encarga de las voces Perry. Un disco que quizás no sea tan malo como algunos lo pintan y que se puede disfrutar pero que queda muy lejos no ya solo de sus mejores momentos.



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