THE GEORGIA THUNDERBOLTS - Can We Get a witness

Por fin los romanos The Georgia Thunderbolts tienen su primer larga duración. Romanos de Roma, Georgia, U.S.A. no romanos de Roma, Italia. Que podrían ser perfectamente nuestros mediterráneos vecinos pero oye, siempre tiene esa cosa encontrarte con una banda de rock sureño que venga del Sur de los States, como es el caso. Además, que The Georgia Thunderbolts apuesten por ese southern rock de sonidos poderosos y guitarras como apisonadoras, al igual que gente como Hogjaw, más que tratar de acercarse al poderoso brillo que desprende el llamado sonido americana, me hace volar hacia sus canciones con la misma determinación y obstinación que un mosquito sediento de sangre en verano avanza hacia la luz. The Georgia Thunderbolts reivindican el aspecto más rockero y aguerrido y eso se refleja en estas trece canciones de las que buena parte ya aparecían en su e.p. de debut, “Southern rock from Rome”.


El disco lo abre “Take it slow” donde no dejan dudas, por si después de leer el párrafo introductor te quedaba alguna de que ración nos van a servir. Guitarras duras y buenos coros se dan la mano en la hard rockera “Lend a hand”. Disminuyen las revoluciones y aumenta el feeling con “So you wanna change the world” un eléctrico medio tiempo en el que afloran - y no será la única vez - las influencias de Lynyrd Skynyrd. “Looking for an old friend” se mueve en los mismos parámetros que la anterior, creando en mi mente la sensación de quemar kilómetros por la carretera mientras multitud de imágenes se agolpan empañadas mi cabeza la par que mis manos agarran el volante. “Spirit of a working man” presume de riff jugando con esa alternancia de subir y bajar de potencia. 




A mitad del disco nos encontramos con una rocosa versión de “Midnight rider”, dejando claro de donde vienen y con esa dosis extra de potencia, a donde van. Cambian las tornas en “Be good to yourself” del inmortal Frankie Miller, que a mi me llega al corazón que le reivindiquen y más aún así de bien. Una de mis canciones favoritas del disco es “Half glass woman”, un potentísimo blues/southern rock con una armónica matadora y unas guitarras espectaculares. Puro southern rock en vena es lo que encontramos en “Dancin’ with the devil”con  un TJ Lyle muy inspirado como en todo el disco a fin de cuentas. Sube el volumen porque llega la canción que da nombre al disco, con un riff prominente. No se queda atrás “Walk tall man” con la melodía de voz jugando un papel muy importante entre la dureza añadida de las guitarras. Otra de esas canciones para corear hasta quedarte afónico es “It’s alright”, muy rockera e hímnica. Cierra el disco “Set me free”, un medio tiempo que posee un riff de esos que no te puedes quitar de la cabeza. Si The Georgia Thunderbolts necesitan un testigo, que cuenten conmigo.

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