THE SHEEPDOGS - No simple thing

Por fin refresca por las mañanas. No os hagáis ilusiones que aún no he recuperado del exilio ni a una simple y pobre sudadera. Eso si, ya como segunda piel luce esa cazadora vaquera llena de chapas con la que me siento tan bien. Al menos, cuando salgo para trabajar, que también hay que decir que es a una de esas horas indecentes en las que la gente de bien duerme, la de mal mira el reloj de reojo y yo no termino de ubicarme, porque la duda revolotea sin rumbo fijo ni predeterminado.  Casi podría contar los pasos que hago cada mañana ya que se repiten día tras día. Algunas luces brillan tímidamente en una que otra ventana. No huele a café aún. A esta hora los gatos siguen siendo pardos pero quizás menos, porque los ojos rojos van volviendo a su estado natural. Camino despacio que las prisas nunca fueron buenas. Voy pensando que ya no recuerdo en qué. Será el sueño o la desgana. Ambas cosas a la vez, ¡vaya usted a saber!. Miro el reloj y este me mira a mí. ¿Intercambio de pareceres?. Ni de coña, la hora es de esas cosas incontestables ante las que nada puedes hacer.


La mañana ha terminado. Así lo dice mi estómago que gruñe fuerte. En casa me espera una cerveza bien fría y algo de comer. Me siento en el taburete de la cocina mientras cuento y escucho historias tan recientes que casi no han terminado de ocurrir, aunque en el mismo instante se convierten en algo de lo que no volver a hablar más. El bullicio es tan familiar que aunque me queje seguramente lo eche de menos cuando ya no esté. Miro de reojo y pienso en lo rápido que crecen. Y que más pronto que tarde comenzaran a cometer sus propios errores y purgar sus propios pecados, que es enseñanza de vida, esa que no se aprende en una aula de 8 a 3. Sigo comiendo. Miro a mi mujer y sonrío. A veces las miradas cómplices se sienten incluso sin mirarse a los ojos. No hay nada como el hogar que es mucho más que cuatro jodidas paredes por mucha falta que nos haga. Puede parecerlo e incluso habrá quien presuma de ello, pero no son cosas sencillas por mucho que te empeñes en creer que si. Apuro la cerveza y pulso el play. Esas guitarra suenan a Lynyrd Skynyrd, pero son The Sheepdogs y su "Rock and roll (Ain't no simple thing)" mientras asiento con la cabeza y fantaseo perdido en su solo de guitarra.

Baja un poco el volumen, ¡no!, mejor súbelo, que los vecinos sepan que ya estás en casa. Suena "Keep on loving you" y ese estribillo es delicioso a la vez que sincero. Ya sé cariño que dices que no hace falta que te lo diga, pero esta canción me habla de ti mientras me pierdo en esa risa tonta que se te escapa por culpa de mi penúltima tontería. Otra cerveza, ¡qué buena está la comida!. Olvidamos tantas veces agradecer porque damos por hecho que deber ser así, que ni tan siquiera nos damos cuenta. Oye esta canción me gusta, susurras, ¿no la hemos escuchado antes?. No, "Talk it over" es de lo nuevo de esta gente, pero oye, hemos pasado tantos domingos entre risas escuchando Toma 1, que algo se te ha pegado seguro. Si mis pies no fuesen de plomo  bailaríamos pegados al son de "Singing in the band", como si no hubiese un mañana o al menos, no nos importase su existencia. Los medios tiempos siempre mejor en compañía, mas aún cuando huele a country rock, a brisa de verano pasado o escalofrío de otoño presente.

Hay preguntas que se las lleva el aíre porque se las hace uno a sí mismo y al final, ¡a quién diablos le importa la respuesta!. Por eso, al sonar "Are you a good man?", por mi cabeza pasean Paul, John, Ringo y George. Llega el momento de la última cucharada, de recoger los platos y dejarlos en el lavavajillas, que cumpla con su función en la vida de máquina que le ha tocado llevar. Planes a un futuro tan cercano como el de las próximas manillas del reloj pretenden tomar forma pero en este mismo instante, me muevo torpemente llevado instintivamente por la guitarra de "Jesse Please" y ese solo que de nuevo trae a mi cabeza a Lynyrd Skynyrd. La vida pasa y este disco también llegando a su final, pero al igual que los grandes momentos los revivimos, no solo de palabra, también de obra, este e.p. de The Sheepdogs vuelve a sonar.  

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